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Sergio Vallín: «Estás retrocediendo no sé cuantas décadas al escuchar la música en el móvil»

Entrevistas

El guitarrista de Maná, Sergio Vallín, publica un proyecto largamente mimado. Un álbum instrumental con la Orquesta Sinfónica de Praga y colaboraciones de Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra, Steve Vai, Fher Olvera, Ara Malikian, Marco Antonio Solís o Berta Rojas.

‘Microsinfonías’ da una vuelta de tuerca a canciones como ‘Bachata rosa’ o ‘Cuando nadie me ve’ y tiene también temas originales. Está grabado, además, en Dolby Atmos. Un sistema inmersivo que va más allá del stereo y del que se ha encargado el productor Mikel F. Krutzaga. Por eso en el lanzamiento participa también Tidal, que estrenó el disco en exclusiva.

Hablamos con ambos por videollamada, pues nuestro encuentro presencial en los cines Odeón Leganés (del centro comercial Sambil) donde íbamos a escuchar el álbum en toda su amplitud, lo frustró la nieve.

CHARLA CON SERGIO

Hola Sergio. Cuéntanos un poquito de dónde viene este disco
¡Hola! Pues la primera idea fue en el 2008. Y no fue hasta el 2016 cuando se pudo hacer ya tangible, ya pudimos grabar. Estuvimos en Praga con la Orquesta Sinfónica de Praga. Lo más complicado fue grabar a los invitados, un proceso muy largo por las agendas de cada cual. Pero fue algo muy bonito porque siempre hubo intención y voluntad.

Y mucha libertad…
Así es. Es un proyecto hecho con mucho amor y pasión por la música. Este disco es muy mágico y más que otra cosa la idea era compartir la música. Y que los invitados se sintieran con la libertad de expresarse y hacer lo que ellos sintieran.

¿Por qué estas canciones en particular? Es interesante porque así te conocemos más. Como fan, de hecho
Es un proyecto inspirado en compartir la música de mis amigos artistas, a los que admiro y quiero. Por eso están ‘Cuando nadie me ve’ de Alejandro Sanz o ‘Bachata Rosa’ de Juan Luis Guerra.

Llama mucho la atención justo ‘Bachata Rosa’. Como que igual no te pega demasiado, ¿no?
Pues fíjate que esta canción la tocaba yo cuando tenía como 17 años y estaba en una banda de bailes. ‘Bachata rosa’ estaba a tope entonces. Cómo me iba a imaginar que tantos años después el mismo Juan Luis Guerra iba a estar tocando en un disco mío como este.

Y no son los únicos invitados.
No. Está también Marco Antonio Solís, a quien admiro desde hace muchísimos años. Y qué puedo decir de Carlos Santana, todo un gurú para mí y somos amigos desde hace veinte años. Y hay más…

Buscaba yo la voz de Alejandro y de Juan Luis, pero no cantan, puesto que se trata de un disco instrumental. ¿Qué hacen entonces en el disco?
Bueno. Alejandro no canta, pero toca la guitarra flamenca. Su tema lo empieza él. Y a la mitad entra Ara Malikian y se hace un solo de violín. Marco Antonio Solís, desde su banda Los Bukis, además de cantar y componer también tocaba las taroletas. Así que le dejé un lugar especial para un solo. Juan Luis Guerra, en lugar de cantar, está tocando la guitarra de jazz. Porque él toca muy bien la guitarra y mucha gente no lo sabe. Tienen aquí un lugar protagonista como instrumentistas en lugar de cantar. Fher también tiene pinceladas de la harmónica en ‘Vivir sin aire’. Nos divertimos mucho.

Reimagináis juntos canciones conocidas por todos. Extendiéndolas. Cogiendo la melodía pero a partir de ahí desarrolando y viajando.
Esa es lo mágico de la música. Al final no hay reglas. Igual hay una carretera que todos conocemos para llegar a un sitio, pero en ese transcurso pueden pasar mil cosas. Eso pasa con las ‘Microsinfonías’, que no nos limitamos.

Y tienes también tres temas originales.
Me siento también muy bendecido por los tres temas originales. En ‘Desnudo’ está Santana. En la ‘Microsinfonía’ está Steve Vai. Y en ‘Don Sergio’ Berta Rojas. Es como… ¡guau!

Por si no fueran suficientes nombres, ahí está la Sinfónica de Praga, eh.
La sinfónica le dio el carácter al disco con los maravillosos arreglos de Eddie Lang y Mario Gustavo Juárez. Ellos le dieron también su forma de ver la música en su manera de pintar. Logramos un disco muy bonito y con muchas cosas estéticamente muy bellas.

Y como es instrumental y sinfónico, es muy cinematográfico. Lo íbamos a escuchar en el cine y no pudimos por la nieve. Tiene esa vocación de banda sonora para que cada cual ponga sus propias imágenes a la película.
Totalmente. Y es una de las cosas que más me gusta. Que escuchas y tu imaginación puede volar libremente. Espero que tengamos una segunda parte ya a nivel cinematográfico…

Para escucharlo en Dolby… igual un buen coche con un buen sistema Dolby Atmos conduciendo por las interminables carreteras de Utah… ¿ese es el lugar idóneo?
Jaja, Utah. Yo creo que el lugar más ad hoc para que haya un sistema Dolby Atmos puede ser tu coche, sí. Creo que ya están trabajando en eso. Es difícil que la gente tenga la oportunidad de escuchar en Dolby Atmos en un cine o una sala específica, porque es muy costoso. Pero creo que la tecnología está a punto de llegar para darnos a todos el beneficio de poder gozar esa tecnología de forma más general.

Pues te vi la otra noche regalarle este disco a David Broncano en La Resistencia en cinta de casete. ¡Es como lo opuesto al Dolby Atmos!
¡Hacía mucho que no metía una cinta en un radiocasete para escucharla! Ahí es cuando te das cuenta del salto evolutivo que ha vivido la música. Antes nos conformábamos con eso porque es lo que había. El parámetro era el casete. Ahora es Dolby Atmos. Ya después de escuchar la música con esta tecnología no la quieres escuchar de otra forma. Al menos yo como músico. Por lo tanto, tienen que buscar la manera de que de veras haya sistemas domésticos para que podamos escuchar la música así. Después no sé, será tridimensional…

Con hologramas
¡Eso! ¡Con el artista sentado en el sofá de tu casa contigo cantando!

Jaja. Si la gente tiene una forma impresionante de escuchar y se le da valor a la música, pues igual dejamos de escucharla de mala manera en el teléfono…
Eso hace muchísima falta. Lo más complicado es educar… guiar a la gente. Sobre todo el quitar los malos hábitos. Porque ya la gente, y me incluyo, nos hemos hecho el mal hábito de escuchar pésimamente la música. Ya te sale en el altavoz del móvil y prácticamente ahí se escucha en mono. Estás retrocediendo no sé cuantas décadas al escuchar la música en el móvil.

Nos han obligado a vivir en la urgencia
Por eso cada vez hay menos tiempo para leer, para escuchar música… antes era un ritual. Cogías el disco, lo abrías, leías los créditos, te sentabas en tu sofá y a escuchar. Ahora al menos los jóvenes no veo que tengan esa devoción por escuchar la música.

Eso le quita relevancia a la música en sí misma. Y por eso nos vale con escucharla malamente en el móvil
Es que el proceso mecánico que requería un esfuerzo al hacer las cosas ha desaparecido. Ahora quieres buscar una nota de un libro y lo tienes en el móvil. Antes tenías que ir a la biblioteca y buscar los libros, había un proceso de experiencia que lo hacía mucho más trascendente en nuestros pensamientos y sentimientos. Ahora no y eso es preocupante.

CHARLA CON MIKEL

Hola Mikel. Ya he estado charlando con Sergio y me ha contado muchas cosas. Hablemos del tema más tecnológico contigo. ¿Por qué mola el Dolby Atmos?
¡Hola! Pues esta tecnología nace para el cine. Yo llevo años trabajando en multicanal y en los últimos años con Dolby Atmos para películas. Eso estaba ya abierto, pero no existía la posibilidad en la música, sin ser parte de una película. Hace un año se pusieron de acuerdo la gente de Dolby con Tidal para poder escuchar en multicanal tal y como se mezcló.

La cosa es que no solemos tener en casa un home cinema o un sistema de sonido realmente potente. ¿Cuál es la mejor forma de disfrutar de ‘Microsinfonías’ a pesar de eso?
La mejor forma de escucharlo es a través de altavoces. En un equipo de home cinema o con las barras que están haciendo ahora, se puede escuchar muy bien. También está la opción de los auriculares, pero recomendaría los altavoces. Aparte, Dolby ya está trabajando para implementarlo en coches en marcas de alta gama.

¿Cómo es integrar a toda una sinfónica en esto?
Es una orquesta de cincuenta piezas. Cuerdas, madera, metal y percusión. Los arreglos abarcaban todas las secciones muy bien. Cuando se va a mezclar en surround, hay que pensar primero cuál debe ser la forma en la que te va a envolver ese sonido.

Es muy creativo diseñar dónde ponemos a la orquesta. Si tiene que sonar detrás, delante, en un ladito…
Lo es, lo es. Lo que se hace es recrear el espacio donde están tocando. Aunque los ojos miran hacia delante, nosotros escuchamos en todas las direcciones. Por eso la sensación al escuchar este disco es de estar en el sitio donde se grabó. Dolby Atmos te da muchas más posibilidades para recrear la música de manera mucho más real.

Comentaba con Sergio antes que escuchamos la música de mala manera. Estamos perdiendo esa devoción, si acaso no la perdimos ya. ‘Microsinfonías’ va en la dirección opuesta a la tendencia. Requiere una atención que ya casi nunca prestamos.
Es un proyecto pensado por la música y para la música. No para llegar a cuanta más gente mejor, sin importar cómo. Está hecho para que cuando lo escuches sientas la música y la aprecies. Sergió no firmó con ninguna discográfica por eso, para no comprometerse a hacer cosas que no fueran por la música. Mejor situación, en mi caso, no puedes encontrar. Un disco en el que nadie presiona en una dirección que no vaya a ser buena para la música, y con todas las posibilidades técnicas.

Os lo habéis pasado muy bien, me parece a mí, jaja
La música es un juego. A un músico todo el proceso después de la grabación se le hace muy cuesta arriba. Aunque entiende que es necesario. Pero lo que quieren es agarrar el instrumento y disfrutar.

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