Con la firme y premeditada intención de exprimir al máximo el pasado fin de semana en Barcelona, nos plantamos el sábado 8 de junio en el Teatre del Cercle para disfrutar de ‘El Musical’, un espectáculo en el que Cor Vivace hace un repaso de populares composiciones pop de musicales conocidos por todos, adaptado a ese peculiar universo de las corales de aficionados voluntariosos más o menos dotados para el canto.
El Cor Vivace forma parte, junto con la coral infantil Els Picarols i Cantabile, del grupo coral de El Cercle, entidad social y cultural del popular barrio barcelonés de Gracia. Formado en 2009, actualmente cuenta con más de 80 integrantes, con una media de edad de 38 años, y está dirigido por Tomás Rosado, con el acompañamiento de un grupo de músicos más que solvente y eficaz.
La cuestión es que aún siendo profanos en esto de las corales, el hecho de que CorVivace proponga un recorrido por clásicos escénicos de música pop, lo hace todo mucho más accesible. Y es que así, de primeras, se atreven con ‘Hallelujah’ en versión de Leonard Cohen, ‘America’ (‘West Side Story’) y un ‘Aquarius/Let the Sunshine In’ (‘Hair) tan vigorizante como necesariamente hippie y feliz pase lo que pase.
Con una propuesta escénica sencilla pero efectiva que incluye bailes colectivos razonablemente bien coordinados a pesar de las obvias dificultades ante un grupo de tal magnitud, la cuestión se pone cabaretera con ‘And all that jazz’ (Chicago), épica con ‘Do you hear the people sing?’ (‘Los Miserables’), e intensa con ‘No one is alone’ (‘Into the woods’).
Los diferentes componentes de la coral van turnándose para disfrutar de sus segundos de gloria en determinadas líneas, algunos con más éxito que otros, aunque siempre poniendo una pasión que empatiza sin rodeos con la audiencia, siempre dispuesta al aplauso generoso, aunque no regalado ni facilón.
‘Seasons of Love’ (‘Rent’) da paso ‘Can you feel the love tonight?’ (‘El Rey León’), y uno no puede por menos que asentir inconscientemente al constatar la indiscutible solvencia de Elton John como compositor a lo largo de los últimos cuarenta años, con piezas capitales en la historia del rock, del pop, del gospel y de lo que le venga en gana.
La siempre optimista, vitalista y saltarina ‘Dancing Queen’ (‘Mamma Mia’) anima a algunos a bailar con su pegajosa melodía, antes de una traca final con ‘You can’t stop the beat’ (‘Hairspray’) y la despreocupada festividad de ‘It’s raining men’, todo un canto a la vida sin prejuicios, sin juicios sumarísimos, sin gilipolleces.
Un canto a la vida a través de las poderosas gargantas de 80 cantantes que emplean su (sin duda escaso) tiempo libre en ensayar y en dar rienda suelta a su pasión para aportar algo de luminosidad a la sentenciada humanidad en estos tiempos oscuros en los que se puede escuchar música molesta en teléfonos móviles por la calle, pero pareciera que hay que pedir permiso para entonar canciones con alma sin que a uno le tomen por loco.
Es como ese tipo que hace unos días estaba en la estación del metro madrileño de Gran Vía cantando villancicos en pleno mes de junio. A lo mejor no tenía sentido, o tal vez fuera lo más lógico que ese día había sucedido en toda la ciudad. Porque cantar es una necesidad inherente al ser humano, y de eso estos 80 valientes de CorVivace saben mucho.
Por cierto, vamos recordar que los próximos días 5 y 6 de julio repiten en el Teatre del Cercle debido al éxito de público de las dos funciones del pasado fin de semana. Y eso siempre es una alegría.
BRAVO!! POR ESOS VOLUNTARIOSOS Y VIVACES CANTORES QUE NOS PERMITEN COMPARTIR UNOS MOMENTOS DE FELICIDAD!!!