SanSan Festival (2016) Falkata Sundown Gandía (Valencia)

Sin categoría

Lugar: Falkata Sundown. Gandía (Valencia)
Fecha: 24 a 28 de marzo 2016
Asistencia: 36.000 personas
Artistas Invitados: Supersubmarina, Second, Izal, Fangoria, Miss Caffeina, Mucho, Zahara, Dorian, Dinero, Carmen Boza, Corizonas, L.A., Chucho, Sr Chinarro…
Precio: 45 euros el abono

El milagro de la música en Semana Santa

No hacerse líos ni creerse milongas: El SanSan ha sido el milagro de esta Semana Santa. Porque el festival de Gandía, en su tercera edición, ha tenido su propio via crucis, su penúltima cena, sus casi letales ‘traiciones’ y su resurrección hecha carne a través del medio centenar de conciertos que son los que, en última instancia, han dado sentido a todo este kilombo con un planteamiento intrincado, un desarrollo confuso y un desenlace feliz.

Porque no han sido ni mucho menos pocas las dificultades que la organización ha ido sorteando durante las semanas previas (supongamos que algunas culpas propias, otras municipales) hasta llegar al jueves 24 de marzo a contrarreloj para su celebración en el nuevo emplazamiento del Falkata Sundown Gandía, un recinto que quizás no sea idílico, pero que terminó adaptándose y convirtiéndose en la patria de la música española durante cuatro intensas jornadas a las que en total asistieron 36.000 personas, según datos de la organización.

Pero vayamos por partes y cierto orden cronológico. Y empecemos con el jueves y el momento dulce de unos Izal que, como era de esperar, demostraron de nuevo su poderoso tirón popular congregando a 8.500 personas durante su recital, en el que desgranaron el contenido de su disco ‘Copacabana’ sin olvidarse de temas añejos como ‘Qué bien’, ‘Pánico práctico’ o ‘La mujer de verde’. Cada vez más cohesionados y solventes, desgranan su cancionero para jolgorio de unos acólitos que lo cantan absolutamente todo.

Antes de Izal, Miss Caffeina también sacaba músculo presentando su reciente álbum ‘Detroit’, en el que dan mayor relevancia a los sintetizadores, si bien en su traslación al directo las guitarras siiguen siendo tan afiladas como de costumbre. De esta mezcla de nuevos sonidos y temas de sus anteriores trabajos sale un repertorio cada vez más variado pero que mantiene inalterable su identidad con ese fondo de ‘copla indie’ que les hace tan originales y les otorga personalidad en la cada vez más extensa maraña indie.

En esta maraña lucen galones unos clásicos que abrieron a plena luz a primera hora: Sr Chinarro y Chucho, encargados de caldear el ambiente y de aplacar cierto malestar por la cancelación de los conciertos del tercer escenario por una serie de problemas administrativos que no se resolvieron a tiempo. Más tarde, con la caída del sol, Carmen Boza desgranó su ‘Mansión de los espejos’ dando rienda suelta a su faceta eléctrica con su Fender Telecaster echando humo. Como también echó humo el personal con el concierto de un Rayden que puso la cuota de hip hop al SanSan de este año (entonando incluso el ‘Vivir así es morir de amor’ de Camilo Sesto).

El colofón liándola a lo grande a última hora lo pusieron Dinero, a partir de ahora pasando de trío a cuarteto, por supuesto con Sean y Ekain como carburante necesario para que el motor siga rugiendo como siempre, es decir, a lo bestia (el sonido atronador), mientras seguimos esperando nuevo disco de estudio con esta nueva formación. El fin de fiesta con ese pelotazo que es ‘En invierno’ puso la rúbrica a una actuación que, de tan ardorosa, se evaporó en un abrir y cerrar de ojos. Una buena metáfora para toda la jornada.

[Fotos cedidas por SanSan Festival, obra de Rodrigo Mena]

El viernes 25 empieza temprano con Amatria, Ángel Stánich y Modelo de Respuesta Polar, antes del gran canto comunal organizado por La Habitación Roja, que por esta vez jugaban en casa a una semana de la publicación de su nuevo disco ‘Sagrado corazón’, del que sonaron algunas nuevas composiciones (que sonarán de nuevo el 31 de marzo en la Joy Eslava madrileña). Pero por ahora, en su lustrosa y enérgica madurez, sus momentos álgidos siguen siendo ‘Ayer’, ‘Indestructibles’, ‘Voy a hacerte recordar’, ‘La moneda en el aire’, ‘Taxi a Venus’ o ‘Febrero’. Impecables en su ampuloso guitarreo de irresistibles melodías.

Tras ellos, dos de las bandas más interesantes y originales de la escena independiente patria, con Corizonas derrochando actitud pendenciera y presentando también su próximo disco con singles tan coreables (y casi pop) como ‘Todo va bien’, que abren nuevos caminos sonoros más allá del salvaje oeste americano que les sirve de inspiración y en el que El Meister ejerce como sheriff tan indulgente como desafiante.

Turno después para L.A., que hicieron un variado repaso a su discografía con temas del reciente ‘From the city to the ocean side’ pero sin olvidarse de ‘Outsider’, ‘Under radar’, ‘Stop the clocks’, ‘Older’, ‘Hands’ y ‘Crystal clear’, entre otras. El momento del grupo es de un clasicismo dulce con una elegancia y un buen gusto innato, con Luis Alberto respaldado con solvencia por una banda que sabe modular su energía según requiera cada canción y con la que todo parece fácil.

Hay un (dramático) cambio de tercio en este punto con las Nancys Rubias de Mario Vaquerizo haciendo lo que habitualmente suelen hacer, que no pasa de entretenido un ratillo. Y después Fangoria enciende su gramola de éxitos con ‘Mi novio es un zombie’ y demás clásicos intercalados con los temas de su reciente ‘Canciones para robots románticos’. El gentío, variopinto en aspecto, en edad, en procedencia y en intenciones nocturnas, baila y gira y se desequilibra y retoma la verticalidad con naturalidad antes del fiestón final de Varry Brava y el set de Eme Dj que acabó abruptamente por la llegada de la policía por incumplimiento de horarios. Otra jornada de ritmo frenético.

[Fotos cedidas por SanSan Festival, obra de Rodrigo Mena]

El sábado todavía el menú es opíparo y diverso desde primerísima hora con Mucho ‘llamando a las puertas del infierno’ con su rock cósmico que ahora es más cósmico y desprejuiciado que nunca con atracón de sintes cercanos a una rave en toda regla. Y les siguen Polock y la épica de esos Full que siguen ganando adeptos concierto a concierto (al mismo tiempo nos encontramos casualmente con The Purple Elephants reubicados en la discoteca tocando ante cuatro gatos, lo cual es una pena porque su blues rock setentero aporta una nota de color en un cartel en el que este estilo no abunda).

Zahara toma el escenario en ese punto en el que el sol empieza a largarse otorgando cierto misticismo crepuscular a las intensas canciones de ‘Santa’ (con nuevos músicos de directo encabezados por el muy versátil Manuel Cabezalí de Havalina), antes de que Second protagonicen el pelotazo de la jornada encadenando grandilocuencia y ampulosidad con un repertorio incontestable que tira abajo el festival con temas para multitudes como ‘2502’, ‘Muérdeme’ o ‘Rincón exquisito’. Igual está feo decirlo así, pero es el concierto más fornido del festival y de mayor comunión con el gentío (lo habitual, vaya, pues lo de Second en directo está fuera de toda duda, así que los que podáis no faltéis a La Riviera madrileña este 2 de abril).

Pero ojo porque después Dorian tampoco se andan por las ramas y sacan todas sus relucientes armas para seguir celebrando sus ‘Diez años y un día’ en otro concierto igualmente coreado, antes de que Supersubmarina, a punto de enfrentarse en mayo a su primer intento en el BarclayCard Center de Madrid, den la puntilla a una jornada que ha sido de las de cantar y encadenar estribillos que parecen salidos de debajo de las piedras, a cada cual más certero que el anterior. Constatándose así, de paso, que la música independiente española tiene ganas de dejar de ser independiente para ser de mayorías… si acaso no lo es ya desde hace tiempo, a pesar de que los grandes medios quizás anden más despistados de lo que sería recomendable en su labor de hablar sobre lo que realmente mueve a la gente que se mueve por amor a la música.

[Fotos cedidas por SanSan Festival, obra de Rodrigo Mena]

Una jornada que, como las anteriores, pone de manifiesto que al final del día, cuando llegamos al lecho y tratamos de silenciar los pitidos resultantes de la exposición a tanto decibelio, son las canciones lo único que queda. Y resulta gozoso incluso aunque sigan replicando a la mañana siguiente, mientras llega el momento de (tristemente) emprender el regreso obviando la cuarta y última jornada del festival por culpa de otras obligaciones laborales. Da rabia irse antes de tiempo pero lo hace uno reconfortado tras haber sentido que la música es el auténtico milagro de la Semana Santa.

Comparte
Tagged

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *