The Hives (2012) La Riviera. Madrid

Crónicas

¡El grupo de rock más fantástico sueco!

Lugar: Sala La Riviera. Madrid
Fecha: 1 diciembre 2012
Asistentes: 3.000 personas
Artistas Invitados: The Bronx
Precio: 29,50 euros
Músicos: ‘Howlin’ Pelle Almqvist (voz), Nicholaus ‘Arson’ Almqvist (guitarra), Mikael ‘Vigilante’ Carlstroem (guitarra), Dr. Matt Destruction (bajo), Chris Dangerous (batería)

Setlist: Come on!, Try it again, Take back the toys, 1000 answers, Main offender, Walk idiot walk, My time is coming, No pun intended, Wait a minute, Die alright, I want more, Won’t be long, Hate to say I told you so, Abra cadaver, Patrolling days, Go right ahead, Insane, Tick Tick Boom

Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! Come on! Come on! Come on! Come on… Everybody come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! (come on!)Come on! (come on!) Come on! (come on!) Come on! Come on! Come on! Come on! Come on… Everybody come on!

Aaaaah. Arrase absoluto. Arengando así compulsivamente al personal arrancaron y si se hubieran pasado todo el concierto solo repitiendo este vitalista mantra ya habría merecido la pena dejarse caer por La Riviera en la noche del sábado 1 de diciembre de 2012. Tienen a gala ser la mejor banda de rock y aunque seguramente sea una fanfarronada, lo cierto es que en directo hay muy poquitos como ellos. Energía descocada de cero a cien kilómetros por hora en dos malditos segundos, pulsaciones a mil, una fiesta total, un puñado de bien aprovechados minutos en los que no hay problemas, no hay reproches, sino que hay vida apasionada y electrificada y emocionante y palpitante y sudorosa y frenética y sonrisas y abrazos y saltos y pogos incluso detrás de las dichosas palmeras y esperanza en el ser humano. Una velada como una sobredosis politoxicómana de cortisona. [Fotos de Jesús Jiménez]


‘Try it again’ es como un avión dándolo todo en una pista de despegue y así, desde ese punto, sencillamente planeamos todos a velocidad de crucero durante los siguientes minutos, sin incidencias pero con las señoritaaaaaaas y los señooooores dándolo todo sin complejos. «¡Somos The Hives, el grupo de rock más fantástico sueco! ¡Todo el mundo gritaaaaa!», brama ese cachondo mental que se encarga de las tareas vocales y que responde al muy escandinavo nombre de ‘Howlin’ Pelle Almqvist. Ese mismo que admite que es un «imbécil, un idiota, un Main offender!». A estas alturas el personal está tan enloquecido que dan ganas de talar la maldita palmera a mordiscos, pero por suerte pronto se nos quita la idea de la cabeza y nos centramos en ‘Walk idiot walk’.

Y es que si alguien me dice que entre las 21 y las 22 horas de anoche La Riviera se desencajó de su ubicación habitual y fue navegando por el río Manzanares hasta Legazpi ante la estupefacción generalizada, antes de regresar sorprendentemente hasta el punto de partida sin que sus ocupantes fueran conscientes del viaje astral, yo personalmente me lo creo. Apuesto todos mis ahorros a que eso efectivamente sucedió, de hecho, y punto. Y lo afirmo a pesar de que el último trabajo de la banda, ‘Lex Hives’, es ciertamente prescindible y está a años luz de discos anteriores. Aunque bueno, como era de esperar, en directo canciones como ‘Wait a minute’ funcionan de maravilla y no decae el festejo.


Suena ‘I want more’, que recuerda demasiado al ‘I love rock and roll’ de Joan Jett y que no aporta gran cosa, lo cual la convierte en el momento perfecto para visitar furtivamente el aseo. Allí hay tipos que beben cerveza al mismo tiempo que la expulsan, imagen perturbadora que resume el nivel de excitación y entrega reinante en la sala, sin un segundo que perder y sin explicación alguna que ofrecer. Llega ‘Hate to say I told you so’ y La Riviera literalmente se rompe en dos, con minis volando por los aires y cienes de aullidos de felicidad. El expontáneo Álvaro logra subir al escenario y que le dejen tocar la guitarra, este chico hoy ya no concilia el sueño.

«¡Este es el mejor show ever y el mejor que vosotros nunca habéis visto! ‘Abra cadaver’ y ‘Patrolling days’ inciden en la destrucción masiva. Celebremos que el mundo se acaba y nos importa una mierda ahora mismo. Nuestra preocupación es que nuestras sienes palpitan y nuestras zapatillas arden. En realidad nada nos preocupa, porque disfrutamos con The Hives, histérica, acelerada y pétrea banda frenopática en algún punto intermedio entre la urgencia de los Ramones y la elegancia de los Rolling Stones. Gozamos porque sudamos como gatas en celo después de marcarse un Lucía Lapiedra.

Hay tiempo aún para unos bises que acaban con ese paquete bomba que es ‘Tick Tick Boom’ explotándonos a todos en la cara. Con prácticamente toda la sala agachada por orden de ese comediante metido a estrella del rock que dirige el cotarro y que bien merece un programa propio en nuestra tdt en plan club de la comedia. Porque la próxima vez que me hagan una encuesta preguntando con quien quiero irme de cañas les responderé que me dejen de políticos y deportistas españoles, que yo quiero que Pelle venga a la ciudad. Porque con tipos como él (y sus compinches) las cosas suben a otro nivel y la vida merece un poquito más la pena. Aunque el domingo duela y desconsuele todavía más de lo habitual, ay.

Comparte
Tagged

1 thought on “The Hives (2012) La Riviera. Madrid

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *