Rebeca Jiménez (2011) Café La Palma. Madrid

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Lugar: Café La Palma. Madrid
Fecha: 13 enero 2011
Asistencia: 100 personas
Artistas Invitados:
Precio: 10 euros
Músicos: Rebeca Jimenez (voz y piano), Mario Raya (guitarra y coros), Toni Jurado (percusión)



Esta es la historia de un gintonic mil veces requerido desde el escenario y que nunca llegaba. Pero llegó, en romería, en procesión, desde la barra del fondo delo local, entre aplausos del respetable. No deja de ser curioso que el primer concierto sin humos al que nos enfrentamos sea el de una chica que sí o sí necesita ambientes cargados para que su voz arenosa pueda curtirse y crujir cual corazón forrado de costras sangrantes.

Cuesta imaginarse, incluso después de haberlo vivido, un concierto de Rebeca Jiménez sin el humo de decenas de pitillos impregnándonos a todos. Sí tuvimos, por supuesto, el sonido de los vasos de cubatas (clin clin clin) como en ese viejo pirata de Pearl Jam que tengo por casa grabado en una TDK. Los de Seattle andan tocando Alive en uno de sus primeros conciertos y la peña venga a pedir copitas ¡Anateeeema!

Pero esa es la gracia de los conciertos ‘pequeños’. Aquí no hay estrellas, no hay parafernalia, los músicos no parecen personajes de comic, no parecen madelmans. Los músicos están aquí, expuestos. Tan cerca que casi podemos escuchar los latidos de su corazón en los silencios entre canción y canción. Si atendemos, claro, y si no fuera por los vasos y, digámoslo, por conversaciones irrespetuosas que la gente no quiere cortar y llamadas de teléfono impertinentes. «¿Qué, quién eres? Que estoy en un concierto. Pero tía, cállate», le espeta el novio entre avergonzado y atemorizado. Tronca es que ya te vale.

Pero la segoviana, la Jimenez, corista en el último de M-Clan, liada en tiempos con Quique González, una habitual de la noche madrileña y de cientos de garitos por toda España, se lo toma con humor y se va soltando poco a poco. Dedica canciones a sus primas, reclama su bebercio (el gintonic, claro), anima a fumetear y se lamenta de las mil y una prohibiciones a las que estamos siendo progresivamente sometidos. ¿Dónde quedó aquello de prohibido prohibir? Sólo nos queda cantar y bailar, dice. Mientras cante ella, bien.




Porque si el mundo fuera justo Rebeca cantaría y mucha más gente la escucharía. Detenidamente, prestando la atención debida. Pero el talento cotiza a la baja en tiempos de Twitter y tontunas 2.0. Y eso a pesar de una voz privilegiada para las canciones amargas, las letras doloridas y despechadas, de esas que conectan. Pero casi tres años desde un primer disco es mucho tiempo y por mucho que toques, ahí falta una continuidad para conseguir que el público se fije en ti de un modo mayoritario.

Sonaron, en formato trío semiacústico, las canciones que tenían que sonar de su único álbum hasta la fecha, ‘Todo Llegará’ (2008). Todo con una sencillez y una elegancia fuera de toda duda. También hubo hueco para temas aún no registrados en estudio, para la deliciosamente dolorosa ‘De haberlo sabido’ de Quique González, y una versión de Gastelo. ¿Nunca te has emborrachado por nadie y luego te dijeron que le vieron triste? Entonces pasa página, olvídate de esta chica, olvídate de todo, reflexiona y siéntete pobre.

Pasaron por el escenario Lucinda Willliams, Emmylou Harris, Martha Wainwright y, por qué no, Melissa Etheridge, las Bonnie (Raitt y Taylor)… todas las heroínas del country rock de toda la vida de dios, del Americana, familia a la que pertenece por genética y por derecho la buena de Rebeca, siguiendo tal vez la estela patria de una Aurora Beltrán pero menos jevata.

Entre la más pop ‘Te queda mi amor’ (que no fue la primera, vale, fue la tercera, pero ahí arrancó de veras esto) y la sobresaliente ‘Despertarme contigo’, algo más de una hora que fue de menos a más. Tan buen sabor de boca dejó a los asistentes que vamos a subir de sobresaliente a matrícula esta última canción, impensable ya sin la privilegiada voz de Carlos Tarque.

Pero no vamos a chapar sin ponerle un pero (valga la rebuznancia): queremos a Rebeca Jimenez con banda completa, con guitarra eléctrica, con bajo, con batería. El tono intimista está bien, pero estas canciones ganan si le ponemos más carbón a la maquinaria. ¿Qué pasa que no habéis sido malos? Seguro que los Reyes Magos os han premiado convenientemente. Démosle uso pues.

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3 thoughts on “Rebeca Jiménez (2011) Café La Palma. Madrid

  1. Concierto muy bueno, a mí me gusta el desfarre puro y duro pero el rollo intimista tuvo su punto, estas muy cerca de todo, sonó muy bien.

    Se me hizo corto pero intenso, y sí, quiero verla con kit completo de guitarra, bajo y batería, ah y con un gin tonic!!

  2. Rebeca no va a ser nunca de multitudes, a lo mejor por algo tan estúpido como ser ligeramente menos fotogénica que su hermana Lucía. Pero con esa voz y esas canciones, le auguro una carrera larga. Y vendrán más discos, tardarán lo que tarden, pero llegarán.

    Habrá que ver cómo es eso de un concierto sin humo. Quedará más claro que, cuando la atmósfera sea irrespirable, la culpa será de los de la sala, que cortarán el aire para que consumamos más.

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