dani martín río babel

Dani Martín (2022) Festival Río Babel. Madrid

Crónicas

No sé cuando, pero sé que sí. En algún momento algo hizo click y Dani Martín pasó a ser un sí. Como para acertar la intención de voto. Tezanos no soy, pero intuyo que cuando España esté a punto de romperse para siempre aparecerá Dani Martín y entonces, solo entonces, estaremos a la vez juntos en algo. La segunda transición democrática era El canto del loco. Jamás lo imaginamos, pero ahora lo sabemos.

Yo personalmente hice una decena de fotos a familias enteras anoche en Río Babel. A cada cual más bonita. Dos o tres generaciones ahí reunidas. Y digo pero si no es tan mayor, si es de mi quinta este fulano. Nosotros también estuvimos bonitos: era jueves, qué tontería. Pues yo qué sé. Le digo fulano porque siempre le he odiado. Le odiaba hace quince años porque a ella le gustaba. Era como tener al chulito de clase ahí todo el rato metido en casa.

Vimos a El Canto del Loco con Pereza en unas Fiestas del PCE, ojo, también te digo: reliquias mentales pop que ocurrieron y no olvidamos. Por eso pues, no sé, ahora que te ves con 43, menos airado y por supuesto menos sabio, te rindes. Vale, Daniel, ganaste. Me dejo ganar. Todas aquellas noches de pub que me resistí a bailar ‘Nada volverá a ser como antes’ las quiero bailar esta noche. Y lo puedo hacer si quiero. Qué suerte tengo.

Una vez asumido que El canto del loco vertebra España con más eficacia que el Estado de las autonomías solo queda disfrutarlo. Menuda chorrada sería lo contrario. Menudas chorradas digo. Pero, eh. Que sí. Que yo estuve allí. Algo me estremece: ‘La suerte de mi vida’. Casi no veo porque están todos los niños de vacaciones en la ciudad a hombros de sus papás con esta que es Extremoduro pero hacen como que no lo saben.

Acabo de escribir esto y en aleatorio de Spotify me ha llevado a ‘La vereda de la puerta de atrás’. Luego que si nos preocupa que nos controlen. A mí, como ya os he dicho, qué más me da si soy fan de Dani Martín. Ya no tengo nada más que decir ante tanta gente. Y que me da igual, porque eso es lo que mola. Que me gusta. Que me dejéis. Que yo estuve y vosotros no. Que canté ‘Volverá’ y ‘Son sueños’ a mi bola como si me hubieran gustado siempre tanto. Tanto como me gustan ahora.

‘Qué bonita la vida’. ‘Que se mueran de envidia’. Todo es en realidad como antes, solo se ha girado ligeramente el espacio y el tiempo. Pero somos los mismos. Es la ensoñación de una vida pop. Dónde estás. Ven. No te vayas. ‘Peter Pan’. ‘Una foto en blanco y negro’. Si te vas, ponemos los contadores a ‘Cero’ y volvemos a empezar.

Bailamos en 2022 las mismas canciones que en 2002. Casi se me va el dedo con el cero. Ginebras son las pavas más divertidas del universo y salen para liarla bien en ‘Zapatillas’ y, como me gusta, desde el fondo, te canto lo insoportable que eres. Que eres, Daniel. Vaya himno pop esa que digo: Insoportable. Como tú y como yo.

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