Lugar: Teatro Circo Price
Fecha: 26 de enero de 2019
Asistencia: 1.800 personas
Second es casa
A mí me gusta Second porque relataron con canciones lo que me rondaba la cabeza durante una etapa concreta de mi vida, allá por 2009, con su álbum Fracciones de un segundo en general y con esa catedral que es Rincón exquisito en particular. Entonces cruzamos nuestros caminos y diez años después aquí seguimos.
Durante esta década ha habido momentos de más cercanía y otros de ese distanciamiento que no importa porque sabes que puedes regresar cuando quieras. Sabes que el otro siempre va a estar ahí. Esa distancia la pusieron los chicos de Second consigo mismos durante el pasado año para mirarse con perspectiva, soñarlo todo de nuevo y abrir nueva etapa pasando de quinteto a cuarteto -y a sexteto en vivo con dos fichajes adicionales-.
El resultado de este reinicio es Anillos y Raíces, su notable más reciente álbum, que es el que ha propiciado este reencuentro que ya tocaba. En un marco propicio, además, pues el Teatro Circo Price es un lugar bien cuqui, grande pero pequeño, acogedor pero amplio. Con las 1.800 entradas agotadas como merecía la ocasión para la puesta de largo del disco en la capital, un sábado noche de los que molan y resuenan aún con fuerza el domingo en la cabeza.
Y ya desde el primer momento quedaba claro que todos los asistentes arrancaban directamente con la tercera marcha. Y es que siempre me hace gracia ese momento en el que la gente se levanta en los conciertos con butacas, y en esta ocasión fue exactamente en el momento que salieron los músicos a escena. No hizo falta más y ya presagiaba una de esas veladas de comunión tan directa como férrea.
La música empieza a sonar con una de las nuevas, En otra dimensión, seguida por la festividad de Rodamos y Primera vez. Un trío ganador para que el grupo se ubique y todas las piezas encajen rapidito. Con buen sonido, con Sean Frutos gobernando el escenario con su carisma habitual y su magnética voz, de las mejores del panorama independiente español, por no decir la mejor. Para cuando llega 2502 el Circo Price está del revés entregado a la noche.
Nuevas composiciones como ¿Quién pensaba en eso?, Atrévete o Contra viento y pronóstico, Teatro infinito y Nuestro lado de la ciudad se intercalan con Nivel inexperto y Nueva sensación, constatando la rotundidad del repertorio urdido por el grupo murciano durante los últimos veinte años. Y el material más reciente empasta bien y con naturalidad con el más añejo. Porque Anillos y Raíces es un disco con mucha chicha, cuyas canciones van creciendo con cada escucha.
Por el frenesí de la vida diaria, de eso me he dado cuenta ahora. Porque cuando entrevisté a la banda con motivo del lanzamiento en noviembre, apenas lo había podido escuchar un par de veces -los álbumes nos los pasan antes en formato digital y tratas de atender todo lo posible para sacar las preguntas, pero siempre termina siendo todo demasiado apresurado-. En lo que llevamos de 2019 sí que lo he escuchado perfectamente unas treinta veces y por eso es ahora cuando estoy empezando a comprender esas canciones.
Esa es otra de las razones por las que me gusta Second. Porque no es música de consumo rápido. Puede que no se presenten con un hit pop de esos que se les pegan a los niños hasta que lo queman de tanto tararearlo, pero justo esa es la gracia. Y por eso llevan más de veinte años con nosotros. Y por eso tienen enjundia, por eso su carrera es de largo recorrido y por eso tienen un presente renacido y un futuro prometedor. Y lo digo mucho, es verdad, pero no me cuadra que esta banda en particular no tenga un público aún más amplio. Llenar el Price no está al alcance de cualquiera, es cierto, pero yo siempre pensé que Second son un grupo de pabellones. Lo pensé y lo pienso, por eso lo afirmo en presente.
Esta opinión la refrendo con toda la firmeza imaginable porque lo de Muérdeme es de escándalo. Una canción rebosante de épica y con los típicos coros que canta todo dios entregado. Y luego está N.A.D.A., que tiene esa grandilocuente nostalgia inherente a todo lo que hacen y que supongo que va muy bien con mi personalidad. Melancolía alegre. Seguramente por eso también me gusta Second, quienes para esta nueva gira, por cierto, tratan de llevar sus canciones un poquito más allá con esos dos músicos adicionales para guitarras y teclados -una labor que antes hacía solo el ‘desertor’ Javi Vox-.
La suerte de tu piel es de las nuevas que molan bastante, y luego sigue Más suerte que, como Conocerte, tira por un formato más acústico con Sean sentado en las escaleras del escenario y el resto alrededor, con alguno incluso arrodillado. Demuestra así el grupo que aparte de la pegada bombástica, sabe también manejarse en la distancia más corta posible. Con el cara a cara y mirando a los ojos a los suyos.
Para el tramo final, Sonará en todas partes, que este domingo resacoso le cantaba esta mañana a mi pequeñajo de un añito, que me atendía de una manera disparatada, mirándome a los ojos enrojecidos por el sueño y el alcohol. Algo ha pasado en ese instante, lo descifraré en algún momento, supongo. Y después de Sonará en todas partes, el Price ‘se arrumaca’ en torno a Rincón exquisito, himno máximo de esa cosa por algunos denominada indie español. La canción que lo empecé todo porque me voló la cabeza y que hay que recibir cuadrándose militarmente.
La despedida y cierre corre a cargo de Mira a la gente con lluvia de confeti y toda esa mandanga que resulta siempre tan efectiva cuando las emociones andan desatadas. Según acaba salimos escopetados porque hay que ir a casa de la abuela a recoger al ‘paquete bomba de los pañales’ y tiramos por toda la calle Embajadores contemplando desde el coche el movimiento de la ciudad en un sábado en la noche cualquiera. Y entonces, en ese silencio motorizado, inconscientemente afirmo en voz alta: «Second es casa». Ella asiente al volante, yo me veo en el retrovisor iluminado por las luces de las farolas y nos fundimos en negro.
