Supertramp (2010) Palacio de los Deportes. Madrid

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Lugar: Palacio de los Deportes. Madrid
Fecha: 15 septiembre 2010
Asistencia: 10.000 personas
Artistas Invitados:
Precio: 40 euros
Músicos: Rick Davies (fundador, cantante y teclista), John Anthony Helliwell (saxos y flautas), Bob Siebenberg (batería), Jesse Siebenberg (voces guitarras y percusión), Cliff Hugo (bajo), Carl Verheyen (guitarras) y Lee Thornburg (vientos)

Setlist: You Started Laughing, Gone Hollywood, Put on your old browm shoes, Ain’t Nobody but Me, Breakfast in America, Cannonball, Poor Boy, From Now On, Give a Little Bit, Downstream, Rudy, It’s Raining Again, Another Man’s Woman, Take the Long way home, Bloody Well Right, The Logical Song, Goodbye Stranger Bis: School, Dreamer, Crime of the Century

Aquí se ha acabado el horario de verano y punto. Y no lo digo yo, ojo, lo dicen los seguidores de Supertramp, que esta noche decidieron apurar los tiempos hasta límites insospechados. Sólo así se explica que a las 20:30 horas, apenas una hora antes de la hora anunciada, la Plaza de Felipe II fuera un solar en el que apenas se dejaban oir un par de grillos despistados que por allí pastaban. Cuarenta minutos después, las colas para acceder al Palacio de los Deportes daban varias vueltas a la plaza y a las calles colindates, con todo dios nervioso por no perderse ni un segundo de la actuación principal de la noche.

Los cuarentones son así, listos. Compran una entrada para algo que pone que empieza a las 21:30 y se pasan las horas previas trabajando, duchándose en casa, acicalándose, tomándose unas cañas con los colegas… nada de hacer colas interminables o pintar la mona en los aledaños en plan fan histérica. La verdad es que, entre nosotros, así da gusto, coño, aunque asuste de repente encontrarse con la marabunta a la vuelta de la esquina cuando crees que todo va a ser pan comido.

Una vez ya dentro, una de esas noches de lujo para los asistentes, con la pista a medio llenar y las grandas en su justo punto. Unas 10.000 para un aforo de 15.000 venga va. De primeras unas cuantas de calentamiento pero entonces dice John Anthony Helliwell, el de los saxos y las flautas, que a él le gusta mucho el jamón, pero que aunque en España se come guay, donde mejor se desayuna es en América.

Entonces ya sí, entonces la peña comienza a pasárselo realmente guay. Da gusto estar rodeado de cuarentones y cincuentones de permiso, ajenos a las tonterías de sus retoños. Sin preocuparse de cómo les queda el flequillo, los pitillo, o de hacerse fotos molonas para luego subirlas a su Fotolog, vaya. Aquí las emociones son sinceras, no hay poses falsas, y precisamente por eso Supertramp sigue siendo una marca que pone los pelos de punta a los suyos y a los que pasan por allí poniendo un poquito de atención. Porque tienen un repertorio, el de los setenta mayormente, ajeno al paso del tiempo y que durará para siempre, como Christopher Lambert.

Vale que antes de entrar nos encontráramos con octavillas en las que el otrora líder de la formación, Roger Hodgson, se reivindica como autor de los mayores éxitos de la banda. Vale, pero es que el mercadeo muchas veces es cruel, y aquí los que tienen las leyes de su parte son los que están sobre las tablas. Parece ser que Hodgson tiene un pacto verbal con Rick Davies para que éste no cante sus canciones en vivo… y joder, el tipo no las canta, es la banda la que las toca y él pone a cantar las míticas a unos perfectos desconocidos para los profanos como yo, mucho más jóvenes que el resto. Más rostro que espalda, un cachondo en definitiva.

Y es que durante algo más de dos horas, Rick Davies (¡fundador, cantante y teclista de 66 años!), acompañado por los legendarios miembros de Supertramp John Anthony Helliwell (saxos y flautas) y Bob Siebenberg (batería), desgranaron lo mejor de su repertorio ajenos a polémicas. A fin de cuentas, ellos se presentan bajo el paraguas de la marca Supertramp y se sienten con todo el derecho a revisar sus clásicos.

Por mucho que se enfade Hodgson, tenían que sonar y sonaron ‘Breakfast in America’, ‘Give a Little Bit’, ‘It’s Rainning Again’, ‘The Logical Song’, ‘School’ y ‘Dreamer’. Y sonaron, pero Supertramp es más que esto, como queda demostrado en ‘Goodbye stranger’ (tal vez mi preferida), ‘Gone Hollywood’ o ‘Crime of the Century’, con la que cerraron la noche tras 130 minutos y, digámoslo, cuando mejor ambiente habían logrado crear.

A mi me dices hace veinte años que voy a ver a Supertramp en concierto y te meto. Porque les odiaba. A ellos y a Jethro Tull por encima de todas las cosas. Mi hermano mayor andaba escribiendo su historia, su mapa emocional, pero por contraposición yo necesitaba escribir el mío con Guns n’ Roses, U2, Roxette, Duncan Dhu, luego Nirvana… esas cosas. Pero el tiempo pasa, claudicas, reconoces tus carencias y te congratulas por haberte dado cuenta a tiempo de que la música pop no tiene más fronteras que las que cada uno ponga.

Fue esta una noche de ejecución sobresaliente, que es lo mínimo que se le puede pedir a una marca que ahora celebra sus cuarenta años sobre los escenarios, más allá de cambios en la formación y cierta falta de duende y pelotas, y en la que se escucharon coplas por las que Keane matarían, y en la que hubo algunos momentos de jazz acelerado en los que sólo faltó que apareciera por allí Jamiroquai dándolo todo con alguno de sus inasumibles sombreretes. Y en la pista bailaba hasta el apuntador. Y en las gradas muchos sentados, pero otros muchos en pie con los brazos apuntando al cielo.

No hay pudor esta noche, el personal está de permiso. Mogollón de papás se han llevado a sus niños de jarana. Al entrar, uno que no llega a diez años le está comentando a su madre que le han dicho en el cole que a los Supertramp esos de mierda no los va a ver nadie. Sin perder la compostura, algo que yo sí haría, ella responde que claro, niños (de mierda, apostillo) de su edad no pueden conocer a este grupo sin tener una cierta cultura musical… así que papás de nuevo cuño en mi entorno, tomad nota, o comenzais a poner a vuestros vástagos buena música o pronto os robarán el dinerito del monedero para gastárselo en discos de bachata y reguetón. Avisados estais.

A la salida, pen drives a 25 euros con el 60 por ciento del concierto ya grabado. Según leo en el que tengo aquí delante -eh, no soy yo, es que en mi familia hay gente algo más mayor a la que Supertramp les toca más directamente-, en unas horas nos tenemos que meter en internet y descargar el resto metiendo el código. Supongo que esto se podrá seguir haciendo muchos días más, pero nosotros ya tenemos nuestra cajita con el logo de la banda y de la gira y un pen drive plateado en el que pone Supertramp en letras súper molonas. Y tu no, tu no lo tienes.

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5 thoughts on “Supertramp (2010) Palacio de los Deportes. Madrid

  1. Coño, Galko, tu asiento era el 7 y el mío el 9. Como una peli de Tom Hanks y Meg Ryan, no te digo más…

    Aunque por la perspectiva de las fotos, veo que también tuvimos la misma idea: ¿para qué cojones quedarse aquí arriba cuando media pista está vacía?

  2. Me he quedado loca con lo del pen drive, es un souvenir de la hostia!! jajaja

    Buena crónica y no entiendo lo de la pista pero ellos verán…

    Por cierto muerte a la bachata

  3. me ha gustado la crónica , menos mal que hay chavales jovenes que no teneis prejuicios sobre la antiguedad de ciertas bandas, máxime si son de la excelencia de supertramp,por mi parte añadir que en cuestion de directo a supertramp no hay nadie quien se atreva a darle una leccion,y que son casi todos los demas los que deberian verlos para aprender. Chapeau y ojala haya una ultima gira con rick y roger juntos.

  4. hola soy boro y he ido de valencia a barcelona a ver supertramp y todo a estado organizado de ok .hecche de menos a roger sin el no es lo mismo y fato un tema overtur fool un concierto un poco descafeinado .el concierto del 2002 en madrid fue mucho mejor espero que para el proximo esten todos.

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