Lapido: «Los discos se van a quedar como objeto de coleccionismo en círculos reducidos»

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‘De Sombras y Sueños’ es el título del nuevo trabajo en solitario del ex 091 José Ignacio Lapido, un trabajo que profundiza en su forma de entender la música y que cuenta con la participación de Miguel Ríos, Amaral y Quique González. El granadino, que autoedita sus álbumes, ve complicada la realidad actual de los músicos, plagada de dificultades, y vaticina que «los discos se van a quedar como objeto de coleccionismo en círculos reducidos».

«El panorama para la edición de discos está mal porque éstos se van a quedar como un objeto de coleccionismo en círculos reducidos y la forma de escuchar música de las nuevas generaciones no pasa por comprarlos, sino por otra forma en la que no entra la contraprestación económica al artista», plantea.

Ante esta situación, destaca que la opción es dedicarse a «lamentarse» o, mejor, «buscar las fórmulas más adecuadas para ofrecer tu trabajo». Ha reconocido que él se las ve y se las desea para poder grabar sus discos, pero que al final lo consigue, aunque «no sabría explicar qué clase de milagro se produce».

Compositor de reconocido talento por sus compañeros de profesión, asegura que «la ilusión de vender mucho desapareció hace tiempo» y que ahora sólo espera «salvar los muebles y que cuadre el presupuesto». «Espero que vaya razonablemente bien como para poder hacer otro disco pero no espero grandes cosas de la deriva comercial. El mero hecho de lograr grabar las canciones es para mi ya un triunfo», recalca.

Según cuenta, en ‘De Sombras y Sueños’ hay trece nuevas canciones muy trabajadas que son «un gran logro personal». Apunta además que son una profundización en su forma de entender el rock y, quizás, «un paso adelante» en su camino «de misterio en misterio hasta la derrota final». Así, bromea al afirmar que puede ser un camino «hacia la nada, hacia la mera satisfacción de hacer un trabajo bien hecho».

Acerca de las colaboraciones «estelares», indica que es una «satisfacción» que «compañeros de profesión de tanto prestigio y tanto talento se hayan prestado a poner sus voces y sus guitarras» al servicio de sus canciones.

«La cosa surgió de una forma natural, tanto Amaral como Quique como Miguel Ríos ya habían interpretado canciones mías, ya fuera en conciertos o en sus propios discos, y tenemos contacto, habíamos coincidido bastantes veces en el escenario y me dio por llamarles, y todos estuvieron encantados de colaborar y yo también de que lo hagan», explica.

Los próximos planes del músico pasan por presentar el disco en salas y teatros a partir del 9 de diciembre en Málaga, y después en Madrid, Granada, Barcelona, Zaragoza, Murcia y Sevilla. Según comenta, para él es necesario tocar en directo «para darle a las canciones esa energía extra que se produce en el escenario».

Finalmente, descarta una hipotética reunión de 091, banda de culto que todavía catorce años después de su separación mantiene una importante base de seguidores que «no paran» de pedirle ese ejercicio de nostalgia.

«Pero no le veo sentido. Están muy de moda las reunificaciones de grupos que desaparecieron hace muchos años y que todo el mundo creía en el limbo de los justos, pero en mi caso ya llevo diez años de carrera en solitario y no le veo sentido artístico retomar aquella historia. Todavía no he cambiado en la tentación», sentencia.

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