The Answer (2010) Joy Eslava. Madrid

Crónicas

Lugar: Sala Joy Eslava. Madrid

Fecha: 13 marzo 2010
Asitencia: 1.000 personas
Artistas Invitados:
Precio: 20,30 euros
Músicos: Cormac Neeson (voz), Paul Mahon (guitarra y coros), Micky Waters (bajo), James Heatley (baterista)

Setlist: Tonight, Demon Eyes, Come Follow Me, Walking Mat, Cry Out, Never Too Late, Too Far Gone, Why’d You Change Your Mind, On and On, Evil Man, Comfort Zone, Dead of the Night, Under the Sky, Highwater, Preachin’, Rock n’ Roll Outlaw


Atención, dilema. Si tu novia se va al baño en un garito y el cantante de The Answer la entra con el desorientado saludo de ‘bongiorno’, ¿qué has de hacer? ¿Mola o no mola? ¿Te chinas o le vitoreas? Así en frío no sabrás que decir, pero yo te digo que este cabrón merece un monumento por cachondo en su Belfast natal o, por lo menos, una calle céntrica en este Madrid que como bien apuntaban los Leño es una mierda, pero coño, es nuestro y lo amamos. Y Cormac también lo ama, nos consta de primerísima mano. Un orgullo poder comentarle lo bien que canta y darle las gracias por alegrarme la vida.

Porque hay una ley no escrita que dice que si tocas buen hard rock en esta ciudad hostil luego vas a alternar un rato al Templo del Gato. Lo sabíamos, nos la jugamos y triunfamos. Sólo fue cuestión de esperar un rato y allí coincidimos las renovadas y nunca suficientemente ponderadas huestes de Mercadeo Pop con los muchachos de la banda. De noche todos los gatos son pardos y más con una Mahou en sus manos. Coño, mirad las fotos (nunca la gente de esta web lució tan de puta madre, digámoslo). ¡Welcome!


Tenemos un montón de fotos más pero no las vamos a publicar porque no nos va el amarillismo chungo. Es que, a ver, la cosa fue degenerando poco a poco y aquí el amigo Cormac llegó un momento en que nos mostró a los presentes su secreto para rasgar la garganta sin sangrar (al menos que se vea). Se trata ni más ni menos de beber a la par un tercio de Mahou y un cubalibre de, pongamos por ejemplo, whisky. O ron, o vodka, o dios mío, ¡algo con coca cola! Luego claro, miraba y no enfocaba.

Finalicemos la crónica social comentando que todos los Answer salen de birras juntos después de sus conciertos, lo cual confirma que por ahora no son como los Kiss y todas esas bandas cuyos miembros no se soportan. Demonios, esto nos reconforta como seres humanos, sobre todo después del pedazo de concierto que los hijosputa (añadamos aquí una decena de insultos cargados de testosterona aquí para reafirmar nuestra masculinidad) se marcaron.

Bueno, no, no concluímos, porque debe quedar claro que la mayor preocupación de la banda era a qué hora chapaba el garito. Nos encargamos de explicarles que daba igual que cerrara a las tres, a las cuatro, a las cinco o a las seis, que Madrid un sábado en la noche es un lugar infinito en el que beber y beber hasta perder la consciencia. Explicación que gustó, enamoró y recibió por respuesta un «I love this fuckin’ city, man!» Un mensaje para todos los que creen que irse a vivir a un pueblo es lo más: no tíos, ni de coña, allí no hay big city nights.

Retrocediendo en el tiempo, nos ponemos en el punto en el cual el Getafe ganaba uno a cero al Mallorca en tiempo real. Por lo menos eso indicaba la tele del bar previo. Ya en el sitio pactado, el ambiente luce escaso de primeras pero mejora en siete minutos, justo el tiempo que tarda en llegar Paloma, ser inhumano que nos ilumina siempre a todos. En el ambiente palpita la normalidad de las grandes citas, esas que suceden sin darse importancia. Y la hostia, en tres minutos se confirma.

Sonrisa de tonto, dolor de cervicales, aceptación por asentimiento. Ni ganas de ir a la barra a por una cerveza hay, no sea que. El día antes los Cranberries triunfaron en Vistalegre sin pasar de la tercera marcha, y hoy estos pollos salen directamente en quinta, culeando, derrapando, humeando, sacándote el dedito por la ventanilla y cagándose en todo lo cagable. Hay una diferencia tan evidente y bestial que sólo cabe levantar la cerveza como gesto supremo de aceptación. ¡Bravo! ¡Rabo! ¡Bravo!

Apagarse las luces y resoplar fue todo uno. El jevata clásico delante nuestra cerraba los ojos y meneaba la pelambrera con un estilo inigualable. Joder, cómo molan estos pavos. Ser teloneros de AC/DC casi se puede decir que les vino mal. Yomismo, encantado de aquella noticia, luego fui incapaz de prestarles atención alguna ante los nervios de tener a Angus ante mi poco después. Es una navaja de doble filo demasiado afilada que los disi te inviten a sus festines.

Suponemos que mal no les iría a sus cuentas corrientes y, en fin, después de todo, les ha servido a los Answer para casi llenar salas de aforo ya muy respetable como la Joy. Aunque su imagen sufriera serios daños pues el sonido que les otorgaron en el Palacio de los Deportes y el Vicente Calderón fue como poco detestable. Lo suyo son por ahora las salas como esta, donde mientras tocan puedes escuchar, si afinas bien, el crugir de los cimientos expandiéndose. Necesito respirar, descubrir el aire fresco y decir cada mañana que soy libre como el viento.



Más, más, más, queremos más, ellos nos dan más. Dignos herederos de los Black Crowes y ya un poco menos dignos de los Led Zeppelin, esto es rock sobrado de pelotas. Entrega, pasión, dedicación, cry out, talento. Ay madre, cómo canta el tipo, qué bien lucen las Gibson Les Paul, retumba el suelo en algunos momentos por el bajo, la batería hace que brinden mis costillas. Si os tirais al público, os cogemos, va. Why’d you change your mind (y Too Far Gone, temón) es lo mejor que he escuchado en directo en varios meses, me reconcilia con la música en vivo tras varios pasos en falso. ¡Cabrones!

Son noventa minutos magistrales y no hace falta más. Me acuerdo de dos películas imprescindibles como son The Commintments y Almost Famous y las veo materializadas en estos cuatro pollos. Tiene que ser jodido sentirte heredero de Robert Plant y Jimmy Page y asomarte por la ventana de tu casa y ver pintadas del IRA, pero mira tu, de todo puede pasar en este mundo gobernado por Satán por obra y gracia de Rory Gallagher. Se encienden las luces y el respetable luce de puta madre, contento, satisfecho, conocedor de la necesaria respuesta.

Ah sí, por cierto, se me olvidaba, salimos de la Joy oliendo sospechosamente a fritanga. ¿Qué mierda significa esto? ¿Dónde hacen los bocatas de calamares? ¿Dónde quedó el glamour de postal? Queremos una explicación, pues esto debe conocerse. Aunque en honor a la verdad, no está claro que el olor surgiera de la siempre infame Joy o del bar cercano en el que parada y fonda hubo que hacer. La versión oficial desde hoy es que la Joy huele a fritanga. Difundan. Los puertas se lo merecen.


De regalo os dejamos una foto del póster que decora la entrada a los aseos de El Templo del Gato. Al lado hay un garito gay que se llama Strong Out. Que cada uno piense lo que buenamente pueda…




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12 thoughts on “The Answer (2010) Joy Eslava. Madrid

  1. yo ya tuve con ellos un encontronazo en el azkena y menos al guitarrista que se le ve más modosito, el resto son unos farrandas de cuidado, buena crónica

  2. He de reconocer, aún a riesgo de ser vapuleada que yo a estos chicos no les conocía de nada. Gran error, por mi parte. La energía que desprenden es enorme y enseguida me metí en el concierto. Que despliegue, que desparrame que voz. Además el cantante bien majete, un chaval encantador.

  3. Buena pinta tienen, sí. Algo de atención les presté en los dos conciertos de AC/DC del año pasado, pero lo que has dicho: el telonero lleva siempre su propia maldición encima.

    El otro día pensaba cuál es mi sala favorita de Madrid, y resulta que ¡no existe! Por descarte diría El Sol, porque Moby Dick, Caracol, Clamores, Joy, Siroco, La Riviera, etc… todas tienen una larga lista de cosas que criticar…

  4. Yo les vi hace un tiempo en la Sala Sol cuando sacaron el primer disco. Todo un grupazo con mención especial a su guitarrista (sabe lo que se hace). Se vuelve a demostrar que en esa gran tierra que es Irlanda tienen el rock en la sangre.

  5. Gran crónica, lamento no haberles podido ver en Bilbao. También les observé, de lejos, teloneando a AC/DC, y el cantante zapateaba como Joaquín Cortés. Qiería verle en sala, pero nada, un jueves es imposible para mí.

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