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50 discos de 1971 que cumplen 50 años en 2021

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Es julio de 2021 y es un mes tan bueno como otro cualquiera para hablar de los mejores discos de 1971. Que parece que tiene que ser todo corriendo en enero para estas efemérides, pero en realidad no. Ahora, a cincuenta grados a la sombra, es el momento ideal para retroceder en el tiempo a cuenta de semajante colección de temazos que cumplen medio siglo. Hablemos de 50 discos de 1971 que cumplen 50 años en 2021.

THE ROLLING STONES: STICKY FINGERS

La portada de Andy Warhol de la bragueta. Por vez primera el lenguatazo de los Rolling Stones. Una colección de canciones sucias como el rythm & blues, sudorosas como el rock. ‘Bitch’, ‘Brown sugar’. Un poco de azúcar en ‘Wild horses’. Y la puta mafia en ‘Can’t you hear me knockin’.

THE DOORS: L.A. WOMAN

La vas a querer locamente porque así te lo ordena el Jim Morrison gordo. Que podemos hacer bromas las que queramos, pero en este disco están, además, la mismísima ‘L.A. Woman’ y, por supuesto, ‘Riders on the Storm’. Cada vez más entregados al blues. En definitiva, que lo flipas.

LED ZEPPELIN: IV

Recuerdo la primera vez que escuché ‘Rock n Roll’ de Led Zeppelin. Me pregunté un montón de cosas. La pegada de John Bonham me hizo preguntarme por qué la gente por la calle parecía pasear como si no pasara nada. Con los años comprendí que estaban escuchando ‘Stairway to heaven’ a toda hostia en auriculares de esos que cancelan el sonido. No existían, pero ellos los tenían.

JETHRO TULL: AQUALUNG

El primer disco que literalmente me dio miedo. Ese vagabundo con esos pelos. Y el desafiante riff de guitarra de Martin Barre. Para los aprendices eternos, al nivel del ‘Smoke on the water’ de Richie Blackmore. Esto es absolutamente atemporal. Un himno rock. Un álbum apuntalado en su recta final por el piano de ‘Locomotive breath’ (que Axl Rose negará siempre haber escuchado).

THE WHO: WHO’S NEXT

Es como una máquina tragaperras. La única ruleta de la fortuna que te va a tocar: ser de los Who. Lo cierto es que la producción de 1971 sonaba mucho más real que la de 2021. Y no lo dudemos, no. Por eso seguimos hablando de aquello y en la medida de lo posible obviamos esto. Lo que hace Keith Moon en este disco es indescifrable.

DAVID BOWIE: HUNKY DORY

Mi recuerdo inmediato desde que murió Bowie es replicar a todos: no llenamos ni Aqualung a finales de los noventa. Dicho lo cual, hombre, a ver, este rollazo glam rock es incontestable. Melodías pop para temazos más grandes que la vida: ‘Changes’, ‘Oh you pretty things’ y ‘Life on Mars?’. Este fue su cuarto álbum y lo reventó bien a gusto.

JOHN LENNON: IMAGINE

Vale. Tienes que escribir unas líneas, cuatro o cinco, sobre ‘Imagine’. Y no menciones a la que se cargó a los Beatles. Eres solo un chico celoso. Por eso afirmas, sin dudarlo, que la culpa de todo la tiene Yoko Ono y el espíritu de Lennon que le sale por los codos. Mierda.

MARVIN GAYE: WHAT’S GOING ON

Pues es que es absurdo decir nada en 2021. Yo le doy al play y ya me pongo melosón. El mejor disco de la puta historia, aseguran algunos. Tiene una delicadeza y una mesura en los arreglos que es como un abrazo gigante. Es música con alma, definitivamente.

BLACK SABBATH: MASTERS OF REALITY

Uno de los riffs más vikingos y que más me molan es ‘Children of the grave’. Tony Iommi en su máximo esplendor. En esa simpleza avasalladora están los cimientos del heavy metal. Hace medio puto siglo. Y está tan vivo como estas palabras que estás leyendo.

ROD STEWART: EVERY PICTURE HAS A STORY

Vamos, Maggie despierta. Durante un rato largo he pensado en dejarlo así. Sin más. Wake up, Maggie. Pero joder, me gusta tanto cómo canta Tarque que voy a hacer un poco más. Sobre todo para remarcar por enésima vez que es nuestro cantante de rock y lo estamos viendo.

DEEP PURPLE: FIREBALL

Ni de lejos es su mejor disco, pero cómo vas a obviar un disco de 1971 donde toca Ian Paice la batería. Un titán. Escojo su nombre por encima del resto, que ya de por sí es de locos. Me priva ‘Strange kind of woman’, aunque creo que la batería está demasiado baja.

JOAN MANUEL SERRAT: MEDITERRÁNEO

Qué cosa más célebre esta canción, eh. Menuda perforación en la memoria colectiva de un país. Y lo mejor de todo es que, más allá del arranque, están otras dos cosas muy serias. Las llamo cosas porque no tengo muy claro si tienen forma humana o de cyborg: ‘Aquellas pequeñas cosas’ y ‘Lucía’. Menudo desfase de disco. La atemporalidad era esto.

CAROLE KING: TAPESTRY

Lo que ha cambiado el mundo en cincuenta años es evidente. Pero en el caso que nos atrapa lo resumo en esto: Carole King no terminaba de petar y con su segundo disco, ‘Tapestry’, reventó con más de 25 millones de copias vendidas. Estas cifras están a unos niveles de los nombres más rotundo que os vengan a la chabeta. ‘It’s too late’ tiene buena culpa.

JANIS JOPLIN: PEARL

Hay que mantener todas las prudencias, pero anda que no reside en esto el éxito actual de nuestros Morgan. Anda que no. ¡Anda ya! Ponerse a hablar de Janis Joplin medio siglo después es una ordinariez, asi que me gusta al menos dejar por escrito esa clara conexión. La puta pena es que fue el segundo y último disco de ella, ya póstumo.

FUNKADELIC: MAGGOT BRAIN

Ya andaba George Clinton en 1964 follando nuestras mentes acompañado por The Parliaments. Las movidas habituales llevaron cuatro años después a la consecución de Funkadelic con su rollo soul, doo wop, psicodelia y funk. Este tipo de mierda es drogaína putamente pura. Es nuestra mierda de cerebros consumidos por el ritmo.

RORY GALLAGHER: DEUCE

El ídolo de Rosendo siempre estará en nuestro equipo. Ya solo por eso. Rory Gallagher es leyenda por su forma única de darle tres vueltas desde Irlanda al blues rock del londinense molón y swingero de Eric Clapton y Jeff Beck. Dos auténticos dioses, casi tan potentorros como nuestro titán. Ponte ‘Deuce’ y me lo empatas.

T REX: ELECTRIC WARRIOR

El jodido Marc Boland, los jodidos T Rex. Anda que no tenía que molar Londres a finales de los sesenta. A mí, históricamente me gustan más los años peleones contra Thatcher, pero claro, no los tuve que vivir. Ni existía aquí. Pero el hedonismo previo a toda aquella explosión me fascina. Antes de la música disco y NYC y todo aquella fiebre del sábado en la noche, ya había quien pretendía secar el Támesis a lametazos de lo que fuera. Era Marc Boland.

ZZ TOP: FIRST ALBUM

La banda más longeva sin cambiar de miembros jamás. Los tres desde 1969. Con las barbas más o menos largas. Ahí les tenemos: monumento de la humanidad. Su primer disco se titula ZZ Top’s First Album y me mola que así sea porque ya te avisan de que vinieron para quedarse por siempre. Está todo aquí. Qué interesante es cómo suenan a los británicos Jethro Tull desde Texas, con sus peculiaridades, cuando no había internet.

ELTON JOHN: MADMAN ACROSS THE WATER

La movida es la siguiente: naces, creces, te reproduces, sobrevives, decaes, mueres. Y durante todas esas etapas siempre va a sonar ‘Tiny Dancer’ en algún lugar. El ser humano ha conocido muy pocos casos de semejante inmortalidad. Están Jesucristo, Reginald Kenneth Dwight y dos más. Los cuatro paganos menos uno con peluca.

JIMI HENDRIX: THE CRY OF LOVE

Álbum póstumo. Lo cual ya de por sí es mal rollo y no promete grandes cosas. Son las últimas grabaciones de Hendrix antes de morir: eso sí promete grandes cosas. Pero, aún así, pues son cosas sin terminar y chupas con remaches y todo eso. Mola que el propio guitarrista mezcló casi todas las canciones, así que digamos que, bueno, hubo una implicación interesante. Pero es un trabajo sin terminar.

NINA SIMONE: HERE COMES THE SUN

Una orquesta al servicio de la Simone para que reinterprete a su manera clásicos entonces jóvenes, pero ya clásicos. Que si ‘Here comes the sun’ de los Beatles o ‘Just like a woman’ de Bob Dyan, que si ‘My way’ de Paul Anka (el ‘My way’ famoso, sí). Otro día debiéramos hablar de los mejores discos de versiones, pero por ahora vamos dejando esto aquí.

SANTANA: III

Pues uno de los guitarristas más originales y por tanto influyentes de la historia. Este es, claro, su tercer disco. Bueno, de la banda Santana, no de Carlos Santana. Fue grabado por la famosa alineación que se presentó en el festival de Woodstock, y también es considerado como el pico más alto en la carrera de la banda. Es un lujo.

YES: FRAGILE

Cuarto disco del emplemático grupo británico de rock progresivo. Y aún con esta presentación, fueron top 10 en un montón de paises. Los setenta fueron años muy locos y todo eso. Más que una banda, Yes son una entidad que ha ampliado horizontes que no sabíamos que podíamos vislumbrar. Y siguen.

THE KINKS: MUSWELL HILLBILLIES

Noveno disco de los Kinks. Muswell Hill es un área del norte de Londres, donde Ray Davies y Dave Davies se criaron y formaron la banda a principios de los años sesenta. La temática es importante, pues se centra en la pobreza y en la vida cotidiana de la clase obrera, además de la destrucción y la subdivisión de los viejos barrios victorianos, práctica común en el norte de la ciudad inglesa en los años setenta.

VAN MORRISON: TUPELO HONEY

Quinto y exitoso disco de Van Morrison, puesto 27 en Estados Unidos (que puede parecer no gran cosa, pero entonces ya era la leche). Es considerado uno de los más inspirados trabajos del norirlandés con ‘Wild night’, ‘Tupelo honey’ o ‘(Straight to Your Heart) Like a Cannonball)’. Este es, por cierto, el Van Morrison feliz con su vida familiar de entonces. Supongamos que el cabreo persistente empezó poco después.

CURTIS MAYFIELD: ROOTS

Que es que en 1971 sacó Curtis su segundo disco. También es verdad que hace ya medio siglo. Sin ser un gran pelotazo, es un clásico de la época dorada del soul. Todos magnificamos el pasado con el paso de los años, pero convengamos que aquí hay mierda de la buena. Aún sin ser el disco que cualquiera mencionaría de todo aquello. Pero es que había tanto.

THE BEACH BOYS: SURF’S UP

Ni de lejos es algo muy a recordar en la longeva carrera de los chicos de la playa, pero salió en 1971 y estamos hablando de eso. En cualquier caso, es un paso más en la historia de uno de los grupos más destacados de la historia del pop. La sensación general es que es un disco de los Beach Boys, lo cual ya es más que la media.

RODRIGUEZ: COMING FROM REALITY

Nadie se acordaba de Rodríguez hasta el famoso documental de hace unos años. Una historia indiscutible. Fascinante. ‘Coming from reality’ es su segundo y último disco. Ya todos sabemos que en Sudáfrica resultó ser una leyenda viva. Pues es por estas canciones. Una historia maravillosa que te reconcilia con el ser humano y con las casualidades de vivir.

PINK FLOYD: MEDDLE

El sexto disco de estudio de Pink Floyd es pura experimentación que aún a día de hoy resulta avanzada a su tiempo. Roger Waters, David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason eran aún unos chavales pero aquí en ‘Echoes’ apuntaban lo que estaba por llegar ya mismo. Tenían el talento y ya pilotaban tanto que en dos años reventarían todo con ‘The dark side of the moon’.

ALICE COOPER: LOVE IT TO DEATH

El tercer álbum de la banda Alice Cooper (porque primero era una banda y luego ya se quedó él con el nombre). Rock setentero del momento producido por un eterno como Bob Ezrin. Ya en este disco cantaba el bueno de Vincent Fournier eso de ‘I’m eighteen’ y sigue haciéndolo a día de hoy. Y eso es porque es un clásico atemporal del género, con todo lo que eso significa.

VOX DEI: LA BIBLIA

Segundo álbum de estudio de la banda argentina de rock Vox Dei, lanzado en 1971. Este disco doble es frecuentemente considerado un hito del rock en español y una de las primeras óperas rock en castellano. Rock de los setenta con puntos psicodélicos y algunas guitarras bien duras que de alguna manera ya intuían el heavy metal.

STATUS QUO: DOG OF TWO HEAD

El rock inglés tiene ese punto costumbrista que suena a té y a pub al mismo tiempo. Es sencillo a lo Chuck Berry, pero con la contundencia de una jarra de cerveza estrellándose contra el suelo. Status Quo son, probablemente, la definición misma de rock inglés y ya estaban por aquí en 1971 con su cuarto disco: ‘Dog of two head’.

AMERICA: AMERICA

El debut de America resume de un plumazo cómo sonaba Estados Unidos en 1971. Y lo hace con ‘A horse with no name’, clasicazo que no estaba incluido en el disco original pero que fue lanzado como single a finales de aquel año y lo petó de manera instantánea. Así que se incluyó en ediciones posteriores.

PAUL MCCARTNEY: RAM

Pocas cosas se me antojan más complicadas que emprender una carrera en solitario tras ser uno de los cuatro Beatles. Pero Paul se lanzó a ello con decisión y en 1971, un año después de su final, publicaba ya su segundo disco en solitario. Claro que musicalmente no dista en exceso de lo anterior, pero fue este un puente necesario antes de la formación de Paul McCartney & Wings, que ya pusieron más distancia con lo que todos esperaban.

ISAAC HAYES: SHAFT

Álbum doble de Isaac Hayes, publicado por el sello Stax como banda sonora para la película blaxploitation de 1971 ‘Las noches rojas de Harlem’. Nueva York sonaba así entonces porque así quedó registrado en este disco para la posteridad. Instrumental con tres canciones vocales: «Soulsville», «Do Your Thing» y «Theme from Shaft». El disco y el hit alcanzaron un gran éxito comercial y de crítica, y es probablemente el trabajo más reconocido del artista, así como el disco más vendido por Stax.

SLY & THE FAMILY STONE: THERE’S A RIOT GOING ON

Inicialmente iba a titularse ‘Africa talks to you’, pero cambió de nombre como respuesta a ‘What’s going on’ de Marvin Gaye. Fue un éxito a pesar de alejarse del funk y el soul más jovial de anteriores trabajos, pues Sly y los suyos eran presa del pesimismo y la apatía por el fin de los sesenta y todo lo que eso representó para los movimientos civiles.

THE ALLMAN BROTHERS: LIVE AT FILMORE EAST

Un disco en directo prodigioso que desde el primer redoble y el primer riff te lleva en volandas. El rock alcanza su máxima expresión en vivo y si es a través de los Allman Brothers ya ni hablamos. En 1999 fue incluido en el Salón de la Fama de los Grammy y en 2004, el Registro Nacional de Grabaciones lo seleccionó para su preservación en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos debido a su «importancia cultural, histórica o estética».

DON MCLEAN: AMERICAN PIE

‘American pie’ es todo un disco literalmente engullido por la trascendencia popular de su single homónimo principal. Ni que decir tiene que este hit ha sido versionado y reinterpretado trillones de veces de múltiples maneras. También está en el álbum ‘Vincent’, otro gran éxito eclipsado por motivos obvios. Folk-rock elegante y delicado pues no olvidemos que Don era el protegido de Pete Seeger.

THIN LIZZY: THIN LIZZY

No fue el de Thin Lizzy uno de los más abrumadores debuts de la historia. No entra en esa categoría tan especial. No hay aquí hits, ni grandes canciones para el recuerdo, sino más bien una banda aprendiendo sobre la marcha y tratando de abrirse camino. A fe que lo hicieron rápidamente, pero aquí lo que mola es escuchar cómo se desarrolla el talento de a poquito.

SMASH: WE COME TO SMASH THIS TIME

Te clavas ‘We come to smash this time’ y es alucinante que esta fuera una banda sevillana en 1971. Suena como un tiro que se mea en un porrón de otros tantos discos mucho más famosos. Rock psidodélico con tintes blueseros y progresivos a todo trapo, que terminó derivando en el entonces inédito rock andaluz.

JEANETTE: SOY REBELDE

No es un álbum, vale, es un single, pero ‘Soy rebelde’ tiene suficiente entidad. Un himno folkie transoceánico con versiones en inglés, japonés y francés que convirtió a Jeanette en leyenda gracias a Manuel Alejandro, compositor de la canción. Otro clásico atemporal de 1971, un año indudablemente especial.

PERET: BORRIQUITO

Rumba irresistible publicada en 1971 en un sencillo doble con ‘Qué cosas tiene el amor’. Cantada y bailada cientos de millones de veces. «Uno de mis mejores temas protesta es ‘Borriquito como tú’, porque a los españoles nos gusta más lo que viene de fuera que lo nuestro. En este disco hablo del racismo, no el de blancos y negros, sino el que ataca a gente menospreciada, como las putas», remarcaba Peret en 2007.

CAN: TAGO MAGO

Lo que pasa cuando una banda alemana ficha a un cantante japonés (Damo Suziki). ‘Tago mago’ es una obra cumbre del krautrock con toneladas de experimentación, improvisación jazzística y técnicas de música electrónica. Es, en definitiva, un viaje que cincuenta años después sigue resultando igual de sugerente y evocador.

MIGUEL RÍOS: UNIDOS

Hay gente eterna y luego está Miguel Ríos. Que eso es estupendo, por supuesto, pues por aquí sigue de gira este año. Allá por 1971 publicaba su tercer disco, con temas en español y en inglés, incluso versionando ‘Here comes the sun’ de los Beatles. Los arreglos orquestales y los teclados le dan un punto tan de los setenta que resulta formidable.

HUMBLE PIE: ROCK ON

Cómo suena el cuarto disco de Humble Pie. Blues rock pesado que se acerca al heavy lejanamente y sin saberlo. La dupla Steve Marriot y Peter Frampton aún carburaba a las mil maravillas, aunque el segundo dejaría el grupo poco después para emprender una triunfal carrera en solitario. ‘Shine on’ lo resume todo.

LEONARD COHEN: SONGS OF LOVE AND HATE

Tercer disco del entonces aspirante a poeta y/o cantante. No estaba muy claro lo que le depararía el devenir de los días. Este disco tampoco lo aclaró, pues quedó lejos de ser un éxito que respondiera preguntas de ese tamaño. Eso sí, llegó al 145 del Billboard de Estados Unidos, cosa que aún pareciendo menor no está al alcance de ninguno de nosotros.

IKE & TINA TURNER: WORKIN’ TOGETHER

Una variopinta amalgama para una de las parejas más controvertidas del pop (por culpa de él como por todos es conocido). En este álbum versionan el ‘Get back’ y ‘Let it be’ de los Beatles, que te quedas loco con la voz de Tina. Y contiene su mayor éxito comercial, una reinterpretación del ‘Proud Mary’ de John Fogerty. O te apartas o te arrasan.

JONI MITCHELL: BLUE

Una de las obras cumbre de la cantautora canadiense. De tono predominantemente acústico, destaca por lo trabajado de las guitarras y una voz esplendorosa. En los años locos del Laurel Canyon (Hollywood) el talento afloraba con naturalidad y los amigos participaban de ello, por eso aquí están James Taylor, Stephen Stills o Ross Kunkel.

JJ CALE: NATURALY

Un guitarrista con estilo propio literalmente desde el minuto cero. Tanto es así que Eric Clapton versionó su ‘After midnight’ antes de que él mismo lo incluyera en este su álbum de debut. Las canciones de este disco fueron posteriormente versionadas por Kansas, Lynyrd Skynyrd o Waylon Jennings. Y menudo equipo nos acabamos de montar como si nada.

MC5: HIGH TIME

Si entras en la música arrasando con ‘Kick out the jams’ es muy complicado que puedas no ya mantener el nivel, sino sobrevivir. La fuerza salvaje de la banda de Detroit les llevó a la autodestrucción sin posibilidad alguna de salvación, separándose en 1972 tras la edición de este su segundo disco de estudio. Pero nos dejaron antes, como buenos pioneros, esta lección de explosivo y sudoroso garage rock.

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