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Uoho: «Yo también me he quedado con las ganas de la gira de Extremoduro»

Entrevistas

Iñaki Uoho Antón ha formado parte de dos bandas fundamentales en la historia del rock de nuestro país: Platero y Tú y Extremoduro. Fundó la primera con Fito Cabrales, y posteriormente ingresó en Extremoduro, donde potenció el chispazo creativo de Robe Iniesta. Es, por tanto y por así decirlo, el arquitecto del sonido del rock español más puro y descarnado de los últimos 25 años.

Ahora, tras el agridulce final de Extremoduro, emprende un nuevo camino bajo su propio nombre, Uoho. Y por primera vez se atreve a situarse en el centro del escenario y cantar además de tocar la guitarra. Junto a él se encuentran Miguel Colino y José Ignacio Cantera, bajista y batería de Extremoduro, respectivamente, así como el organista y pianista que los acompañaba en las giras, Aiert Erkoreka. Todos ellos han sido miembros, a su vez, de Inconscientes, la banda paralela que Iñaki montó en 2006.

Por el momento, Uoho está lanzando reinterpretaciones de canciones importantes en la extensa trayectoria del guitarrista. Una forma de mirar atrás para coger impulso y, en no demasiado tiempo, centrarse en publicar material original. La presentación en sociedad de la nueva banda es ya mismo en Barcelona (17 de junio, Luz de Gas) y Madrid (22 de junio, Teatro Eslava). Charlamos con Iñaki Uoho Antón (Bilbao, 1964) con fotos de Ricardo Rubio.

Hola Iñaki, muy buenas. ¿Qué haces por Madrid? ¿Qué hacemos aquí sentados?

Pues lo tenemos que ir descubriendo. Va a ser un juego. Estamos contando que hay un nuevo grupo que no es nuevo, porque llevamos tocando veintitantos años juntos. Pero hay un nuevo cantante, que ahora soy yo, eso sí. Y por una serie de carambolas estamos ahora sentando una base de canciones que ya existen y que no pretendemos sustituir, pero que así la gente puede saber lo que va a ver en directo. Estamos deseando terminar este cimiento sobre el que vamos a construir lo que vendrá, porque estamos ya locos por empezar con la música nueva.

Esto es un primer paso entonces. Mirar un poquito hacia atrás para coger impulso y tirar por un camino nuevo.

Es antes del primer paso. Se trata de crear un asentamiento sobre el que construirnos.

Con un cambio bien importante, aunque seáis los mismos. Porque ahora de repente te pones al frente tú a tocar la guitarra y además cantar.

Yo estaba muy bien en mi lado del escenario, eh, jeje. Esto es un poco de carambola. Cuando la gira de Extremoduro se descompone yo tengo una propuesta para girar con tres condiciones: que sea con mi nombre, que cante yo y que haga un repaso a mi carrera. Me ofrecieron eso y me dije ‘pero si yo no he cantado en mi vida ni sé cantar’. Pero nos dimos un período de prueba y gracias a ese empujón lo echamos para adelante.

Hay que lanzarse en la vida. Pero eso ya lo sabes tú de sobra.

Y lo estamos pasando muy bien. Yo lo estoy disfrutando con canciones que hacía tiempo que estaban apalancadas. Desde aquí levantaremos el primer disco, que estoy ya loco con empezar con él. Pero no puedo empezar con algo nuevo sin terminar primero esta fase en la que estamos ahora.

Es muy curioso que en Spotify tienes los huecos esperando a que subas las canciones.

Sí. Es al revés. El disco se llama ‘Interpretaciones’ porque es eso, interpretaciones de temas en los que yo he participado componiendo lo que sea. Nada más. Vamos grabando temas y los voy a ir subiendo. En cuanto acabe esto cogeré mis apuntes y cositas de lo nuevo y empezaremos.

Como guitarrista, más o menos cualquiera te puede comparar con quien quiera. ¿Pero te atreves a compararte con alguien cantando?

No, nooo (risas). Desde luego que no sabría decirte. Me escucho cantar, y me sorprendo preguntándome ‘quién es ese tío’. La verdad es que prefiero que las comparaciones las hagan otros. Si alguien establece una comparación ya es algo bueno, jaja.

Antes de la pandemia estabas ya un poco desencantado de la música. Pero ahora estamos aquí ya otra vez. De alguna manera, lo que la música te quitara por lo que fuera en su momento, te lo devuelve ahora después de un par de años de descanso.

Sí. Pero a ver, la música me ha dado todo y siempre va y viene. A nivel creativo, es muy difícil estar germinando continuamente. Hay épocas en las que no sale nada y es normal, incluso bueno para renovarse un poco. No es la música la que me quitó la ilusión, sino las cosas que hay alrededor de la música, que a veces te superan como músico.

Ojalá fuera todo tan sencillo como solo tocar y tocar.

Es que sin pensarlo, un día dije ‘estoy hasta los huevos de todo’. Como estábamos en pandemia, tampoco tenía nada que hacer, el local se había quedado como lo dejamos los Extremoduro cuando estábamos finalizando los ensayos de la gira… pues así se quedó. Han sido dos años en los que no me ha apetecido acercarme a un instrumento, ni tocar música. He hecho oras cosas que para mí han estado muy bien. Hasta que me vinieron las ganas, no sé cómo.

Todas las fotos son de Ricardo Rubio
Antes de ese momento, ¿pensaste que ya no habría más?

Pensaba que ya había hecho muchas cosas, que ya me había realizado musicalmente. Pero no, llegó un momento en que me empezó a apetecer escuchar música y me entró el gusano. Después de un par de años de inactividad musical, me entraron las ganas con mucha fuerza.

Y en este proceso tan personal, vuelves a canciones de Platero y Tú y Extremoduro. Que además no son las obvias.

Es verdad, he rebuscado un poco. Habrá que tocar algunas conocidas, pero estoy haciendo sobre todo cosas que, por un motivo u otro, me apetecen. O bien porque las hice yo o porque las hice con otra persona, bien porque de alguna manera las siento mías o nos apetece a la banda hacerlas. Eso no siempre coincide con las más célebres. Nosotros lo pasamos bien tocando unas canciones que nos gustan. Sobre todo después de tanto tiempo, de lo pasado y de ponernos en marcha otra vez, está guay hacer algo que nos mole.

Hay una versión de Barricada para abrir ‘Interpretaciones’. Un puente con la generación anterior de rock español. Una mirada más atrás todavía.

Ha sido otra carambola. La hemos puesto la primera porque me la propuso Kutxi para que yo pusiera la música para hacerla con él en el homenaje a Boni. Entonces surgió todo esto de Uoho y me dijo Kutxi que aprovechara esta canción para poner las cartas sobre la mesa. ‘Te la cantas y dices aquí estoy’, me dijo. Y así está.

Incluyes también un guiño a Bach, a esa parte sinfónica de la vida que te gusta tanto, la música clásica.

Me gusta mucho la música clásica desde pequeñín. Otra carambola, porque a veces las cosas te vienen. Me propusieron hacer un concierto de Bach con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y la verdad es que fue una experiencia de puta madre. Si estamos dando un repaso a lo que ha sido mi carrera hasta hoy, me parecía que había que meter algo fácil de escuchar de Bach para cerrar el disco.

Todas las fotos son de Ricardo Rubio
Cuéntanos sobre la banda. Sois los Inconscientes. Y los Extremoduro sin Robe, vaya.

La banda somos ahora cuatro. Miguel, Cantera, Aiert y yo. Llevamos veintitantos años tocando juntos, por algo será. No sé si es la mejor banda del mundo, pero para mí sí lo es.

Tenemos dos conciertos en salas este mes en Barcelona y Madrid este mes. ¿Cómo esperas que sean? ¿Hay ganas de subir al escenario?

El último concierto de Extremoduro fue en Bogotá en diciembre de 2014, creo. Hace como siete años y medio. Tiempo después, Inconscientes íbamos a hacer una minigira de presentación de un trabajo, de hecho, hicimos algún concierto suelto, pero me caí de la moto y eso se tuvo que abortar. O sea que podemos decir que llevamos siete años y medio sin subir a un escenario.

Y ahora volvéis a las salas.

A mí me encantan las salas, siempre me han gustado mucho. Creo que uno de los motivos que me empujaba a poner en marcha Inconscientes en su día era el contacto cercano de las salas, aparte de que seguíamos tocando en huecos que dejaba Extremoduro. Hay algunas cosas más, pero tenemos por ahora estos dos conciertos para tomar la alternativa conmigo como cantarín y espero que para pasarlo muy bien, jeje.

Ese es el objetivo de todo al final.

Mi idea de este proyecto no va por la trascendencia, ni el misticismo o la enseñanza. No. Va por el divertimento. Que nosotros lo pasemos bien, los del otro lado de la barra también.

Volver al rocanrol de bar, que es lo que era Platero y tú.

Es que el rocanrol es de bar. No sé si existe el rocanrol no de bar, jaja. El rock es una música muy de bar, muy de sala, de formato cercano, de sudor, transmisión de sensaciones, pasarlo bien y no conformarse. Todo eso y más.

Incluso los que llegáis a tocar para multitudes termináis echando de menos las salas más pequeñas y cercanas. Como si llegar a tocar para 50.000 personas fuera casi una casualidad forzada.

Los Platero empezamos tocando en gaztetxes, en bares y salas. Era lo normal. La carambola no sé si es que puedas volver a las salas con un proyecto más modesto o, como bien dices, acabar tocando para 50.000 tíos. Porque te preguntas ‘coño, ¿cómo he acabado yo aquí con un Marshall y una SG?’ Jaja.

Todas las fotos son de Ricardo Rubio
De alguna manera, eres el arquitecto del rock urbano español de segunda generación, después de Leño y Barricada y demás. Y te digo, ser Fito y ser Robe está de puta madre, pero en Platero y Extremoduro solo has estado tú. Eso es importantísimo.

Pues… sí, ahí estoy… Es evidente que he contribuído al sonido de las bandas y a la forma de musicalidad que tienen, para mal o para bien o para regular. También he tenido la suerte de en estas dos bandas en concreto, y en Inconscientes también, de tener gente de mucho valor cerca, con gran creatividad y que escriben muy bien, con los que he disfrutado mucho.

Con Fito estás como invitado especial este 11 de junio en Bilbao. En San Mamés, con más de 40.000 personas.

Joder, ¿quién se lo iba a imaginar? En San Mamés, en Bilbao. La gente dice San Mamés y se quita la boina. Había en los noventa un pabellón donde se hacían conciertos medianos, el Pabellón de la Casilla. Por allí pasaron Motorhead, Mike Oldfield… importantes pero no los que llevaban grandes masas de público. Fito y yo estábamos todo el día juntos y pasábamos por allí y decíamos ‘te imaginas que algún día pudiéramos tocar aquí, sería la hostia’. Nosotros vivíamos el sueño, no la meta, porque pensábamos que no la íbamos a poder alcanzar, lógicamente.

Joder si la alcanzasteis.

Pues el sueño era tocar en ese pabellón y, fíjate, vamos a tocar en San Mamés y hemos tocado en sitios mucho mayores. Se cumplieron nuestras metas y se rebasaron. Se cumplieron nuestros sueños y se rebasaron. Ahora todo lo que venga, grande o pequeño, es bienvenido. No podemos pedir más.

De maneras insospechadas, pero lo hicisteis. Porque tú acabaste en Extremoduro, Platero se acabó, Fito siguió a lo suyo… No iba a ser todo un camino tan recto o fácil. La vida siempre te va sorprendiendo.

La vida es así, pero las cosas se pueden hacer bien. Los Platero éramos un grupo de chavales muy jóvenes con nuestro estilo de música y de mensaje. A Fito con treinta y tantos años, no le apetecía ir diciendo por ahí ‘rompe los cristales’. Le apetecía el rollo más de ampli tipo Fender, de rocanrol más cincuentero, menos roto y agresivo. Y a un amigo no le puedes poner palos en las ruedas cuando quiere hacer algo que le hace feliz. Si eres amigo suyo le tienes que ayudar. Creo que es de ley y mira lo bien que le fue y le va.

La pena es que nos hemos quedado con las ganas de la gira de despedida de Extremoduro. Joder, la que se lió con eso, que lástima. Nos hemos quedado con las ganas todos.

Sí, claro. Yo también me he quedado con las ganas. Tú los has dicho, nos hemos quedado con las ganas, macho. Nos hemos quedado con las ganas, estoy incluido en esa primera personal del plural (piensa y se detiene un instante). Pero así han sido las cosas, no sé qué más puedo decir.

Esperemos otra carambola del destino, quien sabe, el billar es así.

El billar es así y ninguno somos futurólogos. Pero… bueno. Si se cuartea la goma de las bandas las bolas ya dan pocos botes…

Todas las fotos son de Ricardo Rubio
Al final son muchos años y pasa con todas las rupturas de cualquier tipo en la vida.

Sí. Y estamos mirando hacia delante. Robe está lleno de proyectos y canciones. Yo me he quedado apalancado un par de años pero ya estoy otra vez con mis proyectos y mis canciones. Todo el tiempo que perdamos pensando en lo que ha pasado lo perdemos de mirar hacia delante y también lo perdemos de todos estos treinta años de infinitos recuerdos y aventuras. Haciendo canciones, perdidos con el coche no sé donde, echándonos de un bar… Yo eso no lo quiero perder. O no quiero perder tiempo pensando en otra cosa en esto que me mola ahora.

¿Y cómo te sientes tú cantando ahora canciones de Extremoduro?

No lo sé y, de hecho, esa pregunta me la hago yo. Las canciones de Extremoduro, de los últimos veintitantos años, como tales, están muy hechas para que las cante Robe y las toque yo. Así es como suenan a Extremoduro. Cantar una canción que hice yo en Platero o que hice con Fito y que es de un grupo que murió hace ya unos cuantos años es más fácil, llevadero e interpretable. Robe canta y escribe para su propia personalidad, en primera persona, así que trato de hacerlo con respeto, sin imitarle y solamente lo necesario.

¿Ha cambiado mucho la idea del éxito para ti con los años? Desde cuando soñabas con tocar en la Casilla con un poco de suerte, hasta junio de 2022, con todo lo que has vivido. Y ahora con tu nombre solo en el cartel de los conciertos, eh.

El concepto de éxito no ha cambiado mucho en mi cabeza. De alguna manera lo he conocido y te aseguro, sinceramente, que no aspiro al éxito. Aspiro a que el grupo trabaje, hagamos nuestra música, disfrutemos, nos ganemos la vida si es posible y que los que vengan a vernos no se arrepientan de haberse gastado la pasta en una entrada. Ahora mismo aspiro más a funcionar y vivir a gusto que al éxito. Porque el éxito es muy esdrújulo y tiene consonantes muy sonoras, pero creo que realmente es una palabra con mucho envoltorio y el paquete un poco vacío.

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