Mad Cool Festival (2019) Madrid

Crónicas
SMASHING PUMPKINS. FOTO: RICARDO RUBIO



¿Estamos todos bien entonces? ¿Este año nos ha gustado el Mad Cool? Pues la verdad es que sí. Para el público ha sido la más fácil de todas las ediciones de un festival que, por lo que sea, siempre parecía ponerlo difícil. Pues bien, este año ha sido la gente la que con su ausencia lo ha hecho habitable. Seamos claros: No ha sido la organización la que ha decidido que estuviéramos más cómodos no, ha sido el personal que se ha bajado del carro tanto por el cartel como por la experiencia de 2018.

Porque el año pasado, ay amigos, menudo disparate. Aglomeraciones, conatos de avalanchas, colas interminables para avituallarse, marabuntas de un concierto a otro… hace doce meses éramos 80.000 por día y esta vez esa cifra demente ha quedado lejos por fortuna para todos los que sí fuimos: 39.700 el miércoles con Rosalía, 47.500 el jueves con Iggy Pop y Noel Gallagher, 49.000 el viernes con The Smashing Pumpkins y Vetusta Morla, y 50.000 el sábado con The Cure y Greta Van Fleet -aquí destaco a quien me da la gana, así es, y voy perfilando mis favoritos-.

Y tengo que decir que aunque sean las cifras oficiales no me las creo mucho. Porque el día de Rosalía habia mucha menos gente que con The Cure y cuando dico mucha menos me refiero a MUCHA MENOS. Pero da igual, no nos vamos a poner agónicos con algo que al final es accesorio. Lo importante es que Mad Cool ha comprobado que menos es más y que si quiere limpiar su imagen y recuperar la confianza del personal no debe volver a reventar el recinto del infierno de IFEMA-Valdebebas. Con los 50.000 de este sábado se estaba de lujo y cada mil personas más vamos a peor.



Y ahora voy a hacer un repaso mental en este mi diario personal que cualquiera puede leer. Tengo que retroceder hasta el miércoles para esa jornada de bienvenida inventada para tener a Rosalía y, según uno de los directores del festival que me encontré por allí y con quien estuve charlando, para que todo empezara a funcionar despacito y los camareros su ubicaran y todo cogiera velocidad sin presión. Bien, pues así fue. Y que todo fue bien, cojones, que parece que si no digo algo negativo del Mad Cool me siento medio mal. Pero este año no se puede.

Así que hablemos de música. A ver, voy a enumerar a mis favoritos así a bote pronto y según me acuerde, no en orden: The Smashing Pumpkins, The Hives, Vetusta Morla -casi casi los únicos españoles, esto habría que repensarlo-, Bring me the Horizon, Iggy Pop, Prophets of Rage, Greta Van Fleet, Noel Gallagher y The Cure. Como aquí solo escribo yo porque esta es mi casa, pues faltan y los que más me jodió perderme (por motivos diversos no por gusto) fueron Wolfmother, The 1975, Perry Farrell y Sex Museum -otros españoles, oh-.

El miércoles, pues a ver. Llega uno con cautela por la Renfe de Valdebebas desde Europa Press -que estamos en Plaza de Castilla-. No me flipaba especialmente nadie de ese día y desde luego no Rosalía, aunque siempre hay curiosidad. ‘El mal querer’ me gusta, es buena mierda, pero los singles que han ido llegando desde entonces me parecen repugnantes. No sé si tengo que ser más claro. Pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que en vivo se lo monta guay. Más allá del hype y de la omnipresencia, tiene su punto. Discuendo con colegas periodistas les decía que al final es culpa nuestra porque nos retroalimentamos y cuando vemos que alguien habla de Rosalía pues vamos detrás. Hay de eso en esta profesión, como en todas.



Pero su actuación estuvo bien. Canta más que sobrada, cada vez baila más en plan estrella internacional y aún mantiene un pie en la tradición más española. ‘Te estoy amando locamente’ de Las Grecas sonó en Mad Cool y eso estuvo divertido. Me gustaría más si siguiera la deriva de ‘El mal querer’ y ‘Los Ángeles’ que ahora que va de Beyoncé con esos twerkings y todo eso, pero me parece que es extremadamente original -y que lleva una gran campaña de promo detrás, pues claro-.

Luego Lykke Li, que en la parroquia U2 es muy querida por cantar con Bono en The Troubles, una de esas canciones bonitas que quedan por ahí perdidas dentro del Songs of Innocence (2014). Mola la tía, aunque el electro pop no sea exactamente lo mío, pero hay que afirmar claramente que tiene temazos como ‘I follow rivers’ y ‘Sex money feelings die’. Estuvo bastante bien, no la había visto nunca y lo disfruté.

Tenía ganas luego de ver a Bring me the Horizon, una de las bandas más erráticas estilísticamente que se recuerdan. Que si metalcore, que si metal alternativo, qué sé yo. Pues ahora meten electrónica y se ponen tiernos en plan Linkin Park. Y me gustaron mogollón, mucho más que todo lo que vi ese día porque mi perfil es más Download y Resurrection que otra cosa -y aún así fan irredento de U2, Bruce Springsteen y Bon Jovi, quién sabe cual es mi algoritmo-.

El vocalista de BMTH, Oliver Sykes, va primero de rockero duro y luego se pone meloso mirando a la cámara que le enfoca y dando un primer plano en plan ‘fóllame que te quiero’ que resulta cuanto menos tonturrón. Pero oye, que me gustó bastante con una puesta en escena con lanzallamas y bailarinas y todo eso para temas como ‘Mantra’, ‘The house of the wolves’, ‘Happy Song’ o el melocotonazo ‘Throne’. Oliver baja al foso, se hace selfies con todo el mundo y hasta se sube a la torre de sonido frente al escenario. La verdad es que muy bien, lo recuerdo ahora y sencillamente me molaron.



Vamos con el viernes. Llego justo para ver a Tash Sultana despedirse, me cago en la leche Merche. Así que tiramos para Lauryn Hill y nos comemos media hora de DJ Reborn, la pava que rellena un tercio de su actuación contratada. No es que saliera tarde, no, es que para ella la DJ ya es parte de su movida, así que nada, allí estamos. Yo me quiero ir a toda costa a Iggy Pop pero quiero hacer una foto a Lauryn para posturear un poquito en las redes y dejar constancia de mi paso por allí. Así que aunque me encantaría verla quejarse todo el rato de los problemas de sonido -esto me lo contaron, claro-, me largué a ver el concierto más destacado del jueves.



Y lo dio un señor que se hace llamar Iggy Pop y tiene 72 años. Pura actitud, pura cojera imposible a punto de desmontar su esqueleto pero ahí está el cabronazo arrojando contra la peña clásicos como ‘I wanna be your dog’, ‘The passenger’, ‘Lust for life’, ‘Repo man’, ‘Search and destroy’, ‘TV Eye’ -que copiaron descaradamente Rage Against the Machine en ‘Sleep in the fire’-, ‘No fun’ o ‘Sixteen’. Es el puto Iggy Pop y nosotros no somos dignos (como decían los de El mundo de Wayne con Alice Cooper, a quien veré el próximo 7 de septiembre al lado de casa, en Vistalegre, me viene esto a la cabeza ahora).



Como aquí mando yo, diré que Bon Iver fue un soporífero coñazo. Comprendo, yo siempre comprendo. Un coñazo. En hora punta en un festival de este tamaño no puede ser cabeza de cartel. Que claro que mola y todo eso, pero mira que no. Parecía el Mad Cool un campo de batalla con centenares de cuerpos tirados por el suelo. Nada, que no. Nunca lo vi y nunca lo veré, me parece una cagada catedralicia. Y ya.

Así que a Noel Gallagher a escuchar himnos de Oasis. Porque vale, lo que hace está bien, pero es que cuando ya lo hiciste todo antes, ¿qué te queda? Pues nada joder, disfrutar de lo que hiciste. Además que Noel escoge bien las que recupera del pasado porque ahí están mis favoritas ‘Stop crying your heart out’ y ‘Little by little’. Luego canta ‘Wonderwall’ que me parece mal, porque la voz de Liam está tan incrustada en esos acordes que sería mejor no hacerlo. Pero luego ya con ‘Don’t look back in anger’ todo da igual porque es el cántico definitivo al perdón y la hermandad -jocosamente de alguien que no traga a su hermano, aunque todo se puede andar… y hasta ahí lo dejo-.



Después hay que elegir entre los sobrevalorados Vampire Weekend -recuerdo que ya dije esto tras un DCode y me llovieron improperios pero eh, aquí seguimos firmes- o los imprescindibles The Hives. Pues claro que nos vamos con los suecos, divertidísimos, rotundos, cañeros y todo eso con temas que me encandilan como ‘Come on’ o ‘Main offender’. No puedo enumerar muchos más porque nos teníamos que ir, Paloma se levanta antes que todos vosotros, como a las cinco y pico, y ahí estaba como si tal cosa. Por eso nacimos el uno para el otro. Así que nada, después de esta declaración de amor por aquí perdida, nos vamos al coche y lo que pasa después ya es fundido en negro -fui desalojado en Conde de Casal por logística familiar y de ahí para casa en taxi, esto lo relato para que no se me olvide-.


Viernes. Sharon Van Etten mola mogollón. Canta sobradísima y tiene una actitud muy interesante, me recordó a nuestra Maika Makovksi -y no al revés, no-. Luego vamos a ver el gorro naranja de Miles Kane que, estilismos imposibles aparte, se marca un bolo conciso sobrado de rocanrol con temazos tan sobrados como ‘Inhaler’.


Me gusta mucho Miles Kane pero no puede competir con Los Chichos. Así que nos vamos a la carrera al espacio Vibra Mahou -los coches de choque- porque sabemos que van a aparecer por sorpresa Los Chichos. Y mientras los muchos guiris ven a su Miles nosotros cantamos ‘Son ilusiones’ y ‘Quiero ser libre’ con sabor a cubalibre de discopub en la boca. La verdad es que fue un momento de esos de postmodernidad e imagino que los primeros sorprendidos serían ellos. De hecho, dijeron que se estaban colando en un festival de rock y que además iban a cantar en castellano. Olé sus huevos.



The National, a ver. No tengo que esconderme porque estamos en confianza. Es que no me llegan. ‘Fake empire’ sí, por lo que sea. Y Matt Berninger mola todo, me encanta su insistencia en tocarse con la gente llevando un cable kilométrico con el cual perfectamente podría acabar ahorcándose si alguien lo pisa sin querer. Tiene esa actitud que prende la llama y que eleva la música que canta. Pero como bien dice Darío en El Mundo, son un poco ‘ladrillo’ y sin llegar a los extremos absurdos de Bon Iver, la peña literalmente se duerme -también hay una muchacha que llora desconsolada de la emoción, todo puede darse porque gracias al cielo somos uno pero no lo mismo-.


Luego William Patrick Corgan. Joder, un ídolo absoluto. Aquellas tardes de instituto escuchando la obra acojonantemente magna que es ‘Mellon Collie and the Infinite Sadness’. Además, que es que nunca conectamos en vivo de veras. En Las Ventas le vi en 2007 cuando le arrasó Brandon Flowers con los Killers y luego en La Riviera en 2011 con un sabor agridulce terrible porque aquello no carburó. Pero yo soy de Billy Corgan porque yo soy gente de bien, así que siempre espero que esta vez sí sea la buena.

Y claro, con James Iha y Jimmy Chamberlin ya pintaba bien y resulto que sí. Esta vez al fin sí. Con esa pinta de Nosferatu, de Apestoso de La Familia Adams, de El fantasma de la ópera. Llámalo como quieras pero es el compositor que más gloria dio a los años noventa y mira que aquello estaba concurrido. Obras inabarcables y fascinantemente inspiradas. Si no se le hubiera ido la pelota a él y al resto del grupo -a saber qué pasó ahí en lo personal-, The Smashing Pumpkins estarían ahora a un nivel de adoración aún superior.

Da gusto ver al fin a Billy centrado. Me gustan mucho discos como ‘Monuments to an eulogy’, pero es evidente que su obra está en los cuatro o quizás cinco primeros. ‘Siva’, ‘Zero’, ‘Bullet with butterfly wings’, ‘Disarm’… y de las nuevas, muy solventes ‘Solara’ o ese título que a saber qué coño le pasó por la cabeza que es ‘Knights of Malta’. Reparte estopa de la gorda Chamberlin en ‘The everlasting gaze’ y la magnífica ‘Ava adore’ -pude gritar agarrado a Palo ese estribillazo ‘We must never be apart’-, y acto seguido nos vamos muy lejos hasta ‘1979’, ‘Tonight, tonight’ y la excepcional ‘Cherub Rock’. De remate, ‘The aeroplane flies hight (turns left, looks right)’ y el karaoke de abrazos en plan estamos totalmente envejecidos que es ‘Today’. Guay peña.

Vetusta Morla después. Me pareció que salían como un poco espoleados por ser el único gran grupo español en un festival que no deja hueco a la música hecha aquí. Iban a 6.000 revoluciones desafiando los límites del motor y ya de primeras eso es de puta madre. Pucho acabó reivindicando más grupos españoles en el festival -lo cual reconfirma mi primera impresión- y también se quejó de la eliminación de Madrid Central y gritó Almeidacarapolla. Estamos en ese bando.

Vetusta, lo dicho, sobrados. Si ellos solos ya congregan a 38.000 personas en la Caja Mágica -viejo emplazamiento del Mad Cool-, lo que yo me pregunto es por qué no están por encima de The National. Ya, ya lo sé, pues porque Vetusta están en todas partes y les tenemos más vistos y The National cobran más y son guiris. Pero no deja de ser un poco estúpido, o sea, son héroes locales y se merecen estar ahí bien arriba, hay que cuidar eso.



Los pavos lo clavan con ‘Deséame suerte’, ‘Palmeras en La Mancha’, ‘Golpe maestro’, ‘Copenhague’, ‘Mapas’, ‘Sálvese quien pueda’, ‘Valiente’, ‘Te lo digo a ti’, ‘El hombre del saco’… a estas alturas sí que es verdad que todos hemos visto a Vetusta Morla en algún momento, pero seguramente no como esta noche en la que reivindican a toda la música española en el festival más grande de España. Eso no se debe obviar. Y el final con ‘Los días raros’ es una eclosión que da gusto sentir dentro de la colectividad. Eso es así.



Tenía muchas ganas de ver a Wolfmother, pero habito en Carabanchel y había que trazar un plan. Así que de la misma manera que el miércoles me sacó de allí Alfredo Musicazul, esta vez lo tocó a U2 Santos -con la emoción de su Pucho casi se olvida de mí el hijo puta salao-. Que me perdí a Wolfmother, en definitiva, la gran pena personal de este festival para mí. No les he visto nunca, además, de manera que esto empieza a resultar incómodo porque me flipan. De hecho, lo que más me jode es que llegué al escenario para ver cómo miles de personas caminaban hacia a mí con el logo del grupo de fondo. No hay nada más cruel.

Llegamos al sábado y estoy no sé cómo expresarlo, hasta la puta polla. Tengo cuarenta años y familia a la que amar pero, al mismo tiempo, admito que un festival es casa. No es hogar, pero sí es casa. Se le parece pero no es lo mismo, como bien sabemos. Así que venga, vamos por cuarta vez al secarral de Valdebebas -me fascina lo que paga la gente por vivir allí solo por decir que están ‘detrás’ de Barajas y La Moraleja, soy asi de clasista porque soy del south side, supongo-. Me eché una siesta que te cagas antes de ir porque, eh, el resto de días había que fichar en Europa Press, no creerse que es ir al festival y dormir. Eso es en vuestra imaginación fantasiosa. La realidad es dolor y falta de sueño.

Gossip. Beth Ditto. Pero qué puta ama. No solo canta como una diosa sino que encima bromea diciendo que es Adele o se quita la peluca -sí, lleva peluca- para reivindicar justamente lo contrario a lo que es el postureo de Mad Cool. Divertidísimos Gossip, me lo pasé ciertamente bien y me desperté para pasar a gozarlo con los Profetas de la Rabia.



Ya os he dicho que yo soy perfil Download, de manera que estoy ahí como un clavo para mirar sin parar a Tom Morello y su guitarra de cuerdas que sobresalen del clavijero. Joder, qué guay. Una tralla muy loca y es ahí donde me clavo: ¿Cómo que un grupo de versiones? Pero si son tres cuartos. Vale, igual con otros no soy tan indulgente pero es que si al jodido Zack de la Rocha no le da la gana salir qué hace el resto. Pues buscarse a estos dos compadres y montar una comparsa extraña, vale. ¿Pero os he dicho ya que ahí está Tom Morello? Eso es tierra santa, caramba.

En el epicentro de todo el jodido meollo pasó algo que este domingo ha sido la repanocha. Con toda la ira desatada en unos pogos salvajes, vasos volando, puños al aire pero y todo eso, algo revelador: En un momento dado, en el epicentro de la gresca, un chaval se detiene, alza el brazo y grita mostrando un juego de llaves que alguien ha perdido… y el dueño aparece y ambos se abrazan para, acto seguido, empujarse como procede con una amplia sonrisa. Pues bien, aquí debajo tenemos la versión de uno de los afectados que ha aparecido este domingo. ¡Magia!

Y así llegamos a Robert Smiiiith. Cuánto daño ha hecho Muchachada. O seguramente cuanto bien. Vamos Robert sal a bailar, que tú lo haces fenomenal. Y yo que no soy taaan fan de The Cure, me lo pasé de fantasía. Me encantó ‘Burn’, de la banda sonora de la peli aquella de ‘El Cuervo’ que fue cinta mitológica en mi instituto. Es verdad que se hacen un poco bola -como todos los cabezas de cartel de este festival-, pero estamos hablando de un nivel claramente superior.

Qué bien canta Roberto, qué bien suena la banda. Y luego ya al final -yo es que en este caso estoy con lo que diga la mayoría- ‘Desintegration’, ‘Lullaby’ -joder qué miedo me daba este vídeo de crío-, ‘Friday I’m in love’, ‘Close to me’ y ‘Boys don’t cry’. Un buen rollazo generalizado fenomenal como no había yo visto creo que en ninguna edición anterior de Mad Cool -al no haber zona vip delante del escenario se eliminan ya ciertas estridencias, eso lo puedo asegurar porque he visto de todo con los seguratas ahí-.


No tenía duda alguna después: Había que ver a Greta Van Fleet. Joder, una banda de rock que ilusiona y la peña que si son Led Zeppelin. Pues claro que lo son pero es que qué banda no querría ser Led Zeppelin. Esa debe ser la aspiración máxima de cualquiera que agarre una guitarra y a fe que así lo hace el jodido Jake Kiszka. Se menea como un poseso y realmente parece el hijo escogido de Jimmy Page, lo cual es fantástico porque te deja bocas -evidentemente no toca igual, pero vaya posser-.

No me apetece ya enumerar lo que tocó Greta -una chica aspirante al trono del pop según algún diario nacional-, pero me supo a gloria bendita después de cuatro días ahí perdido a millones de kilómetros de casa. No me parece claro si alguien tiene que salvar en realidad al rock n’ roll pero bien podrían ser ellos en ese caso. Sin rodeos, sin chorradas, los pavos lo molan todo, tienen temazos y lanzan contra el público todo lo que antaño fue el rock, esto es: Juventud airada.

Creo que entonces hemos llegado al final, ¿no? Porque Robyn mola pero en dos sitios a la vez no puedor no puedor estar. Sí, se acabó. Y como pasa con las relaciones extremas, es a la par una pena y un alivio. Sobre todo un jodido alivio porque son las siete de la tarde del domingo y no tengo que peregrinar. Al mismo tiempo me siento triste con un contundente síndrome de Estocolmo porque en realidad no se me ocurre un lugar mejor en el que estar. Exijo que mi vida sea un festival -a su manera ya lo es, pero no por la parte hedonista que vais a pensar todos cagando hostias-.

Como este texto se ha ido ‘haciendo solo’ a lo largo de todo el domingo y anoche me acosté a las cinco, es posible que hay incoherencias. Me la suda. Si has llegado hasta aquí creo que comprendes que en Mercadeo Pop las reglas están para follárselas. Para eso nació este lugar, aparte de ahorrarme psicólogos. Ahora mismo puedo con más, podría volver pero, a cambio, mejor, estoy viendo en YouTube el concierto de los jodidos Smashing Pumpkins. Hay canciones ahí que son pura preciosidad y por eso siempre digo: Si Billy Corgan no fuera tan Billy Corgan igual ahora estos estaban al nivel de Pearl Jam. Me gustaría vivir en ese mundo, pero no es el que tuvo Corgan jamás en su cabeza y eso lo hace igualmente fascinante. Más aún.

Es un maratón esto. No creo que nadie llegue aquí. No me importa, lo hago por mí. Llega el día 15, se acaban los conciertos encadenados, ya están aquí los dos pequeñitos fichajes que faltan cada quincena porque asi lo dijo el juez y ahora vamos a fundirnos con el mar. Voy a rumiar muy fuerte ese festival que unió a dos almas gemelas como Billy Corgan y Robert Smith y aún así no os gustó. Para que no culpemos siempre a factores externos de ser unos completos gilipollas. Rise your hands!

PD: Soy extremadamente agotador y empírico, de manera que ayer quise irme en bus. Lanzadera a Plazaca. Pues bien, allí descubrimos que hay un servicio especial que te lleva a Cibeles en menos de 15 minutos. Eso yo no lo sabía, de modo que doy por hecho que poca gente lo sabía. La improvisación de Mad Cool me dejará siempre loco, pero ahora es que estoy viendo ‘Disarm’ de los malditos Pumpkins en Mad Cool en Youtube. Os mando muchos abrazos.

Y aquí os dejo todo lo que estos días he perpetrado en Europa Press: 

Mad Cool – Rosalía – Madrid
Mad Cool – Iggy Pop – Noel Gallagher – Madrid
Mad Cool – The Smashing Pumpking – Vetusta Morla – Madrid
Mad Cool – The Cure – Greta Van Fleet

Y ahora sí voy a ordenar: Prophets of Rage, The Hives, Bring me the Horizon, Greta Van Fleet, Vetusta Morla y no estoy ni seguro de que sea así pero se parece.

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