Inhaler (2020) Sala Shoko. Madrid

Crónicas

Inhaler en Madrid: Matar al padre

Pues resulta que Inhaler tienen rollazo. A ver, que ya lo sabíamos, solo que no queríamos decirlo a la brava. Es como que ‘el grupo del hijo de Bono no puede molar porque es su hijo y ya’. Bueno, pues qué cojones, eso cuando alguien se sube a un escenario es un prejuicio tan absurdo como todos los demás prejuicios que nos terminarán llevando a la ruina como humanidad.

Quicir. A ver. Pues que uno va con reservas porque son muchos años de entrega y tampoco quieres ahora dárselo todo al hijo de solo por ser hijo de. Más aún cuando siendo de Carabanchel pues sabes de sobra que su punto de comienzo está a años luz del tuyo pero, aún así, él no lo comprenderá jamás. Lo normal es ser el hermano de Eve Hewson, aquella actriz famosa de la que nadie en mi barrio se acordó mañana.


Da igual esta noche. Para mí, es literalmente toda mi vida entregada a U2. Todos mis recuerdos pasan por U2. A veces, como un estúpido, disimulo. Como si no fuera obvio para cualquiera conmigo. Mis momentos de mayor excitación y los cercanos al cortavenismo y los de profundo carpetovetonismo. Todos pasan por los jodidos U2 de los huevos. Y eso que estoy tranquilo ahora, no creáis. Ahora mismo, ni me va ni me viene, pero que no me provoque naide. 

AQUÍ MI ENTREVISTA A INHALER DE ESTE VIERNES ANTES DEL CONCIERTO EN EUROPA PRESS: «Aspiramos a hacer canciones sin fecha»

Pero que me tocó los huevos a saco que lo primero que me dijeran en la promotora tras ofrecerme entrevista fuera que no se les podía preguntar por U2. Pero a ver, pero vamos a ver, con la de preguntas que tengo sobre Boniato desde mi vida como gata en Estocolmo. Quiero todas las respuestas, ya he esperado suficiente. Mas no. No iba a ser el día y lo comprendo, que tampoco es cosa centrar tus putas movidas mentales de chiflado en el hijo de. Tampoco querría yo para mí la presión de que me compararan todo el rato con la banda más grande del mundo, eso es verdad también.


De cualquier manera, ha sido un viernes de lo más peculiar. Me mola de la hostia eso: ningún viernes va a ser así jamás. Me gustan mucho sobre todo dos viernes al mes, uno sí y uno no, pero este me gusta especialmente porque no está en mi mano repetirlo. Los otros sí y no por eso dejo de amarlos, más bien al contrario, como entran dentro de mi esfera los ansío más. Los inhalo. Ja.

Sé que me estoy pirando por las parranderas, pero así va a ser. Sí quiero decir antes de perderme en los arbustos (‘fucking in the bushes’ decían Oasis) que en vivo Inhaler te dejan pillado. Lo hemos comentado mogollón y la verdad es que hay rollazo y hay canciones como ‘It won’t always be like this’, que me flipó desde el primer día por motivos obvios: Porque parece el mismísimo Bono resucitado si no fuera porque sigue por ahí pegándose la vida padre, nunca mejor dicho.

El concierto ha durado poquísimo, ni una puta hora. Pero aparte de semejante agravio para nada inesperado, ahí esta ese hit: ‘We have to move on’ me ha parecido un movimiento post punk glorioso. Incluso me he acordado de esos one hit wonder que son A-Ha… esto es una broma de largo recorrido, para mí solo tienen un éxito los noruegos, pero oye, que me acabo de clavar ‘The sun always shines on tv’ e igual tienen por lo menos dos buenas. Ya están casi al nivel Inhaler, jaja. Igual hasta escribo aquel libro que decíamos.

Pero que otra cosa. Que aquí Elijah se mueve porque ha debido ver en su casa de todo a altas horas. Cualquiera pensaría que se ha fijado en lo que todos vemos en el escenario, mas no, sus poses salen del ensayo y error de la intimidad del champán, la sidra y el vino barato, como cantaba Fito. Con dos putos cojones acabo de comparar a no se muy bien quién con Platero y Tú. Me cuadra.

Que lo que pasa, en definitiva, es que tiene la voz y casi se atreve a copiar a su padre. Y las canciones son tan ingenuas como corresponde pero ojo ahí con la redicha (por remencionada) ‘We have to move on’. Te dicen que es una cara-b del ‘Boy’ y se te caen las pelotas y te lo crees y lanzas los billetes al tahúr de turno. Te la juegas porque piensas que vas a ganar como si tuyo fuera el almanaque de Regreso al Futuro. 


Me ha gustado mucho todo este viernes el batería Ryan McMahon. El único que metía realmente baza cuando charlamos antes del concierto para Europa Press. Luego ha resultado ser un pegador que se hace ver desde el fondo con descaro sin perder el beat. Con pelazo, además. Si Inhaler va a ser una banda más allá de los titulares de «el hijo de Bono» en buena parte va a ser gracias a este tipo. Lo cual tiene mucha risa porque si U2 fue U2 fue precisamente por su batería en absoluto simpático. Pero joder, algo tiene que cambiar para evolucionar, no todo va a ser exactamente igual. 

Porque todo parece ser un bucle infinito en esto que hablamos, pues esta fijación por Joy Division ya me diréis quien la tiene en el año 2020. Y lo más cachondo es que llegas y quieres preguntarles exactamente por esto y te dicen que no puedes hablar de U2. Pero a ver, que somos todos amigos desde hace mucho: si U2 iban detrás de Joy Division y ahora estos van detrás de Joy Division es que nos hemos saltado un paso con nombre de avión de guerra.

Pero es normal, es comprensible y es sano. Donde naces no debería determinar donde mueres, pero desde luego determina por donde te mueves. De las cuatro canciones que todos conocemos de Inhaler, ‘My honest face’ ha resultado ser otro himno primerizo con todas las 600 personas de la Shoko pegando botes sin arneses. Al final se trata sencillamente de eso. Y eso pasó.

Todo lo dicho anteriormente son cosas que igual hay que decir y otras que dan igual. Pero esta noche en los apenas 50 minutos que Inhaler estuvieron en escena el gentío lo tuvo, lo cogió y lo repartió. Tenía que hacerse y se hizo. Tenía que decirse y se dijo. Era viernes: está bien.

Caso aparte y que vamos a comentar es el del tipo de público, pues un alto porcentaje eran fans irredentos de U2 (también hay chavalada, lo cual me reconforta y apunta en la dirección correcta, así como los habituales guiris al tanto de la noche madrileña). Bueno, no deja de ser perturbador tener veinte años, montar una banda de post punk y que te llenen los conciertos los fans de tu padre. Pero es que los caminos del post punk son inescrutables, insoldables y, desde luego, para nada explorados en el siglo XXI. Editors ya sabéis que me doblan siempre, por otro lado.

No sé si me termino de explicar. Creo que pilláis el sentimiento. Que es muy jodido hacerse mayor pero da ilusión de alguna manera verte cantando ‘Ice cream sunday’ con un gentío de lo más incongruente una noche de viernes en la ciudad. Para mí, la música es el máximo nexo de unión y de respeto y eso lo tuvimos otra vez. Quién sabe si por última vez. Eso nunca lo puedes dar por seguro.

Que igual es bizarrete que haya tantos fans de U2 en la Shoko prestos a comparar, pues sí. Y justo por eso no se les puede preguntar abiertamente sobre U2 en las entrevistas a los chicos. Porque ya ellos saben y nosotros sabemos que están donde están por empezar desde donde empiezan pero es que eso no va a cambiar. Como chico de barrio me puede llegar a molestar, pero ocurre que en el barrio me enseñaron a respetar y también a pelear: Por eso estoy escribiendo esto a las cuatro de la madrugada. Por eso.

Así que otro girito: Me ha gustado mucho que Inhaler en vivo son una banda realmente de guitarras. Lo que suena en sus grabaciones está bien pero resulta inocente y, en última instancia, gana en vivo. La sala Shoko, además, muy apropiada, me gusta y me pilla de puta madre para casa. No sé de qué cojones me quejo si acaso me he quejado de algo.

Hace largo rato que no sé muy bien de qué estoy escribiendo. Sé que tengo la ventana de la cocina abierta y estoy solo y veo la noche entera con algunas luces por ahí al fondo. Sé también que no voy a tener un viernes como este porque ‘It won’t always be like this’. 


Y sé, pero que te cagas que lo sé, que estoy harto de escuchar las mismas cuatro coplas de Inhaler en Spotify, pero es que no hay más. Y vuelvo a empezar. Back to the roots. Y me vuelve a parecer mogollón de extraña y cálida a la par esa voz que es pero no es. Supongo que si llegas a Inhaler de nuevas, mola y ya. A mí, por el contrario, por todo lo inconexamente expuesto, señoría, se me ha partido el corazón de alegría. Y ya.

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