El Kanka: «Cuando leo comentarios en las redes sociales muchas veces pienso ‘¿pero vosotros no tenéis nada que hacer?'»

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EL KANKA. FOTO: DIEGO BERRO

El arte de saltar (A volar music, 2018) entró en el puesto seis de la lista de ventas española en su primera semana a la venta. Tal es el predicamento de Juan Gómez Canca (Málaga, 1982), quien con su cuarto disco se afianza en el panorama musical gracias a sus canciones y a esa gira infinita con miles de kilómetros recorridos alrededor de España y Latinoamérica.

Para esta cuarta entrega, su habitual mezcla de ritmos sureños y folklore latinoamericano alcanza un punto más alto de madurez con un ambiente por lo general más poético y letras de bastante contenido, sin renunciar en absoluto al humor y la ironía con un puntito de maldad. La guinda la ponen las colaboraciones de Jorge Drexler y la Comparsa de Martínez Ares de Cádiz.

«Me está costando mucho trabajo definir este disco, creo que es muy heterogéneo, no veo un hilo conductor ni temático ni rítmico», apunta a Mercadeo Pop el malagueño, quien tras un breve momento de reflexión añade entre risas: «Diría que es súper ecléctico y supongo que más maduro que los anteriores, aunque eso es una tontería porque si vas cumpliendo años pues ya se supone que eres más maduro».

En esta línea, plantea que lleva ya cuatro discos, por lo que no está «intentando convencer a todo el mundo» como sí intentaba en sus inicios: «Tengo ya mi público después de cinco años de trabajo constante y confío bastante en lo que hago. Lo he compuesto y lo he grabado con mucha facilidad. Ha sido todo muy fluido por la experiencia que voy teniendo ya».

Por eso, señala que aunque siempre ha compuesto con «mucha libertad», cree que en este disco lo ha hecho «incluso más». «He querido simplemente hacer canciones lo más redondas y bonitas posible. Cada vez intento decir más cosas, tener un poquito más de mensaje y contenido, pero no me he complicado. No me he preocupado por lo que pueda esperar la gente de mi y creo que ha podido quedar más serio», explica.

Sobre el sonido, destaca que suena «muy natural porque la mayoría son instrumentos acústicos, es todo muy de madera». Y apostilla: «He intentado que sea un poquito más íntimo aunque hay mucha rítmica porque yo soy muy rítmico componiendo. Hemos intentado quitar los pocos efectos especiales que hubiera».

BÚSQUESE UNA VIDA

Su punto humorístico está desperdigado por todo el álbum, pero quizás sea en Búsquese una vida donde más se aprecia, con esa crítica a las redes sociales. «Hay varias canciones que tienen mala leche pero a lo suavón, como a la chita callando. He jugado un poco a eso», afirma, para luego añadir: «Antes estaban los patios de vecinos y ahora tenemos las redes sociales, que son una lupa a todos los niveles, todo el mundo te ve a ti y tu también ves a todos».

«Hay mucha gente opinando, mucha gente que se ofende… Cuando leo comentarios en las redes sociales muchas veces pienso ‘¿pero vosotros no tenéis nada que hacer?’ A mi no se me ocurriría en la vida hacer de troll. Yo tengo muchas cosas que hacer, no sé, estar con mi novia, jugar a la consola, leer libros… No se me ocurriría en la vida estar pendiente de lo que hacen los demás, si no me gusta algo no lo consumo. ¿No tenéis nada que hacer? ¿No tenéis que sacar la basura o tomar una cerveza? ¿Por qué estáis pendientes de mi vida? Se me ocurrió decirlo de una manera divertida y con cariño», argumenta.

También hay canciones como Para eso canto, que es toda una declaración de intenciones, así como Triste trofeo, en el que critica el amor por el dinero. Y no faltan cánticos vitalistas como Sí que puedes o Tienes que saltar. «Me parece guay lo de cantarle a las cosas sencillas. A otra gente igual le gusta más cantar a lo concreto y cosas más perecederas, pero a mi me gusta cantar a las ideas universales porque lo sencillo es eterno», defiende.

Asimismo, asegura que «cualquiera se puede sentir identificado» con las cosas que él canta, aunque las diga desde su «experiencia concreta». Y agrega: «Cuantas más vueltas me doy a mi mismo, que además hago terapia para no acabar más loco de lo que ya estoy, me doy cuenta de que todos somos un poco iguales. Tenemos todos los mismos miedos y paranoias, aunque manifestadas de diferente manera».





COLABORACIONES

La guinda al álbum la ponen dos colaboraciones. La primera de ellas, de Jorge Drexler en Por tu olor, «un sueño cumplido» para El Kanka porque el uruguayo es para él un «referente absoluto a todos los niveles». «Un gran músico con voz propia, ejemplar en su forma de llevar una carrera. Esta es una canción mía pero se me nota mucho que soy su fan. Es una maravilla y un honor tenerle», relata.

La segunda colaboración es de Ares y la Comparsa de Martínez Ares, según el detalla: «Soy muy carnavalero, creo que hay muchísimo talento ahí. Con Antonio Martínez Ares tengo amistad, él es también cantautor y compone para otros. Se volcó un montón y ahí está toda la comparsa haciéndome la canción, porque ahí tocan todo ellos. Es una experiencia que me llevo a la tumba».

Con el disco ya en la calle, es momento de presentarlo en vivo con una gira que ya ha comenzado y que tiene más de treinta fechas ya confirmadas por toda España con saltos hasta América y Londres y Dublín con Rock Sin Subtítulos. Una agenda de lo más cargada con poco espacio para el descanso, que él mismo anima a consultar en www.elkanka.com.

«Cuando cerraba yo mis actuaciones me acordaba de todas las fechas. A día de hoy no puedo, no me da la cabeza porque me hago ochenta conciertos al año. No creo que esté cerca de equivocarme si digo que soy de los artistas españoles que más conciertos hace al año. Y llevo así dos años. Es genial pero también muy exigente, te agota», indica.

Capaz de actuar en solitario con la guitarra, con banda en teatros y de dar «una hora de trallita» en festivales, se muestra encantado El Kanka con su momento actual, al tiempo que pide más diversidad en las citas festivaleras. «En este país somos muy cerrados, muy de etiquetar. Este es festival indie y todo es indie y el mismo rollo, la gente se viste igual, cuando lo suyo sería mezclarse», defiende.

Por eso, prosigue: «Eso en Latinoamérica no pasa tanto, allí a la gente le puede gustar Vetusta Morla, El Kanka, Marwan y Maluma. Aquí se compartimenta más y eso provoca que la gente tenga al final gustos más sesgados. Eso influye y me parece que nos tenemos que abrir un poquito. Yo escucho de todo, me encantaría ir a un festival y encontrarme a La Pegatina, Vetusta Morla y un grupo de reggaetón. Que yo me iré a tomar una cerveza por ahí porque no me gusta el reggaetón, pero tiene que estar».

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