Javier Krahe: «Yo si fuera Leonard Cohen me retiraba»

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Asegura que la política «va hacia un circo muy desagradable»

Ya casi recuperado de una convalecencia por un accidente que le ha tenido varios meses en el dique seco y que le obliga a caminar ahora con muletas y «pronto con bastón», como su admirado doctor House, el madrileño asegura que le apetece «mucho volver a la farándula» y hacer su «vida rutinaria, si acaso es rutinario vivir de un lado para otro cantando». Como primer paso para conseguirlo publica nuevo disco, ‘Toser y Cantar’.

– ¿Cómo te encuentras tras el accidente y el parón?
Me apetece mucho volver a la farándula y hacer mi vida rutinaria, si es rutinario vivir de un lado para otro cantando, y estar para una tanda de conciertos en el Café Central a partir del 13 de diciembre.

– ¿Qué hay en ‘Toser y Cantar’?
Lleva una docena de canciones, las hay muy románticas y muy materialistas, y tiene unos arreglos más elaborados que en discos anteriores, y lo puedo decir porque por mi convaleciencia no he participado (risas). Textos con mucha letra, elaborados, cuidados y humorísticos… es más de lo mismo pero nuevas ideas y nuevas palabras.

– ¿Das más importancia a las letras que a la música?
Estoy en el terreno de las letras, pero no puedo pensar una letra sin pensar que va a llevar música. Dado que mis talentos musicales son no cero, pero casi, me desenvuelvo mejor en un terreno que en otro. Cuando tengo ideas musicales las digo tarareando, y entonces mis músicos o la hacen o me dicen que es un disparate y me deje de bobadas (risas).

– Una de tus nuevas canciones se llama ‘Ay Democracia’. ¿Tanto te duele?
Es que como decía Ortega, no es esto. Yo no he sido un encantado nunca, pero si alguien estuvo encantado ya no lo puede estar. El extraño comportamiento de los políticos hace que uno se sienta muy distante, y eso es lo que digo en la canción.
– ¿Hay luz al final del túnel?
No hay el menor síntoma de que vaya a ir a mejor. Hay síntomas de que va hacia un circo muy desagradable, de insultos y sin proyectos ilusionantes. Seguro que puede ir a peor. Creo que es la segunda ley de la Termodinámica la que dice más o menos que todo va a ir a peor. Yo leo todos los días el periódico y me indigno.

– ¿Te indignas también con el estado de la industria musical?
La industria está en una decadencia absoluta. Es como si hubieran cerrado las minas en Asturias y de pronto se quedaran sin aquella industria. Es algo muy parecido, aunque haya tres que funcionen. Está destrozada, el público es distinto, no le sale de dentro el respetar la música.

¿Cómo te gusta a ti escuchar música?
A mi me gusta oir muy poca música, cuando está en todas partes me desagrada. Yo no puedo ponerme unos cascos para ir por la calle, porque por la calle voy mirando y escuchando las cosas. En casa escucho Radio 3, el otro día me apeteció escuchar a Fabrizio de André o la Sinfonía de Júpiter de Mozart… También vi en televisión el Festival de Cante de Las Minas y me gustó una barbaridad. Mi manera de escuchar música es un poco así, casual, picoteando.

– ¿Escuchas esa música por internet?
Lo que más me gusta es escuchar un disco en compañía. Mi mujer siempre está haciendo cosas pero no se sienta a escuchar más que si se lo pido. Me gusta escuchar música acompañado y por eso creo que rechazo tanto lo de los cascos, pero cuando uso el ordenador no tengo más remedio que ponérmelos.

– Como gran seguidor que eres, ¿qué te pareció la vuelta de Leonard Cohen casi como icono de la modernidad?
Estuve en el Palacio de los Deportes viéndolo hace un año o así. Como le tengo una enorme admiración lamenté que no cantara nada nuevo, aunque lo sabía de antemano. Fui sabiendo también que iba a ser impecable y que a lo mejor es la última vez, porque tiene diez años más que yo. No iba a que me gustara mucho, sino a rendirle un sincero homenaje y decirle adiós.

– Pero no tiene por qué acabar…
Recuerda que se desmayó en Valencia. Si yo fuera él me retiraba, porque creo que cuando se hace una cosa así a lo grande, lo interesante es presentar nuevas canciones. Tenía al lado a gente que no tenía ni 20 años y que estaban encantadísimos, aunque no eran la mayoría.

– Incluso fue al FIB como cabeza de cartel.
Es que él hace las cosas muy bien hechas, con unos músicos muy exquisitos. Impresiona ya sólo con la voz y se quedan asustados. Vi en Madrid a chicas diciendo que se lo llevaban a casa, y eso que el tío tiene 75 años, y eso da muchos ánimos (risas).

– ¿Es toser sobre un escenario lo peor que puede pasarle a un cantante?
Hombre… (risas)… Si le pasa a Raphael o a Plácido Domingo supongo que sí, pero a mi me pasa recurrentemente y a la gente parece importarle poco, porque mi público no busca ese tipo de excelencia, busca otras cosas, supongo.

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