Viejas crónicas de conciertos de Metallica en España

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Viejas crónicas de conciertos de Metallica en España

Metallica (2018) WiZink Center. Madrid
Metallica (2012) Sonisphere Getafe
Metallica (2010) Rock in Rio Madrid
Metallica (2009) Palacio de los Deportes. Madrid
– Metallica (2003) La Peineta. Madrid

Este viernes 3 de mayo de 2019 veré a Metallica por sexta vez en 16 años. Y claro, uno se pone a echar la vista atrás y a tirar de recuerdos y, aparte de constatar lo rápido que pasa el tiempo, se pone también un poco meloso, algo nostálgico. Rememorar es lo que toca durante la espera hasta el inminente siguiente capítulo.

Pero bueno, que la movida no es esa, la movida es que horas antes de la descarga, apetece hacer un poco de memoria. Tengo que empezar diciendo que me hubiera gustado ir al Estadio del Rayo Vallecano en 1993 pero bastante hizo mi hermano mayor con llevarme a U2 y Guns n’ Roses, ¿no? Así que la primera vez fue el 22 de junio de 2003 en el viejo estadio de La Peineta -ahora Wanda Metropolitano- ante unas 25.000 personas.

De aquel día no tengo crónica porque no existía Mercadeo Pop todavía -tengo pendiente escribir todas aquellas pretéritas, pero es una empresa ardua-. Sí que recuerdo que La Peineta era un lugar inhóspito, que llegar fue tedioso y que calentamos bien con In Flames y Stone Sour. La grada estaba muy lejos en este extraño estadio, de manera que en la pista se estaba de lujo. Y no estaba lleno.

Culpables de que el metal sea totalmente mainstream, no tenían en 2003 Metallica el poder de convocatoria que tienen ahora, inmersos como están en una insolente juventud y su momento de mayor popularidad. ¿Es eso posible a estas alturas? Claro, ya hace tiempo que dieron el paso y ya son como los Rolling Stones o AC/DC, bandas que hay que ver por decreto. Por eso los estadios se les quedan pequeños y acuden a verles muchos que en realidad de metaleros no tienen nada. Está bien, así funciona.





La Peineta moló, fue un día guapo con mi amigo Willy. Presentaban St Anger (2003), un disco al que le tengo cariño por lo que sea. A mí sí me gusta ese sonido de lata de la batería, me posiciono de ese lado de la contienda. Y Metallica siempre han sido una garantía en vivo, en eso jamás flaquearon, así que fue una primera vez.

En 2009 nos reencontramos en el Palacio de los Deportes y con un escenario 360 grados en el centro de la pista. Una maravilla los conciertos así, en definitiva. Visibilidad total, un sonido destructivo y un ambiente de locos. Los conciertos en el Palacio siempre son los mejores, la verdad, el tamaño justo y siempre bien.

Esto escribí entonces: «¡Ay, sí, sí, al fin uno de esos conciertos! Se apagan las luces y la marea humana te lleva, sin saber cómo, hasta la cuarta o la quinta fila. Instantáneamente quedas apretujado contra la espalda sudorosa de un melenas, cuyos pelos se te pegan por todas partes debido a que todo dios comienza a sudar instantáneamente. El último concierto que viví así fue el de Rage Against the Machine el pasado año en Getafe y ya tocaba una reedición».





Al año siguiente, Metallica y Motörhead en Rock in Rio. ¿Cómo resistirse? No había manera. Así que peregrinación en la línea 9 de Metro hasta el fin del mundo y allí un bus hasta el descampado ese que pretenden llamar ‘ciudad del rock’. Bueno, venga, pues vale.

Rock in Rio será lo que sea, pero tenía un poderío brutal y aquello sonaba que daba puta gloria sentir la sangre brotando por tus oídos. Lo que sí recuerdo es que hacía un frío de pelotas y todos con chubasquero. Death Magnetic (2008) era el disco que presentaban y que firmaba la paz definitiva con la gran masa de fans, de modo que fue una velada divertida y trallera a partes iguales. Empezar con ‘Creeping death’ fue una sacada de polla total.





En 2012 regresaba Metallica para tocar entero el Black Album (1991) en el Sonisphere de Getafe. Mucha peña, muchísima. No ya por número, que 38.000 son muchas de por sí, sino por la sensación de que no cabía ni una más. Acabé prácticamente en el córner derecho, junto a las vallas donde había peña tirada por el suelo agotada junto a otra peña meando. Precioso, jaja.

Recordemos la crónica de entonces: «Se apagan las luces y suena ‘The ecstasy of gold’ de Enio Morricone. Pelos de punta y todo dios coreando. Épico de pelotas, esto funciona, fluye. Cojonudo, cuernacos. ‘Hit the lights’, ‘Master of puppets’, ‘The shortest straw’, ‘For whom the bell tolls’ y ‘Hell and back’ fueron las primeras canciones de un recital de puro heavy metal en el que la banda demostró que están viviendo algún tipo de segunda juventud«.

La penúltima siempre parece ser la mejor porque contiene la promesa velada de como poco otra más. Eso se cumplió en febrero de 2018 en el Palacio de los Deportes -WiZink Center- de Madrid otra vez. De nuevo con el escenario en el centro, con un porrón de amigos y con muchas ganas de sábado por la noche.

«Bueno, pues qué queréis que os diga, que de puta madre. Hablando mal y pronto. Porque estamos hablando de Metallica en la ciudad un sábado por la noche. Y Madrid mola mogollón los sábados. Se palpa ese ambiente disoluto en el que el personal se deja fluir, en el que la irresponsabilidad manda. No hay mejor plan y nunca lo habrá, no ya con Metallica, sino con cualquier ecuación que incluya: Concierto guapo, cervezas, abrazos, gente conocida y desconocida pero todos en la onda«, escribí en su momento tirando de épica nocturna.

Metallica, como tantos otros grandes grupos, termina siendo la excusa para que pasen cosas. Es lo que pasa con los grandes conciertos, que son mucho más que música, que tienen ese punto social que hace que perduren en tu memoria muchos años las sensaciones concretas de camaradería, tinnitus y resaca a partes iguales. ¿Acaso no es una combinación maravillosa? Pues hoy más… y no será sábado, pero los viernes son lo segundo mejor.

Por último, como he escrito mucho sobre Metallica en Europa PressEl Independiente y CulturaOcio, aprovecho para compartir unos enlaces por si alguien quiere seguir leyendo un poco más. Veamos:

Metallica: Más duro, más fuerte, más grande
Así se conocieron Lars Ulrich y James Hetfield
Así fue el decepcionante primer concierto de Metallica
Los discos de Metallica ordenados de peor a Mejor


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