– Super Skunk (2001) Sala Gruta 77. Madrid

Crónicas

Lugar: Sala Gruta 77. Madrid
Fecha: 22 diciembre 2001
Asistencia: 500 personas
Artistas Invitados:
Precio: 600 pesetas
Músicos: David Obelleiro (guitarras), Javi Rojas (bajista), Javi Gómez (baterista), Rodrigo Llamazares ‘Mc Hamster’ (voz)


Antes de despertarme ya me sentía profundamente culpable. Es asqueroso despertarse con la sensación de que has obrado mal y comprobar que, efectivamente, la has cagado. De hecho es que no me lo podía creer. Después de una noche horrible, de esas en las que no descansas nada, en las que te despiertas varias veces y tienes sueños feos, la pesadilla adoptó forma humana en cuantro abrí ligeramente uno de mis ojos. Había demasiada luz en la habitación y eso sólo podía significar dos cosas: o el sol brillaba con una intensidad inusitada o me había quedado dormido. La segunda opción, la chunga, la que te pone frente al pelotón de fusilamiento, fue la ganadora.

Levantarse de la cama por culpa de que tu corazón ha volcado es muy desagradable. Me arrojé sobre el despertador y confirmé que eran más de las once y media de la mañana. ¡Maldita sea! El teléfono móvil, apagado a su lado. Lo agarré con miedo y lo encendí resignado a encontrar en él un montón de mensajes de gente reclamándome. Apenas unos segundos y allí estaban las misivas (¿dónde andas metido?, ¿David?, ¿nos llamas cuando puedas?, y preguntas por el estilo). Recibir mensajes en el móvil en ocasiones es muy desagradable. Más todavía si sirven para confirmar que la has cagado a tope.

Para cuando estaba frente al espejo metiéndome unas cuantas pastillas contra la resaca tendría que haber estado en una rueda de prensa, pero la noche anterior resultó todo un bombazo que me estalló en plena cara. Era imposible que llegara a tiempo para arreglar el desastre, de modo que decidí tomármelo con calma, sobre todo para evitar que mi estómago alcanzara los niveles de enfermedad que ya reinaban en mi cabeza. Una llamada para dar la cara y, bueno, menos mal que hay compañerismo. La rueda de prensa se había salvado gracias a una compañera caritativa.

Una ducha con agua fría y, venga, hay que comenzar a atar cabos y recordar. Todos los recuerdos iguales como un bucle que no para de circular. Cerveza, cerveza y más cerveza. Guitarras, batería, bajo, saltos, risas, visitas a la barra, compadreo, decibelios, adrenalina, la mejor compañía posible. Rostros populares aparecen como flashes. Que si Guillermo Toledo, que si Lucía Jiménez. Mucha gente apoyando a Super Skunk en el Gruta anoche. Seguro que ellos no tenían que madrugar tanto como yo, y por eso parecía que se lo pasaban tan bien. Por la mañana no tenían que librar una lucha sin cuartel para dominar su propio cuerpo.

En realidad la culpa no fue mía. Tampoco del cha cha cha. La culpa fue de Super Skunk joder. Porque menudo grupo. Irresistible a todas luces. Una mala idea pensar aquello de «venga, vemos el concierto, nos tomamos un par de cervezas y a casa, de verdad». Engañarse a uno mismo no es bueno, no es sano y no es ético. Un grupo que mezcla con maestría lo mejor de Rage Against the Machine y de Red Hot chili Peppers no va a dejar que te marches a tu casa si todavía te queda algo que dar.

Te obligan a darlo todo quieras o no. No sé cómo lo logran, pero al final lo haces por propia voluntad. Nada importa más que aprovechar la fugacidad del momento. Si eso no es lo que quieres, no haber acudido a su llamada. Pero es que fueron tantos los temazos, que podías sentir la necesidad de dejarte llevar sin que nada importara: No hay tiempo, Planeta azul, Fugaz, Nadie como tu, May day, Dos, HP, Sea como sea

Con un aspecto manifiestamente mejorable, por fin me armé de valor para salir a la calle. Para entonces ya había recibido algunos mensajes más mofándose de mi hazaña. Recordé mientras bajaba las escaleras algo relacionado con la barra de un bar, unos taburetes y gritos al pincha discos pidiéndole algo de U2. Me suena que algún amigo tuvo que acompañarme a casa poco después, cuando los camareros del bar me invitaron a marcharme. Más sentimiento de culpabilidad, venga. Una noche te dejas llevar y a la mañana siguiente todo es reprocharte cosas a tí mismo. Un negocio tan estúpido como comprarle goma quemada a un moro pensando que te está vendiendo hachís del bueno.

A medio camino tuve que bajarme del vagón del Metro porque estuve a punto de echar de todo por la boca. Pálido, sudoroso, oliendo a alcohol. Toda una maldita joya, pero por encima del bien y del mal gracias a una cazadora de cuero con la talla adecuada. Dudé entre meterme al siguiente vagón o en el bar de la esquina a acabar con el desatino por la vía rápida, pero si aparecer en el trabajo de resaca cien por cien ya es duro, hacerlo borracho no es del todo atractivo. Quise comprar el periódico para abanicarme y entonces me di cuenta de que no llevaba la cartera. Lo vi claro instantaneamente. Aquella tipa rara del baño de chicos resultó ser demasiado facilona, pero se lo cobró con creces.

Ya era casi mediodía cuando hice acto de presencia en la redacción. Pensaba yo que había logrado mi objetivo con cierta dignidad, cuando una arcada traicionera provocó la catástrofe. No me dio tiempo a llegar al baño, a pesar de que lo intenté. Pero aquella chavala, la de Economía, nunca debió cruzarse en mi camino… pobre, sus gritos todavía me quitan el sueño. Bueno, en realidad me hacen reir porque siempre me pareció una estúpida. Hay fotos del momento. He intentado destruirlas, pero la gente es malvada y se empeña en documentar lo peor de cada uno.

Después de potar a la chica en cuestión seguí corriendo hacia el baño, con tan mala suerte que la puerta se abrió justo cuando yo iba a empujarla y entré arrasando, tropezando y golpeándome contra la pared. Por si fuera poco, un grupo de fans me perseguían en fila india para no perder detalle. Mareado, alcoholizado, con dolor de estómago, el estómago vacío, sudoroso, en plan vomitón y con la nariz sangrando. Me encerré en el baño y sopesé seriamente no salir de allí nunca más, atrincherarme y empezar una nueva vida. Seguro que mis amigos, esos que me hablaban desde el otro lado de la puerta del baño, me podrían ayudar pasándome cerveza y patatas fritas. Tal vez así podría subsistir hasta que se olvidaran de mi.

Al cabo de al menos un par de horas por fin cedí a los reclamos de mis compañeros y me dejé ver. Creo que en el tiempo que estuve en sentado en la taza del váter incluso concilié el sueño un ratito. Fue bastante agradable, esa es la verdad, uno de esos momentos de tranquilidad total que demuestran que incluso en la guerra siempre hay tiempo para encontrar la paz si se desea de veras. Desconozco el aspecto que tenía, pero cuando abrí la puerta los allí congregados enmudecieron.

Encontré las fuerzas en mi chupa de cuero. Es increíble la dignidad que una prenda bien escogida puede otorgarle a alguien a pesar de que sea sólo un pedazo de basura. Pero basura con actitud. Les saludé con un leve alzamiento de mi mano derecha y, sin articular palabra, me abrí paso entre ellos y me largué. Nadie me pidió que me quedara. Abandoné el periodismo en el mismo momento en que abandoné el edificio. Aparentemente nadie sufrió por ello. Yo tampoco.



Más allá de estropicios varios, este concierto sucedió y en Los+Mejores Rock Magazine queda constancia de ello:

¿Cómo? ¿Que no conoces a Super Skunk?

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6 thoughts on “– Super Skunk (2001) Sala Gruta 77. Madrid

  1. Super Skunk fueron los grande olvidados de toda esa cantidad de bandas que nos invadió. Pero como ellos muchos, Mudhoney, Screaming Trees o Supersuckers que resisten aún hoy en día facturando grandes trabajos.
    Nos vemos en el concierto de AC/DC y Metallica en Madrid.
    Rock on
    Phil
    PD: Te incluyo en el blogroll de mi blog, si te molesta me lo dices y lo quito, ok??

  2. Super Skunk eran un grupazo. Durante un tiempo me gustaron mucho mucho y tuve la suerte de verles un par de veces en directo. Te agrego ya mismo a mis enlaces, por supuesto. Gracias!

  3. Gran historia…

    Todos hemos tenido alguna de esas noches…

    Recuerdo alguna en Mexico, siempre con Tequila de por medio…

    No ha habido licencias poéticas verdad?

    SalU2!

  4. Galko: simplemente lo mejor que he leido en semanas. Genial. Todo: La trama, la forma, la historia, la gracia… y la música, claro está.
    Un abrazo, espero estés recuperado ya, pero feliz por esa vivencia!.
    Un abrazo.
    El Mar.

  5. Jajaja, buenísimo. Me habría encantado ver a ese grupo, y esa noche se ve que lo pasaste bien, a ti también te cobraron eh! Se podría decir así no? jijiji

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