Desde el pasado miércoles, cuando entró en vigor la zona de protección acústica especial de Centro, los músicos callejeros están obligados a pedir permiso. El objetivo es garantizar el descanso de los vecinos y los músicos critican que es una pérdida para la cultura.
El Ayuntamiento asegura que su afán no es recaudatorio y que solo persigue garantizar el derecho al descanso de los vecinos del distrito Centro, que sufren niveles de ruido superiores a los permitidos por diversas causas, como el ocio nocturno o el tráfico. La Asociación de Músicos de Madrid apuesta por aplicar criterios, como horarios o niveles sonoros máximos, para respetar este derecho vecinal, en vez de recurrir a los permisos.
La autorización se dará estudiando caso por caso y teniendo en cuenta el horario, los instrumentos o la calle donde sea la actuación musical. Según leemos en madridiario.es, Las multas por tocar en la calle sin la pertinente autorización ascenderán a 750 euros.