– Green Day (2005) Pabellón Telefónica Arena. Madrid

Crónicas
Lugar: Pabellón Telefónica Arena (Rockódromo). Madrid
Fecha: 28 junio 2005
Asistencia: 10.000 personas
Artistas Invitados: Jimmy Eat World
Precio: 30,25 euros
Músicos: Billie Joe Armstrong (voz, guitarras y pistola de agua), Tre Cool (baterista), Mike Dirnt (bajista), Jason White (guitarras y coros), Jason Freese (teclados, acordeón, saxofón, trombón y coros), Ronnie Blake (trompeta y coros), Mike Pelino (guitarras)


Setlist: American Idiot, Jesus of Suburbia, Holiday, Are we the wating, St. Jimmy, Longview, Hitching a ride, Brainstew, Jaded, Knowledge (version Operation Ivy), Basket Case, She, King For A Day, Shout (version The Isley Brothers), Wake Me Up When September Ends, Minority, Maria, Boulevard of Broken Dreams, We Are The Champions (Queen), Good Riddance – Time of Your Life

Dicen quienes me conocen de siempre que ya desde pequeñito me volvía loco con el Dookie de Green Day (1994). En la cuna o en mi pequeña celda infantil, era sonar cualquier acorde de ese disco y todo cambiaba a mi alrededor. No sin dificultades, debido a que apenas sabía andar, me incorporaba sobre mis frágiles piernas, me agarraba a donde buenamente podía, y me meneaba espasmódicamente mientras me carcajeaba. Había encontrado algo estimulante, una sensación sólo comparable a la de dormir catorce horas seguidas o beberme un biberón de leche fría en verano.

Después de casi una década de zozobra musical de los californianos, durante la cual me agarré a otras bandas como Dover (cuyos primeros discos provocaban en mi una reacción similar a la ya descrita), con American Idiot (2004) volvieron a empujarme hacia el redil, y hacia allí que fui gustosamente. En los primeros días del verano de 2005 Green Day por fin visitaban de nuevo España y yo ya podía acercarme a verlos. No podía dejar escapar esta oportunidad y allí me planté con mi padre y con mi tío, entre la marabunta, muy enfadada debido al retraso en la apertura de las puertas, algo especialmente molesto debido a la terrible solanera.

Uno de los más enfadados era mi tío. No sólo porque se estaba montando un mogollón interesante y la cola estaba a punto de romperse en mil pedazos, con el consiguiente jaleo que se podía montar, sino porque él llevaba puesta una camiseta de los Ramones y no le hizo ni pizca de gracia comprobar que otras doscientas personas, tirando por lo bajo, iban vestidos igual que él, jaja. La verdad es que casi había más camisetas de Ramones que de Green Day, pero claro, la mercadotecnia del punk rock es lo que tiene. De todos modos, ya le vale: ¿cómo pretende ir de especialito en un concierto de esta gente reivindicando a los Ramones?

Se abrieron las puertas y no sin dificultades entramos al pabellón. Como yo no medía mucho más de un metro por entonces, nos sentamos en la grada, algo que tampoco le hizo demasiada gracia a mi agrio tío, pero que tuvo que aceptar por motivos obvios. Pasé el tiempo previo al concierto observando el lugar, mirando a mi alrededor, fijándome en algunos personajes pintorescos y envidiando a los que estaban abajo, en la pista, sobre todo los que estaban en las primeras filas. «Desde allí les tienes que ver como si fueran de verdad», llegué a pensar.

Mi tío me había dado la chapa antes del concierto con Jimmy Eat World, los teloneros, «muy buenos» según me repitió un montón de veces. Sin embargo, yo y todos los asistentes nos quedamos con las ganas de comprobarlo, puesto que en la segunda canción su guitarrista sufrió un desmayó, se precipitó al foso que hay entre el escenario y el público y allí se quedó. La gente se asustó mucho, sobre todo cuando el cantante del grupo llamó, visiblemente nervioso, a los servicios sanitarios. Que alguien subiera la guitarra con el mastil roto al escenario, a la vista de todos, tampoco ayudó a calmar los ánimos. Tras un rato un poco angustioso se llevaron al tipo en ambulancia y luego nos enteramos de que estaba bien, menos mal, porque se pegó una buena piña.

Sin artistas invitados y sin gran cosa que hacer, yo seguí con mi labor contemplativa, comentando la jugada con mi padre, mientras mi tío deambulaba arriba y abajo. Vimos a los miembros de Dover en la zona de pista, en la parte más lejana del escenario, tomando unas cervezas. Eso me hizo mucha ilusión. Me habría gustado acercarme a ellos para comentarles que una vez, en Lugo, en la misma época en la que bailaba en la cuna, mis padres me llevaron a un concierto suyo de la gira del Devil Came to Me (1997) y me hicieron cagarme en los pañales de miedo. No pude parar de llorar en todo el concierto, jaja. ¡Es que me parecieron muy brutos!

En estas estábamos cuando un conejito gigante como los de Duracell apareció en escena, aparentemente borracho y haciendo el moñas, vacilando al público cerveza en mano. Sin solución de continuidad, después de una intro de pelos de punta, al fin aparecieron los chicos de Green Day, que desde donde yo estaba, aunque no era muy lejos, me parecieron muñecos madelman de esos con los que jugaba mi padre cuando era niño. Los había visto en fotos muchas veces y ahora estaban ante mi. ¡Buf, cómo sonaba aquello! En unos segundos pusieron al personal de cero a cien con American Idiot. Billie Joe no paraba de corretear de un lado a otro del escenario, de gritar «Madriiid» y «eeeooo», de pegar saltos y aporrear su guitarra. Así se pasó todo el concierto, sin darse a sí mismo ni un solo respiro.



Mi tío no lo pudo soportar y se largó de la grada. Parecía que nos había abandonado, pero entonces regresó para explicarnos que se podía bajar a la pista muy fácilmente gracias a que las escaleras laterales te llevaban directamente al lado del escenario, donde a pesar de estar algo ladeados, se estaba muy cerquita y se podía ver y escuchar muy bien. Mi padre y él se pusieron de acuerdo para subirme a hombros alternativamente y allí que fuimos. Como las gradas del Arena no llegan hasta abajo del todo, podían apoyarse en la pared y no molestábamos a nadie. Desde ese momento empezó otro concierto totalmente diferente para mi.

Ahora sí que les tenía delante. Ya no eran muñequitos madelman, eran tipos de verdad (¿eran de verdad? ¿y si son dobles?), podía fijarme en todo tipo de detalles y casi mirarles a los ojos, sobre todo cuando alguno de ellos se dejaba caer por el lado en el que estábamos, cosa que ocurrió en repetidas ocasiones. Desde allí casi me moja Billie Joe cuando sacó su pistola de agua para jugar con el público, y desde allí vi cómo sacaban a tres muchachos para tocar guitarra, bajo y batería en una canción.


Me quedé alucinado cuando Billie le regaló la guitarra al espontáneo elegido al azar y flipé cuando el batería prestado, totalmente enloquecido por la experiencia vivida, cogió una carrerilla enorme y pegó un salto de varios metros hacia las primeras filas, acompañado por un redoble de tambor de Tre Cool. Esa parte del concierto fue desternillante y ciertamente original. Mi tío estaba con la boca abierta y mi padre se reía sin cesar. Yo era incapaz de asimilarlo todo.

Desde mi atalaya privilegiada a hombros de mis adultos yo veía cómo la gente a mi alrededor saltaba sin parar, se empujaba, luchaba por mantenerse en pie y se lo pasaba en grande a pesar de las apreturas y las molestias. Cuando tocaron Basket Case y Welcome to Paradise imaginé estar agarrado a mi cuna y sentí por primera vez el peso del paso del tiempo, aunque entonces quise detenerlo en ese preciso instante.

Boulevard of Broken Dreams provocó la enésima histeria colectiva, seguida con una versión de esos que tocan la música de la Liga de Campeones, Queen me dijeron que eran, instante que aproveché para reclamar una nueva Copa de Europa para el madridismo. A pleno pulmón acabó el concierto, con confeti para los nenes, pero cuando parecía que se iban, apareció otra vez Billie Joe para tocarnos una canción sólo con su guitarra y tranquilizarnos poco a poco.



Justo cuando se encendieron las luces comenzó mi cuenta atrás para repetir con Green Day. Hace tres años menos tres días de aquel concierto y siempre que me acuerdo le pregunto a mi tío, que se suele enterar de todo lo relativo a conciertos y discos, si hay algo nuevo sobre estos chicos. Su respuesta siempre es que no, pero yo insisto porque como con el pase de España a semifinales de la Eurocopa de este año, alguna vez tiene que ser que sí. Ya tengo 14 años, mido bastante más de un metro y para la próxima vez no hay dudas: vamos al mogollón a darlo todo. Como cuando bailaba en mi cuna.

Muy buenas crónicas:
Max Metal
MaskeRock
Gio
Pisito en Madrid
Green Day 2K
MTV
Indy Rock
Esperando el Fin

Enlaces interesantes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Green_day
http://www.lastfm.es/music/Green+Day
http://www.lastfm.es/event/125870
http://www.greenday.com
http://www.greendayfod.net/

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14 thoughts on “– Green Day (2005) Pabellón Telefónica Arena. Madrid

  1. Gracias por dejar tu comentario en mi blog. Me ha encantado el tuyo. Una muy elaborada información de los directos que presencias. Desde ahora mismo quedas añadido a mis enlaces favoritos y por supuesto me subscribo a tu feed.

    Acudiré a ti para esa información suplementaria de los conciertos. Yo creí que había ido a muchos, pero lo tuyo es demasiado, jajaja.
    Un abrazo

  2. Conozco esa sensación… Green Day es mi grupo favorito de la infancia.

    Recuerdo una vez que fueron a Oviedo, allá por el 94, cuando no les conocía casi nadie y yo no paraba de escucharlos a todas horas, yo tenía 9 años y no tuve la suerte que tuvo tu sobrino de poder verles. Desde ese día me juré a mi mismo que les vería en directo, y 11 años y casi un mes después de ese día llegó la recompensa (reconozco que me saltaron las lágrimas al verles aparecer en el escenario), y aunque el concierto fue totalmente distinto al hubiera visto de pequeño, por lo menos la espinita me la saqué.

    Qué suerte tiene tu sobrino de tener un tio como tu!! Y que buenos recuerdos me vienen a la cabeza!! Gracias por la crítica!

    xMENEx

  3. Es uno de los conciertos que más me han gustado… la verdad es que se lo curraron mucho y al final estaba emocionadísima xD

    Lo peor fue que, por una vez que los teloneros también me molan muuucho, va y se desmaya.. además en mitad de una de mis favoritas…

  4. k wapo t juro k lo k as puesto es justo justo justo eso joe maxo me as dejao flipao
    y koomo dice borja k suerte tengo de tener un tio como tu

    el sobrino.

  5. pués mira, green day actuará en el palau sant jordi de barcelona el 1 de octubre i en mardid el 29 de septiembre, tickets el proximo viernes a 38 euros.

  6. Gracias por el apunte sobre la nueva visita de Green Day a España. Ya estaba publicado un post al respecto en nuestra sección de noticias. Saludos y gracias de nuevo.

  7. Yo también pensé que lo de subir a tres expontános al escenario era muy original, hasta que descubrí que lo hacían en todos los conciertos. Yo también disfruté un montón de esta gira de Green day, aunque en otras latitudes.
    Saludos.

  8. Yo estuve en ese concierto! Y en primera fila! Y en el lado izquierdo! Qué coincidencias…

    Suscribo gran parte de este post, parece mi propia experiencia jajajaja
    Una diferencia es que a mí Bille Joe sí me llegó a mojar la camisa con la pistola de agua (camisa que desde aquel día no me he vuelto a poner porque "conserva esa esencia", aunque el agua se evaporara esa misma noche y la reemplazara mi propio sudor al darlo todo botando y cantando todas las canciones), y me llegó a mirar a los ojos, en una de las primeras canciones (mi yo de 15 años que estaba coladita por Billie Joe pensó que nunca llegaría un momento más grandioso en su vida, pero por suerte se equivocaba). Bueno, ese amor adolescente ya se apagó (en gran parte, no me lo pongáis delante que no respondo), pero no mi pasión por la música de Green Day, que quede bien claro 😀

    Saludos!!!

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