The Cranberries (2010) Palacio Vistalegre. Madrid

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Lugar: Palacio Vistalegre. Madrid

Fecha: 12 marzo 2010
Asistencia: 10.000 personas
Artistas Invitados: Outside Royalty
Precio: 45,10 euros
Músicos: Dolores Mary Eileen O’Riordan Burton (voz y guitarras), Michael Gerard Hogan (bajista), Noel Anthony Hogan (guitarras), Fergal Patrick Lawler (baterista)

Setlist: Analyse, Animal Instict, How, Ordinary Day, Linger, Dreaming my Dreams, When You’re Gone, Wanted, Liar, Desperate Andy, Time is Ticking Out, I Can’t Be With You, Ode to my Family, Free to Decide, Salvation, Ridicolous Thoughts, Zombie
Bis: Shattered, The Journey, Promises, Dreams




Subo la calle General Ricardos desde el metro de Oporto y tengo frío. No pensaba que fuera así cuando hace meses compramos las entradas. Hay demasiadas cosas que hoy no son como entonces, en octubre, o en noviembre, o da igual cuando demonios fuera. Me subo el cuello de la cazadora pero no llega a las orejas, me putea, vaya mierda, me pongo los guantes, total para qué, si ya llego, es marzo, alguna noche saldrá el sol y yo lo veré.

Poco a poco concurren las aguerridas y nunca suficientemente ponderadas huestes de Mercadeo Pop, agarrotadas por una semana laboral que casi no deja títere con cabeza. Pero no hay nada que la ilusión de una noche de viernes mágica no pueda arreglar, y es por eso justo que pedimos una ronda más antes de penetrar. Las cosas tienen que hacerse siempre cumpliendo ciertas tradiciones de obligado cumplimiento. De lo contrario quien sabe lo que sucedernos podría.

Finalmente penetramos tras una absurda cola callejera de tal vez dos minutos de exposición al ya habitual frío extremo madrileño y resulta que dentro no hay apenas ni cristo que lo parió. Pero ojo, que esa no es la peli, sino que la cuestión es que los teloneros resulta que suenan de la hostia, mucho más altos y más clarificadores que toda la mierda que me he tragado en Vistalegre en los últimos años sólo por vivir en Carabanchel. Oh dios mío, gracias.

Vale, no es sólo por vivir en el eje del mal Carabanchel-Aluche, pero sí es cierto que he sufrido muchos despropósitos únicamente por cercanía. A bote pronto, el comentario más repetido es que estos teloneros suenan evidentemente mejor que los Editors, quienes tocaron en el mismo recinto en diciembre y nos permitieron durante sus casi dos horas de exposición comentar la jugada a baja voz. Esto hoy no. Hoy hemos de gritarnos, hemos de mirarnos a los ojos, hemos de cantarnos, de rasgarnos, de sangrarnos, y son sólo los invitados. Zapatero, no nos falles. Dolores, no nos jodas.

Que Zapatero nos haya fallado o no es algo que ya queda en la subjetividad de quienes le votaron, pero que no me llames Dolores llámame Lola estuvo al pie del cañón es cosa ya relacionada con la galopante objetividad. Con la jodida objetividad de alguien que compró su entrada imaginando una imparable gramola de éxitazos inapelables y que no estaba dispuesto a encajar otra opción. Gracias al cielo, eso es lo que hubo.

Plantear un concierto para un grupo de hits como los Cranberries son debe ser la leche de sencillo. Poco más o menos como planear matar a alguien disparándole a bocajarro con una pistola a medio metro del pecho. Si fallas sabes que será porque en ese momento se cruzó un ángel, o simplemente porque no era su momento. Este viernes por la noche, por el contrario y gracias al cielo twice, sí era nuestro momento. Y todos nos lo merecíamos porque llegar al viernes no es tarea fácil. Tu y yo lo sabíamos.

Escucho antes de llegar críticas sobre la falta de huevos de la música de Cranberries y yo les comparo con las pelotas de Sergio Llull, quien el día antes, eso sí, fue incapaz de sodomizar a unos israelitas díscolos, pero quien sin duda hará lo que quiera con todo quisqui pronto. Lo hará por mi amigo Alfonseiro, ultra tal vez y al que quiero sin mesura, para que sienta suya la felicidad que nunca debe faltarle. Vistalegre es en realidad un lugar de mierda pero mágico a la par para los que vivimos en Carabanchel. Amiguitos, aquí tocaron los Ramones cuando esto era una plaza de toros abocada al derrumbe y aquello, me cuentan mis generaciones previas, fue lo más parecido al apocalipsis que se ha visto en General Ricardos.

Volviendo al lío, cuando vas a ver a los Cranberries y te tocan en media hora Analyse, Animal Instict, Linger, When you’re Gone, Time is ticking Out y la gloriosa I Can’t Be With You, pues eso. No levanto los brazos porque yo ese privilegio sólo se lo reservo a Bono, Bruce y Angus, pero ganas no me faltan. Esta es la gramola que esperaba y es difícil agradecerlo. Me hago un auto homenaje alzando los cuernos mientras clavan Ode to my Family, más que nada porque no pega y nadie lo hace, pero es que el hard rock a veces suena sotovocce.

Dolores Mary Eileen O’Riordan Burton está cantando bien, mantiene esa voz tan peculiar suya, a la par agresiva y a la par gorgorítica y resulta llamativo comprobar cómo aunque la gira es la de reunión de los original members, a la peña tu le pones a esta chiquita acompañada de tres maromos al azar y le da igual. Cierto que en solitario no llenaba pabellones, pero eso sólo demuestra la confianza del ser humano en las marcas y las franquicias.

Troncos, esta noche nos faltó alguien, una tipa espectacular, una amiga por la que se me saltan las lágrimas mientras me clavo otra copa más de Frangelico y pienso en lo injusta que es la vida. Una muchacha fundamental que perdió a alguien querido de una forma maquiavélica y que debería haberme agarrado de la cintura para cantar, qué se yo, Free to Decide, pero no. Y yo miro al cielo, al feo techo, como siempre hago en los conciertos cuando quiero extrapolarme, y homenajeo a mi humilde manera, echando de menos, lanzando a la estratosfera un mensaje de vida perpetuo. Venga va, digo una obviedad, un mensaje de Salvation. No es un ridículo pensamiento. Este no.

Cuando llega Zombie sigo en mi parcela de éxtasis particular y, en fin, alzo los brazos y suspiro porque no queda otra cosa por hacer. Esta es una de esas canciones que te abrazaron con quince años y que te quedaste para ti cuando ser fan de Pearl Jam se pagaba mejor que serlo de Nirvana. ¿Esto ha cambiado? No estoy seguro, creo que los de Eddie siguen pateando el culo a los de Kurt sin pipas de por medio, pero en aquellos lejanos años este era un tema muy muy serio. Y Zombie llegó para mediar o tal vez para sangrar entremedias. Si hay que elegir elijo partirme el pecho. Siempre y en cualquier lugar tíos y tías, sangremos y brindemos.




Reaterrizamos en la realidad para constatar que cuando los arándanos se salen del guión hay un derrape generalizado. Es entonces cuando aparece el clásico tonto de los cojones que, buscando a alguien, se pone delante tuya hablando por el móvil y tu te preguntas de qué sucia madriguera salió esta rata que no merece tu presencia. Pero entre 10.000 personitas siempre hay un ewook, sentencia ante la cual sólo cabe decir, ¡Dolores tócate el Promises!

Entiéndase por Promises en este caso la canción aquella en cuyo videoclip salían cabalgando y disparando rarunamente cual serie B adelantada a su tiempo. Coño, pues resulta un temón (que es, enterarse ya todos, más que un temazo) de rock épico. Engrandécese incluso cuando detrás va Dreams, legendaria lección de rock de estadio (guión-pabellón) que o te hace corear o qué mierda haces aquí hijo de la gran puta. Siempre sin acritud. Veo ahora este video y quiero cantar, no puedo contenerme. Es sábado, hace sol y sueño con una primavera agarrado de la mano de mi chica.






Un recital correcto, que por una vez en la pista sonó decente, aunque dejó un tufo a profesionalidad que no mola nada, pues la música en vivo no es eso, sino que es miedo y asco, desfile en el alambre, vísceras y sudor frío. Por otro lado, hora y media justa es poco. Esto también sin acritud, pero recordando que los boletos costaron 7.500 de las antiguas pesetas. Poco más o menos lo que se deslizó desde mi bolsilló después hacia la barra del bar anexo. A mi me salen las cuentas. Veredicto: barato, coño, que sí, barato. Chin chin (cheers in english de ese). ¿Habeis visto a Ted Danson? Dicen que estaba…



Otras crónicas (mejores) del concierto:
EFE
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17 thoughts on “The Cranberries (2010) Palacio Vistalegre. Madrid

  1. La verdad es que no puedo comparar con otros conciertos en Vistalegre, pero no por eso puedo decir que el sonido fue bueno. Sonaron mucho mejor los teloneros (por cierto muy muy buenos) que The Cranberries.

    Puede que el problema fuera del Palacio de Vistalegre, o que por el hecho de estar en el centro de la plaza de toros la acústica fuera peor (ya que es donde la reverberación alcanza su punto máximo), pero creo que todos los conciertos que he visto en el Palacio de los Deportes de Madrid o en el Palacio Olímpico de Badalona superaron en sonido a este.

    Pero como ya comenté en mi crónica, la voz de Dolores sonó soberbia, y aunque sólo sea por eso, el concierto mereció mucho la pena.

  2. Un concierto realmente agradable, esa es la frase que para mi define la noche de ayer. Canciones bonitas, bien cantadas.

    Coincido con el escribiente anterior con que el sonido era bastante mejorable. Hubo varias canciones en que no oía a Dolores, sólo a las cotorras de delante.
    El concierto me recordó viejos tiempos y sobre todo a mi amiga Marupi, una gran imitadora de la cantante.

    Reseñar que poder disponer de espacio vital en un concierto es un privilegio que pocas veces se consigue.

  3. Parece ser que al evento le faltaron huevos, pero hubo de sobra tripas y corazón, al menos para parir esta estupenda crónica, y con eso es más que suficiente…..

  4. Para mi gusto, Dolores dirigía el micrófono al publico en demasía, en fragmentos en los que se puede alcanzar el éxtasis escuchandla a ella…Por lo menos se marcó un final de Ridicolous Thoughts como es debido!!
    La banda, algo distante, no?
    El sonido mejorable, aunque como le leido por ahí depende del lugar de la plaza o tendido en el que estuvieras.

    Bonita crónica, un saludo

  5. Yo estuve en las primeras final y me encanto, Dolores es genial. ¡Que gran musica! era una banda de la que soy fan desde los 10 u 11 años y que por su paron nunca habia podido ver en directo, pero el viernes lo logre y soy feliz.
    Un saludo

  6. YO ESTUVE Y CREO QUE DEPENDE DEL LUGAR DONDE ESTUVIERAS SE OIA MEJOR O PEOR PORQUE YO A LOS TELONEROS LOS OIA MUY MAL Y A LOS CRANBERRIES DE P.M.

  7. muy chula la crónica, chaval
    a mi el concierto se me hizo corto, pero no sólo por la duración (que fue propia de concierto gratuito en la plaza del pueblo), sino porque disfruté como un enano con todos los éxitos.
    aunq insisto en que eché de menos 'just my imagination'

  8. Desde el tendido lateral los teloneros se oían de puta pena (la voz ni se oía).

    Cranberries al principio también, pero después subieron el volumen de la voz y se quedó la cosa más aceptable (aunque ensordecedora).

    Con la mierda de acústica del lugar, debía de ser imposible conseguir un sonido decente en toda la sala.

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