¿Cuántas licencias para bandas tributo puede haber por cada banda original?

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Últimamente todos los temas se me ocurren desvariando en chats de whatsapp. El otro día estaba en uno de ellos el debate a todo trapo con los taxistas y que si tal, que si cual. Y en esas recibo un email de un concierto tributo a U2, Depeche Mode y Simple Minds –coño, ya ni con un grupo se conforman, ya quieren abarcarlo todo en un ratejo- en la Sala Shoko de Madrid. Por esas conexiones que hacen nuestras maltrechas cabezas, lo vi claro.


Si la discusión es cuantos Uber y Cabify puede haber por determinado número de licencias de taxi, ¿no debiera ser así con las bandas tributo? O sea, es que ya basta. Esto se ha convertido en un aquelarre de cartón piedra ya inaguantable. Que vale, los de las versiones tienen que ganarse la vida, exactamente como los de Cabify y Uber están diciendo sin parar en todas partes esta semana. Pero a mi todo esto me crea miles de dudas y no alcanzo ninguna certeza (algo que me parece fantástico, porque la gente que siempre cree tener la razón es ridícula).


Todos tenemos que comer pero en mi profesión está feo copiar. En la música, si pagas los correspondientes derechos de autor, te dejan copiar, pero para mí sigue estando feo. Igual es la educación católica del demonio, esa que dicen que te persigue toda la vida por mucho que reniegues y a la que ‘ellos’ aseguran que acudirás cuando te veas en las últimas. Pero mira, que no, que lo de las bandas tributo ya es un canteo irrespetuoso.


Admito, confieso y me flagelo: Alguna vez lo he pasado bien con tributos a U2. Pero ya. Solo de imaginar cómo debe ser el espectáculo de Manel Fuentes imitando a Bruce Springsteen mis extremidades exigen la posición fetal y mis ojos lloran de motu propio. Claro que hablamos de un extremo en el que el tipo usa su imagen pública par atraer al personal con la promesa de un sentimiento real, pero que no. Y no podemos dudar de la devoción hasta el ridículo de Manel por Bruce. No podemos dudar porque da vergüenza ajena.


Luego está por ejemplo God Save the Queen, el tributo a Queen que congrega multitudes y que el próximo verano estará en el festival de Porta Ferrada con entradas de 28 a 58 euros. Jodó. ¿Y a la peña que pague estos precios no le compensa ir al teatro a que le cuenten una historia unos actores que no sean impostores profesionales? Y bueno, ya cuando se disfrazan es la hostia, esos guitarristas con gorro y perilla emulando lamentablemente a The Edge, o esos vocalistas con gafas de sol rojas tratando infructuosamente de parecerse lejanamente a Bono. Dan ganas de abrazar, en el fondo.


Porque este grupo en concreto ya es un exceso, un poco como los Pink Tones, a los que me vi arrastrado a ver hace unos años en Vistalegre porque en mi familia Pink Floyd es básicamente el ser superior que todo lo puede. Y vale, entre cervezas pasas el rato, pero por mucho que se lo curren yo tengo la sensación de que es tiempo y dinero que no les corresponde a ellos. Eso por no hablar de que hay que tener muchos cojones para ponerse a tocar el solo de Comfortably Numb ahí ante la gente sin que se te caiga la cara de vergüenza. Por muy bien que lo hagas, ¿quién eres?


Y me llegó el otro día una convocatoria para un tributo a Pablo Alborán. Es de eso que te detienes y, fíjate, ese correo sí que lo lees entero. Buscas respuestas para saber qué ha llevado a alguien a sentir que eso era necesario. Y luego están los colegas que te dicen que los Gansos Rosas lo hacen genial... y vale, pues lo harán pero es que prefiero ponerme vídeos guapos en YouTube de los de verdad. Y me viene a la cabeza ahora Jairo Zabala, o sea, Depedro, que durante sus años de currante antes de conseguir vivir de la música daba caña con Zolo Zeppelin por los garitos de Madrid… esto me hace dudar y me gusta la duda, pero es que eran otros tiempos en los que no vivíamos la saturación actual.


También el otro día un amigo diciéndome que se iba a ver a Hechizo, un tributo a Héroes del Silencio. «¿Por qué?», le pregunté, cerveza de aperitivo en mano. «Bueno, es que hay una chica…». ¡Acabáramos! El tunante pretendía engatusar a una chavala con las viejas canciones que a todos nosotros nos marcaron el camino. Después de recordarle eso, añadí: «Pero no vayas, cancela, te lo prohíbo». Al rato se hizo un Houdini legendario y le fue bien con sus planes amatorios. Espero que Bunbury lea esto.


Y es que yo opino que cuando una banda se acaba, tiene derecho a que se acabe de verdad. Cuando los que crearon unas canciones ya no las defienden más en vivo, nadie más tiene por qué hacerlo. Ya sé que no hay nada mejor que la música en vivo pero, ¿sabéis qué? Sí que hay algo mejor: Ver a los grupos de verdad tocando sus propias canciones (o las que otros les compongan, vaaaale, pero los de verdad). 


También creo que si el grupo original está tocando en determinado lugar, no debiera haber un grupo tributo a menos de 300 o 500 metros, como andan negociando los de los coches de choque. Aunque una vez hubo alguien muy muy avispado que rizó el rizo: Fue en 2009, cuando vimos a AC/DC en el Vicente Calderón, pillamos un taxi y al acabar nos fuimos escopetados a las fiestas de Aluche a ver a la Bon Scott Band… mientras pagábamos al taxista empezaba a sonar Hells Bells. La verdad es que nunca olvidaré esa noche desbordante de rock y callejones espirituosos. Encima me hice una foto con Yosi. Pero aquella noche hubiera sido igualmente remarcable sin el bis de las mismas canciones peor tocadas por otros pavos anónimos. Las copias son eso, copias.


Supongo que respeto a los músicos de las bandas tributo porque son fans y tal y cual y compartimos códigos, pero es que ocupan un lugar que en un mundo ideal tendrían que ocupar otros grupos más jóvenes con sus propios temas luchando por hacerse un hueco. Esta afirmación es romántica e idealista, pues cuando tenemos una edad nos acomodamos irremediablemente y atender a cosas nuevas cuesta un mundo, pero tú que me estás leyendo no eres perezoso para eso. Ni yo tampoco. Por eso no podemos dejarnos llevar al lado oscuro de los dichosos tributos.


Y una vez fui a uno de U2 de Rock en Familia y lo pasamos guay -bueno, los niños se aburrieron porque duró como dos horas y ya les daba igual la vida que la muerte-. Esa faceta aleccionadora sí puede resultar interesante, pero siempre que haya críos canijos de por medio –que lo hagan en las clases de música de los coles públicos-. Gente mayor viendo a Arma Joven (tributo a Bon Jovi) con un gintonic en la mano nooooo. No por favor, qué visión más perturbadora. Mira, Jon puede estar cantando como el culo como de hecho está cantando desde hace tiempo, pero es el único que debe plantarse ahí ante el micro para cantar ciertos temas.

Ya sé, me doy cuenta de que al final he encadenado unos cuantos recuerdos divertidos relacionados con grupos de tributo. Pero tengo la certeza de que solo son anécdotas sin verdadera profundidad en mí. Intuyo, solo intuyo, que es porque la proliferación de bandas tributo responde, en última instancia, a la precarización generalizada de la sociedad y de la música en particular. Es una afirmación gorda, pero es que me niego a que todo valga en el nombre de la nostalgia. Ah, y lo del ratio de bandas tributo por banda original: Una o ninguna.


Prefiero generar recuerdos nuevos -mi obsesión- con grupos que ansían su espacio. Por eso, os voy a recomendar unos cuantos y clickando sobre su nombre os vais a su Facebook para así conocerles más si os da el punto. A saber (incluyo algunas ya veteranas, porque siempre hay gente largamente despistada): Kitai, Veintiuno, Leather Heart, Aurora & The Betrayers, Ciclocéano, Lizzies, Morgan, HavalinaNat Simons, Siloé, Nunatak, Rufus T. Firefly, Carmen Boza, La M.O.D.A., Los Zigarros, Playa Cuberris, Anaut, Freedonia, Julieta 21, Sexy Zebras, Viva Suecia, Chelsea Boots, Modelo de Respuesta Polar, Deniro, Embusteros, Shinova, Carolina Durante, Sidecars, Alice Wonder, Second, Dinero, Ele, Tulsa, Jacobo Serra, Mucho, New Day, Sweet BarrioJulián Maeso, Repion, Cariño, Los Vinagres… Con lo que os gusta la música, ¿no creéis que ya es momento de escuchar toda esta mandanga? Ya tenéis un huevazo ahi, venga, a darle chicharra.  

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1 thought on “¿Cuántas licencias para bandas tributo puede haber por cada banda original?

  1. Cuánta razón tienes en casi todo….
    Digo en "casi" porque decir que The Bon scott Band empeoran las canciones de AC/DC es , digamos, como mínimo,incorrecto.
    Coincido totalmente en que la excesiva proliferación de bandas tributo de mierda ha convertido todo este mundillo en algo vergonzoso, pero The Bon scott Band llevan más de veinte años haciendo ese homenaje con el máximo de los respetos y en sus inicios tuvieron que soportar muchísimas críticas malintencionadas por parte de todos aquellos que ahora , vista la "bicoca" se apresuran a montar esas bandas de tributo de 4º categoría , además , y lo más grave de todo, sin haber tenido en la vida ni un sólo disco de la banda a la que dicen tributar; con decirte que hace un tiempo estuve por casualidad viendo a una banda tributo de AC/DC (que no era The Bon Scott Band) y pude oir al guitarra solista decirle a un colega suyo "Qué quieres , si a mí AC/DC me suda la polla" al preguntarle este por la escasa calidad del show.
    Por otro lado y como fundador de una banda de temas propios con más de quince años de trayectoria comiendo mierda(que no es poco, ya son ganas , verdad?), te diré que esas bandas tributo no nos hacen ningún daño, no triunfábamos antes de su aparición, ni lo hacemos ahora, ni lo haremos nunca, si no te toca, no te toca y punto, no es culpa de nadie.
    Pero es verdad, tienes razón, debería instaurarse un ratio o como mínimo, un control de calidad si no todo esto se convierte en un drama vergonzante.
    Por mi parte no sigo bandas tributo ni las seguiré pero mi respeto va hacia esas que ya estaban en los 90 , dícese The Smoking Stones, Abbey Road, Please y la propia The Bon scott Band, y ninguna de ellas empeora al original sino a veces, hasta al contrario , dependiendo directamente que en qué día pilles a los originales, un buen dia de un buen grupo homenaje hasta les supera y todo.

    Gracias por la opinión que sin duda , comparto al 99%, alguien tenía que decirlo, yo también estoy hasta la coronilla de toda esta mierda

    Un saludo .

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