L.A. (2010) Joy Eslava. Madrid

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Fecha: 28 octubre 2010
Lugar: Joy Eslava. Madrid
Precio: 15 / 19 euros
Asistencia: 1.000 personas
Músicos: Lluis Albert Segura (voz y guitarras), Carlos Pilán (guitarra solista, coros y teclados), Ángel Cubero (bajista), Pep Mulet (guitarras), Antoni Alorda (baterista y percusiones)

Setlist: Wonderfully Perfect, Close to You, Perfect Combination, Welcome Halloween, Elizabeth, Evening Love, New Constellation, Heavenly Hell, Hands, Showtomatic, Morning Star, Crystal Clear, Wicked Game (Chris Isaak cover), Sweetest Goodbye
Bis: Tesoros (con Mai Meneses), Stop the Clocks, About to Lie, Girls Just Wanna Have Fun (Cindy Lauper cover)

La de esta noche ha sido la primera vez que he visto a L.A., pero no la primera vez que les he escuchado en directo. Fue en mayo de 2009, en un Universimad al que oficialmente no asistí. Ese mismo día la elección fue acudir a ver a Mikel Erentxun gratis en la Pradera de San Isidro, pero como aquello era por la noche, al final me pudo la curiosidad y digamos que me pasé tangencialmente por la Universidad Complutense para saciar mi curiosidad y ver qué se cocía en dicho festival.

Cabalgando sobre esa extensión de mis maltrechas piernas que es mi querida bici, me di aquel 15 de mayo una vuelta por la Casa de Campo y ya en el Puente de los Franceses sentí la llamada de la selva a lo lejos. Minutos después estaba en la Complu, con mis terribles mallas y mi logrado disfraz de ciclista, rodeado de gente privando mientras algo sonaba a lo lejos. Y joder, aquello sonaba realmente bien.

Me busqué un sitio en el cesped para disfrutar un poco del sol de la sobremesa, me quité el siempre molesto casco y los guantes y, tumbado en el suelo mirando al cielo lo flipé con una contundente versión del ‘Girls Just Wanna Have Fun’ de Cindy Lauper. ¿Quién coño son estos? Ni puta idea. Los que les conocían estarían en las primeras filas y, desde luego, no charlando y escuchando desde fuera del recinto.

El resto de temas se me fueron clavando como espinas, no por sus estribillos ni por nada en particular, sino porque aquello sonaba como dios. Cuando se despidieron un rato después yo me fui también, pues la tarde había sido ya provechosa y yo sabía que en el camino nos volveríamos a encontrar. No sabía cuando ni donde, pero al final la Joy Eslava ha tenido la respuesta.

Porque cuando tienes entre manos un disco tan notable como ‘Heavenly Hell’ no tienes otro remedio que tocar y tocar para presentarlo. Más aún si no se trata de un debut sino del cuarto álbum de una carrera hasta entonces invisible y que se aferra a sus doce canciones como la última gran oportunidad para vivir de la música. Y muy mal se te tiene que dar para que el público, siempre soberano y avispado, no sepa valorarlo.

Claro que su líder, Lluis Albert Segura, fue quien puso todo de su parte para que este proyecto, que toma su nombre de sus iniciales, triunfara después de tres discos autoeditados que pasaron sin pena ni gloria y años de travesía por el desierto. Siempre esperando la llegada del golpe de suerte, que por fin llegó en el cuarto intento, y acto seguido las multinacionales comenzaron a pelearse por ficharle mientras él, a lo suyo, se dedicaba a tocar y tocar.

Tocar y tocar, que es justo lo que han hecho estos mallorquines acudiendo allí donde eran requeridos y abriendo cada vez con más naturalidad las puertas de recintos de mayor aforo, como este jueves han hecho en Joy Eslava, ante un público disfrutón y encantado de conocerse. Hasta la bola de discoteca del techo se movía más de lo normal para estupor de los que se dieron cuenta…

En esta legendaria sala del centro de Madrid fueron capaces de congregar a cerca de un millar de seguidores entregados a su fórmula rock de tintes acústicos deudora de formaciones que pueden ir desde Tom Petty hasta Pearl Jam, pasando por multitud de influencias de lo más diversas.

Una noche levantada por unos seguidores dispuestos a corear todas sus canciones desde el primer hasta el último momento y que tuvo varias sorpresas especiales. La primer de ellas, la participación del batería de Dover Jesús Antúnez (encantado de rockear, feliz, ay amigo) en el tema que da título al disco ‘Heavenly hell’. La otra sorpresa, la colaboración de Mai Meneses (Nena Daconte) y su irritante voz de pito recordando a Antonio Vega. La primera bien, la segunda, para pedirse una, dos, tres y hasta cuatro copas en la barra al precio que sea.

Todas las canciones de su último disco fueron muy bien recibidas, aunque el público se mostró especialmente entregado en temas como ‘Perfect Combination’, ‘Stop the clocks’, ‘Crystal Clear’ y ‘Evening love’. Que algo saliera mal en la Joy era tan improbable como el paso de Angus Young al techno, y eso a pesar de que el compañero L.A. salió a cantar mascando chicle, sin duda lo peor que puede hacer alguien que quiere llamarse cantante. Pero la cosa quedó en una temeridad anecdótica.

Para alargar un poco más esta noche tan especial ante el público madrileño, rescataron viejas canciones de su repertorio menos conocido y se enfrentaron a versiones como la de ‘Wicked Game’ de Chris Isaak, muy pintona y muy coreada por sus seguidores, y como broche final lanzaron su muy revisitada versión de ‘Girls Just Wanna Have Fun’ de Cindy Lauper (cerramos círculo en nuestra ya no clandestina relación, pues), con la que dieron carpetazo a hora y media de feliz actuación. Chimpón.

Radio 3 retransmitió el concierto en directo y ahora lo puedes escuchar:

L.A. en concierto

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3 thoughts on “L.A. (2010) Joy Eslava. Madrid

  1. ¡La bola también se movía el miércoles con John Hiatt! Espero que se desplome en los conciertos de, no sé, un par de artistas que me vienen ahora a la mente.

    Habrá que escuchar a L.A. ¡Cuántos músicos hay en este mundo, no hay quien los controle todos!

  2. El concierto no estuvo mal, pero para mi le falló el orden de las canciones. Era una montaña rusa. Por no hablar de la Meneses…casi la estragulo..

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