Ciclocéano: Los Incubus más melódicos resultaron ser españoles

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El primer riff del álbum es ‘I will follow’ de U2 pero es solo circunstancial, pues Ciclocéano a mí me parece que son nuestra versión de los Incubus más melódicos. Y en tres líneas hemos metido dos referencias como para auparles hasta el cielo o cargarse su carrera.

Lo cierto es que desde el primer momento en el que les di la oportunidad les cogí cariño, seguramente por U2 e Incubus. Y porque Antonio Curros, compositor y vocalista, tiene una voz versátil y potente que ya muchos conocen por ser Timón en ‘El Rey León’ de la Gran Vía madrileña.

También me llamó la atención que el productor fuera Manuel Ángel Mart de Estirpe -hijo de Manuel Martínez de Medina Azahara, para los no ilustrados-, otro de esos grupos que durante un tiempo me tuvieron bien pillado por los huevos.

‘Lineas de meta’ es, en definitiva, un disco de rock alternativo noventero pero que no se queda en eso. ‘Mi propia nave espacial’ me gusta especialmente porque, no sé, me parece que tiene una melodía bien bonita y un mensaje que ilustra la inocencia infantil con una base rítmica que te lleva por ahí de paseo: «Descubrí, que al final, sí que sé volar».

Me parece que merece la pena que hablemos de Ciclocéano, vaya. Porque tienen otra canción que se llama ‘Líneas de meta’ y que puede aparecer sencilla y desmesuradamente pop pero es que eso es de puta madre en este caso. Y hablamos de miedos a no llegar cuando estás en el último escalón, siempre incompleto. Como cualquiera y con un estribillo contagioso de superación.

‘Viaje temporal’ tiene ese deje noventerísimo cuya frecuencia solo pillamos los que nacimos en el momento adecuado. Robusta base rítmica, guitarra con delay como procede -viva The Edge-, letra de superación personal y una melodía que por encima de todo resulta pegadiza.





En otro tiempo y en otro lugar, no tendríamos ni que explicarlo, pues además la lírica acompaña con solvencia: «Y a pesar de ti y a pesar de mí, un segundo puede transformar cada no en sí, el color en gris, nuestra vida en algo que recordar».

Hay más riffs, más pegadas, más rock alternativo, más certezas: «Tarde, pero aprendí a silbar». Esto es Ciclocéano y esto lo he escrito porque he visto que acaban de tocar en el 35 aniversario del Búho Real. Cosa que ya comentamos aquí mismo, pero que según escribí supe que no iba a poder ser y ya van un par de veces así. Lo conseguiremos.

Entrevistamos, por cierto, a Ciclocéano tiempo atrás. No hace tanto. Y por cierto, me sigo poniendo los calcetines rojos que de promo me mandaron. Un detalle de interés que no se paga con esto, de qué coño vais, esto es porque sí.

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