Sharon Jones & The Dap-Kings (2014) La Riviera. Madrid

Sin categoría

Lugar: La Riviera. Madrid
Fecha: 19 noviembre 2014
Asistencia: 1.500 personas
Precio:
Artistas Invitados: Los Coronas

Elevation, Purification y Salvation con Sharon Jones a la orilla del río

Elevation con la música, Purification con el baile y Salvation con la voz de Sharon Jones. Únicamente faltó en esta intensa y descocada ceremonia una romería hasta la orilla del río Manzanares para dejarnos bautizar con ese agua que de inmunda bien podría pasar a bendita a través de sus dedos de sacerdotisa del soul tocada por la divinidad.

Aunque un poco de esto último hubo, pues nada más terminar el recital, aparecía Sharon a las puertas de los baños de La Riviera, ahí mismo, detrás de las dichosas palmeras, para acercarse más aún a sus fieles en una improvisada firma de discos en la que hubo también, claro, muchas fotos y toneladas de besos. Porque la gente hacía cola para darla un beso y mirarla fíjamente a los ojos más que otra cosa. Para darle las gracias.

Y es que Sharon Jones regresa a la vida en plenitud después de triturar al puto cáncer que cometió el inocente error de señalarla con el dedito. Esto, unido a su derroche escénico, genera una empatía con el público que va más allá de lo musical y se convierte en una lección vital de incalculable valor, que gozosamente comprendimos los 1.500 afortunados que este miércoles nos congregamos en La Riviera, a la orilla del río, bajo la palmera.

Como suele ser habitual en el soul, arrancó la velada con un calentamiento (que en esta ocasión duró 15 minutos) oficiado por los músicos y las dos eficaces coristas. Así de primeras, The Dap-Kings ponen a bailar al personal mientras van avisando de que ya mismo sale Sharon. La espera se lleva bien meneando las caderas, hasta que la velada pega un salto cualitativo con la aparición en escena de la protagonista cual tifón asolador.

Hay curiosidad por comprobar su estado de salud tras vencer al cáncer, y en un primer momento parece que le falta fuelle mientras canta ‘Retreat’, la canción que abre su último disco, ‘Give the people what they want’. Pero es sólo un tonto espejismo, pues efectivamente le van a dar al público que lo que desea y rápidamente Sharon demuestra que a sus 58 años es una ultrafondista escénica más que fiable.

[Sharon Jones en La Riviera. FOTOS: Patricia Cano]

Se suceden las canciones (pocos cantan, pero todos se menean a piñón fijo) y Sharon ha hecho ya 17 kilómetros andando y otros tantos a nado con el incesante movimiento de sus brazos, y comienza el despiporre cuando sube el primer muchacho a bailar al escenario, en un guiño que terminaría degenerando con una veintena de personas sobre las tablas en el tramo final demostrando que la vergüenza esta noche no iba a ser una opción.

‘100 Days, 100 Nights’ suena a clásico en el tramo final, antes del último latigazo con ‘Stranger to my happiness’. Un latigazo que no es de castigo, sino de que no se te ocurra para de bailar, mamarracho. Y yo que ando estos días enfrascado con ‘Orange is the new black’, no puedo evitar recordar el pasado de Sharon Jones como funcionaria de prisiones y las verbenas que debía montar en cuanto le dieran un poco de margen para el festejo.

¡Porque vaya jodida caña que tienes dentro, querida! Y se nos olvida que es miércoles, y se nos olvida que somos mortales, y se nos olvidan las dificultades. Todo eso gracias a la música del alma, que trasciende y nos lleva hasta un lugar en el que nos sentimos seguros todos juntos. Impagable.

[Y para terminar, otra foto obra de Rafael Mozún y otra mía de Sharon Jones rodeada por fans un minuto después de bajarse del escenario (tomada desde lo alto de las escaleras del fondo de la sala, para que os ubiquéis)]:

Comparte
Tagged

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *