Enrique Villarreal, ‘El Drogas’ (Pamplona, 1959), está protagonizando de miércoles a sábado una tanda de cuatro conciertos consecutivos en el madrileño Teatro del Barrio, proponiendo dos formatos diferentes, uno con la (des)Memoria Band y otro con su Rhythm & Blues Band, pero siempre derrochando inquietud artística y compromiso social. «Porque el rock en España es demasiado políticamente correcto, muy transgénico», asegura a Mercadeo Pop.
Así, tras admitir que echa en falta más compromiso en la música española, relata cómo «a veces» cogen la furgoneta y los instrumentos y se ponen a tocar en plena calle en Pamplona, con la intención última de hacer ruido en lugares determinados, llamando así la atención de los ciudadanos sobre los problemas de todos.
«Para presentar Demasiado tonto en la corteza -su primer disco en solitario, de 2013, tras 30 años en Barricada- tocamos en tres puntos diferentes de la ciudad, ante un Centro de Salud, ante el Gobierno de Navarra y delante de la Catedral. Son actos políticos que tenían que estar sucediendo en todas las provincias del país. Sin pedir permiso, tocar en puntos estratégicos de las ciudades», destaca.
En esta línea, explica que se inspira «leyendo las noticias y escuchando a la gente», a la que roba sus historias porque absorbe con «empatía» todo lo que le cuentan. Y añade: «La vida es un camino de aprendizaje y aprendes escuchando a los demás y sintiendo como tuyos los problemas de la gente que tienes alrededor. Yo me dedico a componer y estoy empapado de las cosas que pasan. No me importa nada si ciertos futbolistas hacen una fiesta de cumpleaños».
Villarreal se muestra encantado con su actual banda, con la que lleva ya siete años trabajando, aunque su salida oficial de Barricada se produjo en diciembre de 2011. Y echando la vista atrás, admite que en el pasado «algunas veces» se ha sentido «como un vendedor de lavadoras», puesto que no le gusta el «proceso asambleario que ralentiza los procesos creativos en las bandas».
«Me encuentro muy cómodo ahora con mi personaje, que en realidad es una evolución de lo que siempre he sido. Aprendí a hacerme el nudo de la corbata hace dos años y medio, pero me encuentro muy cómodo saliendo al escenario con mi traje y todo esto», admite entre risas.
Volviendo sobre sus diversos formatos en directo, indica que la Rhythm & Blues Band es algo muy «diferente» para él, y eso es lo «bonito», porque «la gente está sentada y se fija en todos los arreglos, porque hay propuestas que se prestan a eso, a que la gente atienda».
Por otro lado, recuerda que la (des)Memoria Band viene del disco de Barricada titulado La tierra está sorda (2009): «Me gusta la idea de ir y tocar en lugares relacionados con la memoria histórica. Tengo en mente hacer un documental, aunque sea casero, en el que el grupo sea el hilo conductor visitando ocho o nueve lugares».
Después de admitir que no tiene tiempo para llevar a cabo todo lo que tiene en mente, destaca que «el éxito es vivir de lo que te gusta, encontrar el sitio perfecto en el que te sientes de lujo», como le pasa a él, según dice, cuando está sobre el escenario y se ve rodeado de sus músicos actuales.
«Yo no es que tenga talento, es que tengo un montón de horas de trabajo detrás, y después de doce horas liado me acuesto y me despierto a las cuatro de la madrugada con una idea en la cabeza que aparece cuando quiere», apunta, para después añadir: «A veces te vas a la cama pensando que ya no vales para esto, pero repentinamente aparece la inspiración. Ese momento sí que es mágico, pero la magia viene después de muchas horas de curro».
ENTREVISTA PUBLICADA ORIGINALMENTE POR David Gallardo EN EUROPA PRESS.
