La Sonrisa Julia dice adiós este viernes a su trayectoria musical con un último concierto en la sala madrileña Joy Eslava, que cuenta con las entradas agotadas desde hace semanas, gracias al apoyo de un público incondicional que les sigue desde la publicación de su primer disco en 2004.
«Nuestro público puede que no sea el más mayoritario, pero es el más exquisito. Canta con nosotros desde la primera frase, pero cuando hay un momento de intimidad, hay silencio absoluto. Yo sigo alucinando con nuestro público, es increíble hacer conciertos con ellos», recalca a Mercadeo Pop el vocalista y guitarrista Marcos Casal.
En esta línea, Casal añade que el público es «la clave» de sus directos, que son «especiales, únicos y distintos». «Puede que no guste pero son únicos en relación banda-público. Los conciertos no los hace solo el grupo, hay otra parte que es el público y si hay comunión se logra algo que va más allá. Y desde hace mucho nosotros lo logramos», apostilla.
Por si tanto, si cada concierto de La Sonrisa de Julia es especial, cabe esperar que el último, el de su despedida, lo sea aún más: «Más que como una despedida, nos lo tomamos como una celebración de todos estos años compartidos. Es una gran fiesta que nos merecemos nosotros y nuestra gente, nuestros seguidores».
Casal hace un balance positivo de todos estos años de andadura del grupo, sobre todo desde el momento en que aprendieron a «disfrutar» de la música. «Nos tomamos muchísimo menos en serio y nos reímos más y eso nos hace disfrutar de todo. Al despedirnos ya no pretendemos nada más. Se trata de disfrutar de lo que haces sin pretender nada más», subraya.
Ante la inevitable cuestión de si este final es definitivo, el músico sonríe al asegurar que «en principio sí», para después explicar: «Estamos en el mejor momento como banda a nivel personal y musical. Por eso mismo nos reservamos el derecho a algún día volvernos a juntar si nos apetece. Lo veo complicado, pero como no es una ruptura porque no nos aguantamos, pues no sabemos. Igual dentro de 2 o 5 años decidimos dar un concierto».
Lo que sí está claro es que la música no va a cesar, puesto que tanto Casal como el baterista del grupo, Raúl Delgado, tienen nuevos proyectos conjuntos, entre los que está un disco de rock «para niños y adultos» bajo el nombre de Billy Boom Band, y que pretende ser «algo así como Pixar», uniendo a varias generaciones.
Además, Casal adelanta que ya tiene «más de 20 temas» para su proyecto en solitario, en el que también estará Raúl en la batería. «Obviamente va a sonar a La Sonrisa de Julia, pero ahora tomo yo los mandos completamente, por lo que puede tener matices y una cadencia con la que antes no me atrevía», avanza.
Volviendo a la despedida de este viernes, Casal admite que en el camino también ha habido esperanzas «frustradas»: «Me hubiera gustado terminar en el Palacio de Deportes en lugar de la Joy Eslava, pero valoramos totalmente nuestro primer sold out en esta sala, que nunca antes habíamos llenado».
«Y probablemente en la Joy se me escape alguna lágrima, pero serán de emoción», confiesa, para luego añadir que después del concierto se irán «de fiesta a un sitio» que tendrán cerrado solo para ellos, para su familia y amigos. «¡Y no pienso decir dónde es!», concluye entre risas que, efectivamente, no denotan tristeza, sino ilusión descorchada.
ENTREVISTA PUBLICADA ORIGINALMENTE POR David Gallardo EN EUROPA PRESS.
