The Answer (2012) Sala Caracol. Madrid

Crónicas

Lugar: Sala Caracol. Madrid
Fecha: 13 enero 2012
Asitencia: 500 personas
Artistas Invitados:
Precio: 20,90 euros
Músicos: Cormac Neeson (voz), Paul Mahon (guitarra y coros), Micky Waters (bajo), James Heatley (baterista)



The Answer no defraudan, The Answer tienen la respuesta para esos momentos en los que necesitas ese algo más que en realidad no sabes donde buscar. Ración de adrenalina, atracón de endorfinas. Cuando cuesta levantarse por las mañanas, cuando parece imposible poder continuar, cuando tienes a tu hermana en la UCI de Montepríncipe sin poder mover más que los ojos y nadie sabe por qué, cuando es tanto el dolor que llevas acumulado que ya eres incapaz de sentir. Entonces llegan The Answer y te patean el culo, te ponen en tu sitio, te dan las claves, te recuerdan que estás vivo y que la derrota no es una opción. Y no hay excusas.

Porque suenan los primeros atronadores acordes de ‘New Day Rising’ y algo se remueve dentro de ti. Algo hace click. Alguien le da al botón de encendido. Se acabó el off, arranca el on. Después de pasar por Madrid teloneando a AC/DC dos veces en 2009, después de tocar en Joy Eslava en marzo de 2010, regresaban los norirlandeses a la capital para presentar en Caracol las canciones de su tercer largo, ‘Revival’, en el que reafirman su compromiso de revivir el rock desde las raíces. Rock clásico setentero a poder ser, del bueno, de lo bueno lo mejor, prácticamente sublime.

En un principio el público se muestra relativamente parado, seguramente impactado por la fascinante barrigota que asoma bajo la camiseta negra de Cormac. De la misma manera que uno no puede parar de mirar el paquete de Robert Plant en determinados videos de Led Zeppelin, uno tampoco puede dejar de calcular cuantos litros de cerveza habitarán en el cuerpo del vocalista, pelazo, melenaza, bailón, totalmente invadido por el espíritu de Chris Robinson (el de los Black Crowes, para los no iniciados). A su derecha, el eficaz guitarrista Paul Mahon, con poses de héroe de las seis cuerdas perfectamente ensayadas, con inquietante parecido físico con Nuno Bettencourt (este otro es el de Extreme).

Agazapados y en cierto modo solapados por vocalista y guitarrista, la base rítmica del bajo y la batería machaca trotona con una feliz contundencia que provoca casi lágrimas de alegría en este que escribe, que no pasa precisamente por sus mejores momentos por los motivos ya expuestos. Suenan ‘Come Follow Me’, ‘Under the Sky’, ‘Vida (I Want You)’ y el gentío va calentándose. Una vez superado el impacto inicial, una vez ya calentitos y convenientemente regados, una vez ya comentado lo buenos que son y lo bien que suenan, una vez hechas las comparaciones pertinentes, la gente deja que la música fluya y lo flipa con ‘Caught in the Riverbed’, por ejemplo.

Dame de beber, dame rocanrol, dame caña chunga, quiero partirme la camisa como Camarón. Pero no, mejor no, que la camiseta es de los Guns n’ Roses y bien molona, no viene al caso. Pero dame guitarrazos, castígame hondo, profundo, apriétame, seccióname la vena aorta y desángrame mientras grito como un becerro herido de muerte. Vamos a montar un buen cristo, atiende, escucha, detente un instante, están tocando ‘Nowhere Freeway’ y te va a alucinar, al igual que ese sobresaliente medio tiempo de menos a más que es ‘Tornado’. Y es que un concierto de estos tipos es como darte una ducha después de tirarte tres días caminando por el desierto del Gobi. Aleluya.

Cuernacos y puños señalan hacia el techo en brazos que se elevan con resortes en ‘Too Far Gone’ y ‘Evil Man’. Ya para entonces los asistentes tienen claro que están presenciando un concierto de eso que bien suelen llamar los entendidos rock con pelotas. Sin medias tintas, sin concesiones, como venidos de otra época, tal vez de otro puto planeta. La noche encara su recta final con ‘Waste Your Tears’ y pides por favor, suplicas de hecho, que nadie apague los amplis. No, no y no, no quiero, no puede ser, no quiero salir ahí fuera otra vez, aquí estoy bien, con mi gente, enchufado, revitalizado, recargado. Conciertazo, sin más, y nuestra pasión se desata porque la tenemos contenida, aunque nunca domesticada.

Porque hoy por hoy The Answer en una sala de aforo medio como esta son de fiar. Porque el viernes 13 de enero no hubo en todo el mundo un mejor concierto ni un mejor sitio para estar que la Sala Caracol. Nosotros lo sabemos y si no estuviste, no es ya que te lo perdieras, es que estás perdido y necesitas ayuda profesional urgentemente. Un psicólogo o una prostituta, un fontanero que te arregle las cañerías o un cronista musical que realmente sepa juntar en una misma frase varias palabras con sentido. Lo que tu quieras, pero gracias a The Answer ahora ya sabemos que este año que ha empezado como el maldito culo ya sólo puede ir a mejor. Y eso es así.





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5 thoughts on “The Answer (2012) Sala Caracol. Madrid

  1. Que sea uno de esos extraños virus que tal como vienen, se van, tío. The Answer son una terapia para los malos tiempos, si señor. Esta gira está siendo triunfal y ha servido para consolidarles como grupo que importa, irradio felicidad por ellos!

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