BAUER presentan este viernes 1 de febrero en el Costello Club de Madrid Otra vuelta al sol, un segundo álbum hecho «sin presión» y del que están totalmente «orgullosos de cada una de las canciones», tal y como apunta a Mercadeo Pop el vocalista y guitarrista Gabriel Bauer.
«El camino ha sido largo», concede Gabriel refiriéndose a los cinco años transcurridos desde su disco de debut –Azul eléctrico (2014)-, un período en el que no dejaron de componer con el objetivo último de dar con buenas canciones. «El objetivo de hacer un disco del que estar orgullosos al completo lo hemos cumplido», apostilla, mientras su hermano Lucas asiente convencido.
– Cuatro años desde el anterior álbum. ¿No es demasiado tiempo después de un debut?
GABRIEL: Seguro que sí, pero ya no podemos cambiar eso. La gira del disco anterior fue larga y a veces complicada. Hicimos muchas salas y hubo importantes pérdidas económicas y de mucho esfuerzo con poca recompensa. Eso nos llevó a una especie de crisis musical, en la que no sabíamos muy bien cómo continuar. Pero como nos gusta tanto lo que hacemos, nos propusimos hacer un disco sin presión y donde estuviéramos muy orgullosos de cada una de las canciones. Y sabíamos que eso iba a llevar tiempo, aunque no esperábamos que tanto.
– ¿Qué pasó?
GABRIEL: Tardamos algo más de un año en hacer una maqueta de 20 canciones y cuando las escuchó el productor Pablo Cebrián, resulta que no le convenció ninguna de ellas, aunque nos animó a seguir componiendo por la línea en la que íbamos. Tras unos días de bajón nos pusimos a ello, y tardamos otro año en hacer otros 30 o 40 temas. Justo en la semana que teníamos la cita en el estudio para elegir los temas del disco y maquetarlos, nació de forma prematura el hijo de Lucas, y en el estudio no pudieron darnos otra cita hasta algunos meses más tarde. Esos quizás fueron los meses más productivos de composición. Así que el camino ha sido largo, pero eso sí, el objetivo de hacer un disco del que estar orgullosos al completo lo hemos cumplido.
– ¿Dé dónde salen las canciones?
LUCAS: La mayoría de la música es mía. Suelo componer estando yo solo. Cuando preparamos las canciones que se incluirán en el disco, lo normal es que tengas cierta presión por querer hacer muy buenas canciones muy rápidamente, lo cual es muy complicado. Y no siempre se encuentra la inspiración necesaria para hacer una buena canción, más bien, las buenas canciones surgen cuando la inspiración te encuentra a ti. Por ello, intento escribir algo todos los días y voy grabando pequeñas ideas. Cuando se acerca la fecha de elegir temas, las voy escuchando y seleccionando, además, creo que a las canciones hay que darles un tiempo, un tema recién compuesto siempre parece un gran tema, pero al tiempo, percibes matices que antes no percibías.
– Es bueno tomar un poquito de distancia…
LUCAS: Claro. Más adelante, comparto las canciones con el resto de la banda y Gabriel le pone letra, Abel comienza a pensar arreglos, etc. Luego dejamos reposar estas ideas un par de meses y vemos si nos siguen gustando. Si pasados estos meses siguen gustándonos, maquetamos la idea poniéndole ritmo y añadiendo más instrumentos en nuestro local de ensayo y pequeño estudio. Una vez terminadas las maquetas, se las presentamos a los productores para que nos den su opinión. Para nosotros es importante este proceso, porque es muy fácil enamorarse demasiado rápido de una idea musical que has creado tú mismo.
– Hablando de las letras, ¿son las relaciones humanas cotidianas vuestra principal fuente de inspiración?
GABRIEL: Si, las relaciones entre personas y también las relaciones intrapersonales, o luchas internas. Hombre de metal es un ejemplo de esto, la lucha entre las ganas de hacer lo que uno quiere o sueña y lo que no nos permitimos o simplemente no podemos ni reconocer por el ritmo de vida que llevamos. Nos gusta describir opuestos, sensaciones de desesperación y momentos de insight o de fuerza, dificultades y salidas, tristeza y optimismo.
– ¿Cómo fue la grabación con Pablo Cebrián e Iñaki de las Cuevas como productores?
LUCAS: Es un lujo grabar con gente tan potente. Es la tercera vez que trabajamos con Pablo Cebrián, y cada vez es mejor y se aprende más con él. Es un productor muy exigente y haciendo música su cabeza va diez veces más rápida que la de cualquier otro humano que haya conocido. Iñaki afrontó este disco con la ilusión de ser uno de los primeros discos en los que participa como productor, y eso ha sido muy importante para nosotros. Ese equipo y que hablamos el mismo idioma musical hizo que fuese muy fácil y muy apasionante trabajar con ellos.
– ¿Cuál es la evolución desde Azul eléctrico hasta Otra vuelta al sol? El sonido del grupo ha crecido y se ha abierto, suena todo más gordo, por así decirlo.
GABRIEL: Quizás Azul eléctrico era un disco de más exploración, donde queríamos diferenciarnos de otros grupos y que no se nos asociara a nada en concreto. En Otra vuelta al sol hemos pasado de eso y nos hemos centrado en las canciones. Algunas son incluso más simples, tienen menos pistas, pero cada instrumento tiene más peso y protagonismo por sí mismo, y eso hace que suene todo más grande. Al sonido ayudó mucho que lo mezclase Óscar Vinader, otro grande de la música en España que ha sabido darle un sonido muy natural pero gordo.
– En cualquier caso, más importante que el estilo son las canciones, indudablemente. ¿Tenemos aquí canciones con recorrido?
LUCAS: «Creemos que sí. La primera vez que escuché algunas de las primeras maquetas que hicimos se me pusieron los pelos de punta. Recuerdo que esto me ocurrió con “Infinito” o con “El día del perdón” y con algunas más. Realmente me emocioné. Sin embargo es muy complicado para nosotros evaluar si las canciones son buenas o van a tener recorrido, porque las hemos escuchado tantas veces que perdemos la perspectiva. A día de hoy estamos muy contentos con lo que hemos hecho, pero el tiempo y las personas que lo escuchen valorarán si algo de esto perdura para ellas».
– Este 1 de febrero tenéis la presentación oficial en el Costello Club de Madrid. ¿Qué podemos esperar?
LUCAS: Va a ser un concierto muy divertido e intenso. Somos una banda que ofrece contrastes. Momentos muy rockeros, con caña y ritmos, momentos más íntimos o melancólicos, momentos intensos y también canciones bailables y estribillos pegadizos. Al menos intentamos que todo eso se genere durante nuestros conciertos.
– ¿Qué significa para vosotros volver a tocar en este local ya tan asentado en la escena musical independiente española?
GABRIEL: Costello es una sala mítica a la que siempre gusta volver. Suena muy bien y es emocionante tocar allí. También supone cierta responsabilidad pensar en la gente tan buena que ha pasado por esta sala.
– Se dice que ahora los grupos lo tienen más fácil para darse a conocer porque todo está como más a mano que antaño, pero eso es un arma de doble filo porque también aumenta la oferta. ¿Cómo de complicado es para un grupo como Bauer hacerse escuchar?
LUCAS: Sin duda estamos en un buen momento, y es cierto que eso también tiene sus desventajas, como comentas. Ahora mismo hay muchos grupos y muy buenos, por lo que es muy difícil destacar. Nuestra impresión es que hay que tener mucha constancia, quizás más que antes, porque las noticias y las publicaciones salen sin parar y hay que tratar de estar siempre ahí, pendientes de publicar algo o hacer algo nuevo para que si alguien no se entera a la primera, tenga muchas más oportunidades de conocernos.
– ¿Sentís que estáis consiguiendo llegar a más gente con esta segunda entrega?
LUCAS: Creemos que este segundo disco está gustando más a la gente, y nuestra sensación es que se están compartiendo más los vídeos y se están escuchando más las canciones. También está abriendo más puertas de conciertos y festivales, por lo que entendemos que está funcionando mejor. Pero sigue siendo una tarea muy complicada hacerse escuchar.
– ¿Cuáles son los planes para 2019? ¿Tocar y tocar sin parar?
GABRIEL: Más que tocar sin parar, tocar bien. Tanto a la hora de elegir los sitios como por nuestra parte. Hemos aprendido que a veces es mejor hacer menos conciertos pero que sean de buena calidad, en sitios preparados para ello y donde haya un cierto respeto por las bandas. A veces hemos cometido el error de tocar sin filtro y al final es importante que la gente que te vea, vea un buen espectáculo en todos los sentidos y sentirnos a gusto tocando. La idea es hacer algunas salas escogidas y los festivales que podamos.
– ¿Gira por salas o festivales? ¿Qué os gusta más?
LUCAS: Nos gustan ambos conceptos y no sabría elegir. Las salas tienen la ventaja de que puedes tocar un repertorio completo y hacer un concierto más propio. La gente que viene es tu público y hay mucha más interacción. Por otro lado los festivales son muy divertidos y hay gente que viene a vernos a nosotros y otra que simplemente pasa por allí pero quiere divertirse con la música. Eso siempre es un reto y además una buena forma de darse a conocer.
– Supongo que para vosotros los festivales son fundamentales para llegar a más gente…
LUCAS: Sí, actualmente son la gran plataforma. Son un poco la radio de esta época, donde se descubre a los nuevos grupos. Nosotros intentamos estar en todos los que podemos, aunque tampoco es fácil entrar en el circuito de festivales. Ha sido una noticia estupenda para nosotros estar ya anunciados en el primer cartel del Sonorama Ribera 2019, por ejemplo. Eso ayuda mucho a que nos vaya conociendo más gente.
– ¿Qué es el éxito para Bauer en enero de 2019?
GABRIEL: Esta es una pregunta difícil de responder, por la amplitud del concepto éxito. Éxito es seguir tocando y pudiendo ensayar una vez a la semana junto a Lucas, Abel y Toni, porque eso significaría que nos va bien, nos llevamos bien y seguimos disfrutando de ello. Más éxito sería poder hacer conciertos y darnos a conocer un poco más, tocar en algunos festivales, divertirnos y sentir que la gente se divierte en esos conciertos. A partir de ahí todo lo que ocurra ya será una locura a la que le daremos la bienvenida y con la que trataremos de seguir disfrutando.
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