Niños Mutantes: «El indie ha cambiado y es mucho más agradable tocar para 400 personas que para 20»

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Niños Mutantes ya eran indies antes de que el indie estuviera aquí para quedarse. Por eso su vocalista y guitarrista, Juan Alberto Martínez, tiene claro que las cosas han cambiado mucho desde que ellos empezaran su carrera en los noventa, algo que ve como positivo: «Es bueno que no sea un cortijo de cinco y que esto sea una escena con vocación mayoritaria. Es mucho más agradable tocar para 400 personas que para 20».

En una entrevista con motivo del lanzamiento de su octavo disco, ‘Náufragos’, Martínez recuerda que el indie «empezó siendo una reacción posiblemente necesaria, porque los ochenta musicalmente habían acabado quizás con una música que sonaba demasiado a plástico y todo muy enfocado al mercado, se había perdido la esencia».

– Es que antes ser indie era ser molón, y ahora empieza a criticarse como si fuera mainstream, ¿no?
El indie en los noventa nació de una forma bastante radical, y ahora vemos cómo absurdas muchas cosas. Era un movimiento muy sectario, muy elitista, que miraba por encima a todo lo que no fuera indie, que las cosas eran mejores cuantos menos las conocieran, y que los grupos eran mucho más guays si no respetaban al público, lo bonito era mirarse a los zapatos y tocar sin ganas… pero es muy positivo que eso haya cambiado. Es bueno que no sea un cortijo de cinco y sea una escena con una vocación mucho más mayoritaria y con mucho más, así como que el público no se nutra sólo de los productos de las multis. Hay una calidad en la puesta en el escena y el sonido de los grupos que no había al principio de los noventa. Hay ganas de hacer bien las cosas para poder llegar lejos.

– Una parte muy buena de esta ampliación de miras son los festivales, que ofrecen la oportunidad de tocar ante un montón de público. ¿Sois de festis o de salas?
Sí, es verdad, y antes de haberse editado nuestro nuevo disco ya teníamos cerrados festivales. Pero las salas son muy agradecidas porque estás con el público que más te quiere, con un sonido generalmente mucho más envolvente, y tienen un punto de intimidad y de comunicación muy directa con la gente que siempre nos ha gustado. Nuestro territorio han sido las salas de invierno, nos ha costado más tiempo cogerle el pulso a los grandes escenarios, pero hay que admitir que es un subidón cuando disfrutas de tener conexión con una audiencia más masiva.

– ¿Habéis pasado de ser errantes a náufragos?
Errantes seguimos y seguiremos siéndolo siempre (por ‘Errante (Canción Mutante)’, uno de sus mayores éxitos). Náufragos es porque ha sido una época de hundimiento generalizado, tanto en el entorno más colectivo con la crisis, como a nivel personal, pues hemos tenido nuestras tragedias navales nosotros. Tenemos un sentimiento de que aunque las cosas van mal estamos sobreviviendo y eso hay que verlo como algo positivo.

– La música como escape, entonces
Este disco en el fondo ha sido un proceso de coger fuerza y energía con la música para poder enfrentarnos a esos hundimientos. Las canciones son trozos de madera a los que nos hemos agarrado. Ha sido muy importante también en el sentido musical del disco, porque siempre hemos hecho una música un poco oscura, de dramas y miserias de la existencia, y no nos apetecía con la que está cayendo ponernos a cortarnos las venas. Y hemos superado un viejo prejuicio, que la música alegre o más luminosa es más superficial. Hemos hecho música que nos pone las pilas y trae luz sin tener que recurrir a mensajes más vacíos. Hemos hecho contraste de música luminosa con letras plantándonos de frente a los problemas.

– ¿Ha sido premeditada esta búsqueda de equilibrio?
Ha sido espontáneo porque supongo que nos lo pedía el cuerpo. Queríamos llegar al local de ensayo, que siempre funciona un poco como una isla en la que no entra lo que está fuera, y preservarlo de los malos rollos a base de música muy viva. Ha pasado solo. Quizás tiene también que ver con la gira y el disco anterior, que calaron mucho en la gente y al verla disfrutando en los conciertos con los paisajes de música más viva nos hizo tener querencia por ese tipo de faceta nuestra y dejar la más tenebrosa para cuando España vuelva a estar en un boom de la construcción.

– La alegre melancolía no es precisamente fácil de encontrar…
Ha sido un equilibro difícil de lograr. Hay canciones que hablan de cosas bastante jodidas y siempre hemos intentado que en las letras estén nuestras entrañas. Y las nuestras están un poco maltrechas últimamente. Pero poder hacerlo con una música que sea más vitalista y no se regodee en los territorios oscuros ha sido un desafío y un gran logro musical.


– El video de ‘Hundir la Flota’, grabado en la bahía de Algeciras, os ha quedado muy chulo. ¿Os ha gustado rodar con Alexis Morante, ahora como muy de moda tras trabajar también en ‘Licenciado Cantinas’ con Bunbury?
Ya íbamos conociendo al personaje y a su equipo. Se dedican a no ponerse limitaciones de ningún tipo, y nos dijo que íbamos a ir en un barco por la bahía y que todo explotaba alrededor. Respondimos a ver, que somos un grupo pequeño en una compañía independiente y tu hablas de Hollywood. No se ponen barreras y al final hacen lo que pretendían, eso es bonito. El video es una historia de aventuras muy naif y participar en estas cosas es muy divertido.

– En el disco hay colaboraciones de Antonio Lomas (Lori Meyers, Grupo de Expertos Sol y Nieve), Banin (Los Planetas y Los Pilotos), Raúl Bernal (Jean Paul) y Jimmi García (Eskorzo). ¿Por qué?
No hemos sido nunca de hacer colaboraciones, ni nos ha gustado eso forzado de usar a alguien de renombre. En este álbum hay colaboraciones porque son muy naturales, son muy amigos nuestros con relaciones estrechas. Y no es porque aparezcan sus nombres, sino porque aportan a la música y manejan instrumentos que nosotros no manejamos. Cada vez nos apetece más decorar las canciones con elementos que no son los que se esperan de nosotros.

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