Aute ve el hip hop como «un fenómeno muy rico en propuestas literarias, conceptuales y de riesgo»

Califica el ‘Tea Party’ como «una caricatura y una sacudida retrospectiva a los valores más rancios»

Este 16 de noviembre Luis Eduardo Aute publica ‘Intemperie’, su disco número «treinta y tantos» -ni él mismo sabe concretarlo- después de 42 años de carrera musical plagada de canciones que forman ya parte de la memoria colectiva. Pero lejos de mirar al pasado o quedarse en la autocomplacencia, sigue tan curioso como siempre y no duda en recalcar las bondades del hip hop como género de autor y de riesgo.

– ¿Qué hacemos para no quedarnos a la intemperie?
Sirve para expresar un poco el estado de ánimo contemporáneo de todo el mundo, la sensación de provisionalidad, de falta de referentes a los que agarrarse.

– Y los músicos que empiezan hoy, ¿dónde pueden agarrarse?
Antes era más fácil ser músico porque había compañías discográficas y si tu trabajo interesaba se grababa y funcionaba. Ahora están todos un poco a la intemperie, el músico no tiene discográfica, depende de internet, hay mucha más competencia y mucha confusión. Se da mucha importancia a los estilos musicales por encima de lo que se va a contar.

– Ahora que hablas de estilos, has colaborado en los últimos años con raperos como Haze o El Chojín. ¿Qué ves en ellos?
Los nuevos autores e intérpretes de canciones son los raperos, con esos textos tan largos y exhaustivos, tan agresivos y denunciantes. Me parece un fenómeno muy rico en propuestas literarias, conceptuales y en riesgo, y el riesgo en esto de contar cosas en el ámbito de la cultura es fundamental. Si no te arriesgas no tiene sentido.

– ¿Es el hip hop el nuevo rocanrol?
En todo el mundo el fenómeno hip hop es muy importante, no sé si con futuro o sin futuro pero con mucho presente. Con propuestas arriesgadas y una manera de entender la música como algo muy directo, supervivencial, y en muchos casos con ideas muy brillantes, insólitas y provocadoras en cuanto a textos, con mucho libertinaje literario y sin miedo a las palabras.

– Mucha gente te considera un gran letrista pero minimiza tu música. ¿Cómo convives con eso?
Intento que estén equilibradas. Una canción es texto y tiene la misma importancia que la música, no debe prevalecer lo único sobre lo otro. Intento que orgánicamente tengan unidad y coherencia, pero otra cosa luego ya es que lo logre.

– Retomemos tu nuevo lanzamiento. ¿Cómo lo afrontas después de más de treinta discos y cuarenta años de carrera?
Me lo tomo como si fuera un poco el primero, porque aquí siempre es volver a empezar, no importa mucho lo que hayas hecho anteriormente, algo que es agotador pero estimula para hacerlo cada vez mejor. El éxito de este disco será que me permita grabar otro, que es lo que he ido haciendo hasta ahora.

– ¿Tienes ya planes para presentarlo en directo?
De presentación hay uno en Madrid el 15 de noviembre (Teatro Nuevo Alcalá) y otro en Barcelona el 10 de diciembre (L’Auditori).

– ¿Cómo ves a tu público desde las tablas?
El público es heterogéneo, ve hasta tres generaciones de abuelos a nietos, si bien ha concretado que tal vez su horquilla principal vaya de los 25 a los 35 años.

– ¿Que dos o tres canciones nunca faltarán en un concierto de Aute?
Voy aparcando viejas canciones. En esta gira van a estar todas las canciones del disco nuevo, muchas del anterior y alguna que otra de años anteriores que me funcionan para vincular unas con otras, pero ni si quiera serán de las más conocidas. Si hay disco nuevo lo suyo es que se toquen las canciones nuevas, no voy a tirar de la memoria musical.

– Resúmenos, ¿qué hay en este disco?
Canciones de amor, otras más reflexivas, canciones de humor, y en términos generales una presencia contemporánea de los tiempos que estamos viviendo. Hay reflexiones, unas más intensas que otras, sobre este tiempo caótico y confuso que estamos viviendo.

– Tiempos raros y de cambios…
Es evidente que hay un sistema capitalista de libre mercado que se ha agotado, que ya no sirve, que hay un cambio de era, porque la crisis es económica, de comunicación, educación, creativa, política, de pareja, de familia, de la Iglesia… todo está en crisis.

– ¿Y qué va a pasar? ¿Hacia donde vamos?
Estamos pasando por una mutación histórica. Acaba la época contemporánea que arrancó en la Revolución Francesa y empieza otra totalmente distinta que nadie sabe por donde va a ir. El ‘tea party’ es una caricatura que asusta mucho con esa especie de sacudida retrospectiva a los valores absolutamente rancios, y que eso sea el futuro que propone el país de referencia me asusta.

– También atacas a la televisión en una de tus nuevas canciones.
El nivel cultural de la televisión para satisfacer a las audiencias es cada vez más bajo. Pero es que este medio está siendo sustituido por internet, que es donde están más enganchados los jóvenes, que no son nada televisivos.

– ¿Y tu cómo te llevas con las nuevas tecnologías?
Yo soy analógico y todo el sistema digital se me escapa. Eso sí, no entiendo cómo los políticos de todo el mundo no consideran a internet como un fenómeno político que está cambiando el mundo. Es un fenómeno histórico que se tendría que tener en cuenta políticamente y tener, un poco en broma, un Ministerio de Internet para estudiar los efectos de esta ‘internetional’. Me sorprende que no le inquiete al poder político y no lo tome en consideración.

– Deduzco que no te manejas en las redes sociales tan de moda ahora…
Sé que estoy en Facebook y MySpace pero yo no tengo ninguna responsabilidad sobre eso. En Facebook no he entrado nunca, y en MySpace un par de veces para ver cómo es, pero no lo utilizo. A lo mejor debería meterme en Facebook para ver qué pasa, aunque hasta ahora he llegado vivo. En realidad creo que la gente se siente cada vez más sola y utilizan todos estos medios para estar en contacto con otras personas y sentirse menos solos. Si Facebook sirve para que la gente se siente menos sola, bienvenido.