Dropkick Murphys (2010) Sala Heineken. Madrid

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Lugar: Sala Heineken
Fecha: 22 enero 2010
Asistencia: 1.000 personas (sold out)
Precio: 22,40 euros
Artistas Invitados: The Mahones
Músicos: Al Barr (vocalista principal), Ken Casey (bajista y vocalista), Matt Kelly (baterista y coros), James Lynch (guitarrista y coros), Tim Brennan (guitarras, acordeón y coros), Jeff Darosa (mandolina, banjo, teclados, silbato, guitarra acústica y coros), Scruffy Wallace (gaitas)



Setlist: Famous for Nothing, The State of Massachusetts, Johnny I Hardly Knew Ya, Flannigan’s Ball, Sunshine Highway, Heroes from our Past, Bastards on Parade, God Willing, Spicy McHaggis Jig, Buried Alive, Walk Away, Velvet, The Warrior’s Code, Citizen CIA, Fields of Athenry, Captain Kelly’s Kitchen, The Gaunlet, Dirty Glass, Wheel of Missfortune, Worker’s Song, Love & Family, Barroom Hero, Kiss me I’m Shitfaced, I’m Shipping up to Boston, Skinhead on the MBTA, Alcohol, Boys on the Docks

Desconozco qué demonios haría en su día Patricio para convertirse en santo, pero tengo que reconocer que desde siempre ha sido mi favorito. Por su animosidad, por su alcoholismo, por sus gaitas, por las heinekens y las guinness infinitas, por sus bailes, por Dublín y Boston, por su rollo callejero, por Whiskey in the Jar, por los Celtics de Larry Bird, por el compadreo, por Temple Bar, por Thin Lizzy y por los Pogues, por los tréboles de cuatro putas hojas, por Scorsese, por sus canciones, por la innata tendencia a la celebración del pueblo irlandés, por el Bono de los noventa… y porque sí, porque el St Patricks’s Day mola que te cagas y punto.

Como también molan que te cagas los Dropkick Murphys, rabiosos oficiantes en Madrid de ese juego de catarsis colectiva que, con la inestimable ayuda de sus compinches The Mahones (pronúnciese The Majouns, quienes al final del conciertos estuvieron firmando autógrafos donde las camisetas, bien majos ellos) como artistas invitados, nos hizo a todos sacar mandíbula y romper jarras de cerveza en despiadados brindis entre hermanos de sangre lanzados a tumba abierta. ¿Somos irlandeses con pelotas o somos los putos Beatles? Esto es como toda una semana de Oktoberfest reconcentrada en dos horas despiadadas. Los chavales, que se quieren divertir…

Todos los congregados en la Heineken pueden afirmar sin rubor que ya han celebrado el primer round del día de San Patricio del presente año, a la espera del desenlace final, a celebrar como siempre el 17 de marzo, y que se saldará seguramente con ingreso hospitalario por inconsciencia etílica o navajazos justificados en que tal o cual canción es mejor o peor que la otra. Y es que la dropkick es una patada a bote pronto que forma parte de los movimientos de ataque la lucha libre profesional. Inapelable.

Una noche en la que la entrega de banda y público fue incontestable, decididos ambos como estaban a incendiar el viernes en la ciudad. Las big city nights que cantaban los Scorpions podrían haber sido más si no hubiera sido por un vomitivo sonido, que empezó como arcada irrefrenable pero que al menos no llegó a pota. Claro, si es que el técnico de sonido en lugar de equalizando estaba jugando al Pang del Facebook…



Pogos cañeros de verdad, algunas crestas, fauna de todo tipo en la sala (incluso gente con corbata, claro que sí), minis de cerveza a doce euros y copas de ron a ocho (ya lo sabeis, no equivocarse), una hora de sudor y risas en las que de repente aparecía siempre alguna chica de metro cincuenta entre la multitud repartiendo hostias en un mundo de hombres. Nada más empezar se nos cayó encima un chaval haciendo body surfing, y eso que estábamos al final de la sala.

Desmadre ya absoluto cuando invitaron en los bises a todas las chicas posibles a subir al escenario a bailotear. Conseguimos que Paloma subiera y le pidiera al guitarra con look a lo Jon Bon Jovi de los noventa que nos saludara, pero el tipo estaba enfrascado en sus quintas y en hacer aún mayor el charco de sudor que tenía bajo sus pies. En el siguiente tema invitaron a subir a los tipos, pero estuvimos torpes entre la marabunta. ¡Yo que quería subir y arrojarme a la multitud para romperme la crisma! Paroxismo punk.

A la hora y media clavada nos encendieron las luces, nos largaron, nos despidieron, nos zanjaron después de nadar hasta Boston, y los Dropkick nos lanzaron de esa guisa, bien alto, a las garras de una ciudad que te espera con los brazos abiertos si lo que quieres es gastar dinero en festejar. Hijo, ¿qué hay abierto a esas horas? ¡Todo, mamá, todo! ¿Y quien no quiere después de meterse un chute de adrenalina de ese calibre? Do or die!

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7 thoughts on “Dropkick Murphys (2010) Sala Heineken. Madrid

  1. Últimamente algo desconectado en esto de los conciertos… y por eso me pierdo joyas como esta! Tenía unas ganas tremendas de ver a los Dropkick Murphys en concierto, y me da que me tendré que esperar a otra oportunidad.

    ¿Qué tal sonaron temas como "The State Of Massachusetts" , "Take It Or Leave It" o "Fields Of Athenry"? ¿Se portaron con el setlist?

  2. Fue una fiesta de puta padre aunque con un sonido más bien horroroso. Ya que comentas lo del setlist aprovecho para pedirle a quien quiera que lo sepa que lo ponga aquí, por favor, que no lo encuentro. Saludos.

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