White Lies (2011) Sala Heineken. Madrid

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Lugar: Sala Heineken. Madrid
Fecha: 16 marzo 2011
Asistencia: 800 personas
Precio: 26 euros
Músicos: Harry McVeigh (vocalista, guitarrista), Charles Cave (bajista y corista), Jack Lawrence-Brown (batería) y Tommy Bown (teclados)

Setlist: A Place To Hide, Holy Ghost, To Lose My Life, Strangers, E.S.T., Is Love, Streetlights, Farewell To The Fairground, Peace & Quiet, The Price Of Love, Bad Love, Death
Bis: Unfinished Business, The Power & The Glory, Bigger Than Us

Ya no hay mentiras en White Lies. Ni blancas ni negras. Sus intenciones de dominación mundial están claras y su consecución podría ser inminente. Una sala abarrotada con entradas agotadas y unas primeras filas bien apretadas son innegables indicadores de que estamos en un camino ascendente. La única pregunta que cabe hacerse es si se trata de un puerto de categoría especial o nos quedaremos en unas rampas más modestitas. De momento suben ligeros.

Después de haber visto a Coldplay y Muse en La Riviera y salir afirmando que iban a llenar pabellones y estadios, uno acude a determinadas citas con el deseo de revivir esas viejas sensaciones de éxito prematuro, con el deseo de presenciar algo que después podrá contar enseñando los galones con indisimulado pavoneo. La de ayer no fue una de esas realmente, pero estuvo bien cerca. Les falta un puntito para merecer ya aspirar a la premier league.

Obviamente la sala Heineken es más pequeña que La Riviera, con lo cual la rampa de lanzamiento ya es de por sí menor, pero sí hubo muchos indicadores de que White Lies ya no pertenecen al circuito de salas medianas. Excitación entre el público, brazos en alto, rugidos voraces, coreos estruendosos de ojos cerrados. Cierto que no todo el mundo se sabe las letras. Tuvimos primero detrás a unas chicas que obviamente cantaban en un inglés inventado, lo cual siempre provoca risa pero a la par es perturbador. Pronto las cambiamos por otras de impecable pronunciación, gracias al cielo.

Con únicamente dos discos bien redondos (no siempre fácil de lograr esto), la primera constatación es que el repertorio es intachable. Un temazo tras otro. Enumerarlos es absurdo porque están enumerados un poquito más arriba en esta misma página, pero sí es preciso destacar nuestro preferido, ‘Holy Ghost’, que convirtió el lugar en algo especial gracias a unos arreglos densos y potentes. ‘E.S.T.’ también brilla sobremanera. Luego ya las que todo el mundo esperaba, los singles, impepinables, arrolladores. Auténticos himnos desgañitadores. Eso sí, mucho mejor recibidas las canciones de ‘To Lose My Life’ que las de su reciente ‘Ritual’.

La banda, estática por necesidad debido a un escenario pequeño y repleto de pedaleras, cables y cachibaches varios, se concentró en tocar y poco más, ofreciendo un sonido compacto y potente. Muy potente. Sí hubo, apuntémoslo, venga, algunas arengas por parte del cantante, ligeramente toñín en su aspecto pero de atronadora voz, siempre bien recibidas por el respetable, deseoso de demostrar su fervor. Ambas partes, músicos y público, conectaron desde que el balón comenzó a rodar y hora y media después se despidieron deshaciéndose en elogios mutuos.

No han inventado nada y en realidad son una batidora que mezcla cosas que has escuchado una y mil veces. Pero vamos a enumerarlo en cualquier caso: Depeche Mode, Joy Division, Muse, Interpol, Editors y algunas líneas melódicas en plan Killers. Todo ello amalgamado con la siempre necesaria épica desbordada. Se les acusa de falta de personalidad, pero a cambio ofrecen canciones sobresalientes. Con estos ingredientes y un poquito de talento triunfar siempre tendría que ser coser y cantar. Sobre todo cantar. A poder ser en un idioma de este mundo, por favor. Nos vemos en Murcia, nos vemos de nuevo en el SOS. Ya hay ganas.

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5 thoughts on “White Lies (2011) Sala Heineken. Madrid

  1. Que guay que te lo curres de un día para otro!

    A mi también me gusto bastante. Pero le falto ese puntito para entrar en la champions (como dices tu).

    El bis se me hizo un pelin pesado, pero ya solo por la primera hora de concierto de temazo tras temazo, merecido la pena.

    Te olvidas comentar algo de Crocodiles, aunq puede que no llegarais.

    Estuvieron muy bien, mucha actitud buenas canciones y un final demoledor con Stoned to Kill, I wanna Kill y el Beat On The Brat de los Ramones.

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