Alejo publica su disco debut, ‘La fiesta era para otros’. En él muestra una sabiduría ancestral en el arte de componer canciones que oscilan entre el rock y el pop, siempre con buen gusto por las guitarras y con buen tino como cazador de melodías.
Llena Alejo este primer disco de canciones que beben de los clásicos más clásicos. Desde los inevitables Beatles a Tom Petty, todo un universo anglosajón que tiene también referencias más cercanas en ese sonido tan característico de Leiva (y Pereza). Pop-rock de guitarras tan elegante como atemporal.
Adicto a la cultura del rock y sus mitos, Alejo ha confiado la producción de su primer disco a Ramiro Nieto. El percusionista en bandas como Sidonie, Zahara y Sidecars (y ex The Right Ons) es su hombre fuerte y forma también parte de su banda de directo.
Durante un tiempo, Alejo se encerró en el estudio trabajando con Ramiro cada una de las canciones. Buscando, puliendo, añadiendo detalles que completasen el resultado final, matizando algunas ideas que había propuesto Pepo López, productor de Alejo en su anterior proyecto.
SU VISIÓN DEL MUNDO
Los exquisitos estudios de grabación Reno, en Madrid, sirvieron de laboratorio para buscar la alquimia que los oídos de Alejo andaban imaginando en las primigenias versiones de las canciones. Aquellas que nacieron al calor de la guitarra y su voz en el salón de su casa en Tudela y que ahora quedan aquí registradas.
La chispa saltó en esas sesiones en la sala del estudio con toda la banda que ha participado en la grabación. A saber: Andoni Zubiria (batería), Luis Pérez Nievas (bajo), Víctor L. Pescador (guitarra), Germán San Martín (teclas) y Josep Trescolí (chelo). Todos tocando en directo para llevar las canciones hasta su forma definitiva.
Del debut de Alejo destaca ‘Paso firme’, un rock glorioso de temática esperanzadora. O la épica ‘Autoayudas’ instando a disfrutar el tiempo. La rotundidad de ‘Corazón de caleidoscopio’ o el medio tiempo ‘Reina republicana’. La intensidad de ‘Hojarasca’. En definitiva, un trabajo honesto en el que el músico plasma su personal visión del mundo con una interesante intención lírica.
«‘La fiesta era para otros’ envuelve fobias, anhelos, pureza, inmediatez. Me gusta comparar el título del disco con la sensación de melancolía que (a veces) se genera el día de tu cumpleaños. Cuando sientes que eres la piedra angular, pero te preocupas más porque todos estén bien y no por ti. Vestidas de forma orgánica, con los instrumentos que dan personalidad al rock y teniendo presentes también a bandas contemporáneas, las canciones cuentan de forma sincera las inquietudes y problemas de mi vida. Quizás si fuera Elvis serían más interesantes, por eso también hay algo de ficción», explica el propio Alejo.
