Sidonie (2015) Las Vistillas. Madrid

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Lugar: Las Vistillas. Madrid
Fecha: 15 mayo 2015
Asistencia: 5.000 personas
Artistas Invitados:

Chulapismo pop

Cuando la ciudad está de fiesta, la música marca el ritmo. Y como la música no entiende de fronteras, Madrid reivindica su chulapismo con Carlos Baute en la pradera de San Isidro, Efecto Pasillo y Funambulista y DVicio en la Plaza Mayor y Sidonie en unas Vistillas en las que los pakistaníes vendiendo latas de cerveza a 1 euro sustituyen a las gallinejas y los entresijos en un ambiente efervescentemente etílico y más espirituoso que espiritual.

Poco chotis en las Vistillas en una jornada que celebra una nueva edición de los Premios Rock Villa de Madrid, con Dead Bronco como ganadores a última hora de la tarde, con los jardines ya bien repletitos de personal entregado con vehemencia al regadío de gaznate. Pero cuando cae la noche, las costuras de la plaza literalmente se ponen a prueba mientras los chicos de Sidonie se preparan para un concierto que fue grabado para su futura edición en vídeo.

En un ambiente tan propio para el festejo, Marc, Jess y Axel dieron su enésimo recital en la capital en los últimos meses dentro de la gira de presentación de su último disco, ‘Sierra y Canadá’, resultado del buen momento de forma de una de las bandas fundamentales del panorama patrio, con un directo tan contundente como divertido. Un grupo que funciona aunque el sonido sea mejorable en demasía por una ecualización cuanto menos intrigante.

Suenan ‘Fascinado’, ‘On the sofa’, ‘La sombra’ y ‘Sierra y Canadá’ a volumen brutal, estridente en exceso. Pero ya se sabe que cuando el personal está de fiesta es benévolo con los contratiempos, de manera que la velada en realidad fluye atronadora con desparpajo. Aparte, cuando hay de por medio estribillos pop tan luminosos como ‘No te puedo olvidar’ y ‘En mi garganta’, lo más razonable parece dejarse llevar sin ponerse quejica de más.

Y es que tras la nueva ‘Aunque Dylan se muera’, los estribillos se suceden inapelables entre guitarras a potencia desmedida y algunas otras disonancias cada vez menos relevantes por el propio poder de las canciones: ‘Un día de mierda’, ‘A mil años luz’, ‘El bosque’, ‘Costa Azul’, ‘El Incendio’, ‘Por ti’, ‘Nuestro baile del viernes’ y ese canto a la amistad con vocoder falseado que es ‘Estáis aquí’ como gran colofón a hora y media de certero pop rock, confeti incluido.

Un concierto de repertorio victorioso y compacto en el que las canciones, interpretadas con el habitual talentoso descaro, vencieron por encima de todo como festejo definitivo para unos parroquianos con poca pinta de visitar las parroquias tradicionales. Una panda de canallas, vaya. Todos sin excepción. Viva San Isidro o algo.

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